Capitulo 4: Voz misteriosa.

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Después de un rato caminando, Melafe pregunto:

-¿Y exactamente a donde vamos?

-Al norte.

-Dice Rex que allí es donde acaban todas las historias de los antiguos héroes.

-¿en serio? ¿Por qué tenían que acabar las historias en un lugar tan alejado? –cuestiono Ray algo molesto y cansado

-Ray, te dije en su momento que podías quedarte allí. No estas obligado a seguirme al fin del mundo junto con este héroe y esta cazadora.

-Pero sabes perfectamente hermana que no puedo vivir sin ti.

Me pareció una de las cosas mas tiernas que se le podía decir a una hermana…

-¿Quién me iría a defender entonces si vuelvo a ser atacado? ¿Quién?

… Hasta que dijo eso. Fue entonces cuando empezó ha salir niebla lentamente. Estuve extrañada, pues no es normal que saliera la niebla en estas circunstancias, y aun menos una tan densa.

-¡Chicos, no os separéis! ¡Es muy fácil perderse en esta niebla!- dije en voz alta, pero era tarde.

Ellos ya no estaban. Empecé a buscarlos a ciegas desesperadamente, con la suerte de toparme

con alguno de ellos. De repente escuche a un caballo relinchar, y una escalofriante carcajada

en la lejanía. Escuchar eso me hizo que me dejara paralizada en el sitio. Cada vez escuchaba la

carcajada más cerca, acercándose rápidamente hacia mí. Entonces escuche una voz

desconocida gritándome:

-¡Agáchate!

Probablemente fue un acto reflejo, pero me agache en el mismo instante que escuche ese grito. Algo me corto un poco de mi cabello de pasada, no te como la carcajada se volvía a alejar, al igual que las patas del caballo que pude observar. No sabia que estaba ocurriendo, pero intente volverme a poner en pie, y al hacer fuerzas con mi mano contra el suelo para poder levantarme, no te que lo que estaba tocando no era ni tierra, ni barro; era una cabeza decapitada, y con el pulgar le estaba tocando el ojo con gusanos. Entonces mire el suelo de alrededor mía y lo único que podía ver eran cabezas, cabezas decapitadas. Entonces me pare a pensar, que algo me había cortado el cabello, que se escuchaba una carcajada y que lo que fuera lo que rondara por la zona, seria el culpable de estas decapitaciones ¿Un jinete tal vez? Si, solo podía ser un jinete. Me levante y volví a escuchar las carcajadas a lo lejos. Entonces volví a escuchar esa voz misteriosa gritarme.

-¿Estas loca? ¿Acaso quieres ser decapitada? ¡Agáchate!

No le hice ningún caso a esa voz. Cogí una flecha y tense mi arco. Las carcajadas sonaban cada vez mas cerca. Apunte hacia ellas, imaginándome la posición de la cabeza del jinete. Espere hasta que pudiera verle al menos la silueta. Apareció la silueta y conforme la vi, le dispare en todo el cráneo. Pero la montura seguía viniendo hacia mí, y las carcajadas se escuchaban claras. Me dije para mi misma que es imposible, y entonces lo vi. El jinete no tenía cabeza.

-¡Apártate!

Y tan veloz como llegue a escuchar esa orden, me aparte justo para que el jinete no me cortara la cabeza y para que aquella voz misteriosa no me cortara los pies con su enorme hacha, arrasando con las piernas del caballo. El caballo y el jinete cayeron al suelo, pues las piernas del caballo fueron cortadas con el golpe horizontal del hacha. El jinete se empezó a levantar y siguió riéndose a carcajadas, hasta que algo le atravesó el corazón, y un espíritu salió por su tráquea, haciendo que se disipara la niebla. Cuando por fin dejo de existir esa niebla, pude ver como el gladio de Melafe atravesaba el cuerpo del jinete, mientras ella preguntaba si estaba bien. Vi a Rexar y a Raymundo oculto detrás de él. Entonces Rexar pregunto:

-¿Eres un héroe?

No entendí el porque de la pregunta hasta que vi a alguien detrás mía. Era un hombre verdaderamente musculoso, de gran cabello castaño y largo, con una gran armadura puesta, con una gigantesca hacha de 2 manos y con la marca en su antebrazo.

-Si, soy un héroe ¿Y vosotros vais en busca de Satán?

Le afirmamos con la cabeza.

-¿Os importa que os acompañe? -Dijo con una sonrisa.

Horas mas tarde después de seguir caminando todos hacia el norte, decidimos acampar, y mientras cenábamos de un ciervo cazado, se nos presento.

-Soy Douglas. Empecé a ir hacia el norte también, en busca de Satán y ese maldito jinete me atrapo en su niebla. Por suerte me encontré con vosotros, y pudimos derrotarlo.

-¿Sera un capricho del destino que pudiéramos juntarnos tu y yo, Douglas? –Pregunto Ray mientras se iba acercando a él.

-Lo siento, pero no. Soy hetero.

-¿Eso quiere decir que te gustan las mujeres como yo? –Pregunto Melafe insinuosa

-Si, pero lo siento también. Aun no he olvidado la despedida de mi ex mujer.

-¿Y que ocurrió? ¿Le pusiste los cuernos? ¿Te los puso ella?... –Siguió Melafe.

-Murió.

Esa ultima palabra dicha acabo silenciando y tensando el ambiente.

-Me voy a dormir. –Dijo Rexar mientras bostezaba. -¡Buenas noches!

Seguimos callados hasta que Rexar se durmió profundamente, cuando Ray me pregunto:

-Bueno… ¿Qué tal tu relación con Rex? ¿Da sus frutos?

Yo no le entendía…

-¿Qué si progresa? ¿Qué si va mas allá de la amistad?

-Pues…

-¡¿Qué si le has comido la…?!

-¡Melafe! –Le grito Ray.

-¡No! No, no, no, no… Solo somos amigos… solo eso… amigos…

-¿Y estas diciéndome que no te gusta? No deberías de engañarte de esa forma.

Douglas Extrañamente se quedo todavía más callado cuando empezó esa conversación. Entonces dije que me iba a dormir, Y espere mirando al cielo, organizándome mis pensamientos, mientras cerraba los ojos, esperando el amanecer del mañana…

Leyenda SatánicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora