Capitulo 1: Cazadora apurada.

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El pobre jabalí no sintió mi presencia. El pobre que solo quería beber agua del lago en mitad del bosque. Pero que se le va a hacer, la vida de una cazadora consiste en matar a tus objetivos con tal de recibir la recompensa. Tense mi arco, apunte y dispare. Justo en el ojo, murió del impacto. Con mucho cuidado fui a recoger su cadáver y volver a la taberna. El eco resonante de los peligros del bosque me persiguió hasta la salida, pero pude salir ilesa con el cadáver a mis espaldas. Por fin entre a la taberna y vi el mismo ambiente tétrico y pesimista que se esperaría de esa taberna en los tiempos que corren.

-¡María! ¡Has vuelto! Y justo a tiempo. Los clientes tenían hambre.

-Si, si… te lo dejo en la cocina…

Me daba asco estar en ese lugar. Apestaba, estaba lleno de ratas, y la gente que rondaba por allí, como el herrero del poblado, o el juglar, no conocían la palabra “higiene”. Justo cuando solté al jabalí, escuche como entró otro cliente. Ese era mi día a día, jugarme el pellejo en el bosque, para cazar algún animal y así poder vivir con comida, bebida y hospedaje en aquel lugar. Tampoco podía hacer gran cosa, hasta que ese nuevo cliente entro en esa taberna. ¿Qué hacia un forastero por estos andares y con los peligros que circulan? Se sentó en la barra del bar y sin mirar a nadie pidió una jarra de agua.

-María, sírvele tú. Tengo que cocinar la comida.

Me quede embobada mirándole pues no parecía una persona normal. Era un hombre de aspecto fornido y de cara joven. Podría decir que de mi edad. Su vestimenta no era apreciable, ya que una larga túnica, le tapaba casi todo su cuerpo. Le serví la jarra de agua y le pregunte sin rodeos

-¿Qué le trae por aquí forastero?

-Busco a alguien que me pueda llevar a través del bosque.-contesto sin dudar.

-¿Del bosque? ¡Es muy peligroso!

- Pagare con oro si es necesario…

-¡María te llevara encantada! ¡Ella conoce mejor ese bosque que ningún hombre de por aquí! - dijo el tabernero

-¿Es eso cierto? No quiero perder el tiempo.

-¡¿Qué?! ¡Ni por todo el oro del mundo atravesaría el bosque! ¡Solo se espera la muerte para quien se adentre! ¿Y para que cojones quieres intentar atravesarlo?

-Para encontrar y matar a Satán…-contesto repentinamente.

En ese momento apareció un incomodo silencio, que rápidamente fue callado con las carcajadas del resto de clientes y el tabernero, mientras me quede pensativa si aquel hombre estaba hablando en serio.

-¿Matar a Satán? Pero si los héroes no han podido ¿Y tu crees poder con él?- dijo el tabernero mientras se aguantaba la risa- No te ofendas, pero yo me olvidaría de ese objetivo.

El hombre se levantó, dio media vuelta con dirección a la puerta y dijo:

-Pues si nadie quiere llevarme atreves del bosque, iré yo solo… no necesito ayuda de nadie…

El hombre salió corriendo con dirección al bosque. Le grite que se detuviera, que era una locura. No me hizo caso y se perdió en el bosque. Lo normal seria dejarlo estar, pero mis sentimientos de culpa me podían, y fui en su búsqueda. Empecé a escuchar al tabernero gritarme que me detuviera, pero no le hice ningún caso, estaba preocupada de aquel hombre y tenia que hacerle recapacitar. Recorrí sin preocuparme si quiera del lugar a donde me adentraba, empeñada en encontrar a ese hombre. Pero esa despreocupación por mi alrededor no me hizo ver el agujero en el que me caí. Para cuando me pude recuperar de la caída, me percate de que algo se movía debajo de las hojas, y para cuando me di cuenta de que era lo que se movía, entendí que estaba en serios problemas. Zombis se estaban levantando. Y justo en el momento en el que había dejado mi pierna atrapada por una rama tras la caída. Vi como se acercaban a mí. Necesitaba salir de allí, pero no podía sacar la pierna. Cada vez estaban mas cerca. Vi que se acercaban velozmente, y pensé en dispararles con mi arco. Pero ya era muy tarde, no tenia espacio para apuntarles y dispararles bien. Intente librarme de ellos a patadas, pero sabia que solo era cuestión de tiempo que fuera devorada. Di por hecho que iba a morir, vi en mis pensamientos todos los momentos de mi vida, y de repente vi la imagen de ese Demonio. Sus oscuras alas, su mandíbula rota, su esquelético cuerpo, sus garras ensangrentadas, sus ojos rojos como la sangre, y como empezaba a andar hacia mi, pisando la sangre de todos mis seres queridos. Sentí como el miedo empezó a apoderarse de mi. Solo pude gritar y llorar, llorar hasta que llegase mi muerte. Entonces, los zombis se quedaron quietos y callados. Vi como se quedaron completamente inmóviles, y como les empezaron a salir sangre al rededor de sus mandíbulas, hasta que sus cabezas cayeron al suelo, dejando que se pudiera apreciar al forastero de cabello corto y moreno, con su espada en mano, una ligera armadura de hierro y con brazaletes escuderos y una ballesta de mano. Le atacaron 2 zombis por ambos flancos, los cuales mato al más cercano decapitándolo, y al otro con una flecha, mientras me preguntaba:

-¿Estas bien?

Me quede perpleja al ver como los mato con tal facilidad, sin titubear, y entonces cerca de un extraño tatuaje de un morado oscuro en su hombro marcado de alguna herida mortal, vi la marca, la marca del héroe. Me quede embobada por esa marca, preguntándome ¿La leyenda es cierta? ¿La profecía realmente existe?

Estuve preguntándome esas cuestiones hasta que volví a recapacitar cuando me volvió a preguntar si estaba bien. vi a un ultimo zombi a punto de atacarle por la espalda, y tan rápido como me fije en él, tense mi arco y dispare una flecha que rozo el cabello corto del héroe y mato al zombi de detrás suya.

-Se nota que eres cazadora-dijo, cuando vio al cadáver caer- pero me había percatado de él. Sin embargo, muy buen tiro.

-Gracias.-le conteste mientras conseguía sacar mi pierna atrapada.-Dime, ¿De verdad lo eres? ¿Realmente existen los héroes?

-¿En serio me lo preguntas? ¿Acaso no eres una heroína?

-¿Yo?

-Si, tú también tienes la marca.-Dijo mientras me señalaba la cintura.

Mire mi cintura y también apareció la marca en ella, pero yo no la tenia. Yo no debería tenerla. ¿Ha aparecido la marca en mi cuerpo solo porque mate al zombi de su espalda? Pensé que estaba soñando, pero no era un sueño. Pero en el fondo, me gusto la idea, ser reconocida, una persona de valor, con un objetivo semi-claro en mi vida, pero ¿Matar a Satán? Si realmente existe ¿No es una locura? Sin embargo, en toda su travesía, descubriría más mundo, y cosas inexploradas. Estuve comiéndome la cabeza sobre que debería hacer, embarcarme a la aventura o ignorar todo lo ocurrido y volver al poblado, hasta que, pareciendo que me estaba leyendo la mente, pregunto:

-¿Quieres acompañarme a derrotar a Satán?

Puede que hiciera una locura, pero con miedo he impotencia le conteste que si.

- Pues empecemos por salir de este bosque...

-Se va a echar la noche y será más peligroso, quedémonos a dormir aquí con un poco de alerta.

-Si, creo que será buena idea. Por ello te recomendaron ¿no? Por cierto, te llamabas María ¿cierto?

-A si es. ¿Como te llamas?

-Rexar, pero mejor llamadme Rex.

-Encantada de conocerte Rex.

Y finalmente, Cayo la luna, haciendo que nos durmiéramos y pasara esa escalofriante noche...

Leyenda SatánicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora