Fíjate bien quién está a tu lado, asegúrate que no sea el.
Si es reservado, si es el rojo entre el azul, si él va a la izquierda cuando todos van a la derecha; cuando diga que no tiene idea de sus paraderos y cuando diga que no sabe quién pudo ser...
Miedo, es lo que todos sentimos desde que todo empezó, llevamos cinco días mirándonos unos a los otros, mirándonos con la incertidumbre de que si algunos de esos ojos, son los del llamado Impostor. Algunos de nosotros nos intentamos distraer con las icónicas tareas de tripulantes; Con la esperanza de que aquella barra en la cafetería, se llene y podamos irnos de aquí. Pero casi nadie las hace por miedo a ser asesinados en el acto. Lo único cierto es que o las hacemos, o moriremos mirándonos sin saber si hemos muerto o simplemente no nos podemos mover.
—Oye Max, ¿Podrías ayudarme con una tarea en electricidad? —Preguntó Gemaki.
—¡Claro! ¿Cual es? —respondió Max con otra pregunta.
—Bueno...¡¿Pero qué es esa cosa?! —Gritó Gemaki.
—¿Esto? Es mi mascota; se llama Lucas, es un perro alienígena —dijo Max muy tranquilo a pesar de que eso demostraba: que los alienígenas existían.
—No...¡No me lo acerques! —aclaró Gemaki.
—Tranquila, no te hará daño —aseguró Max mientras procedía a darle una acaricia al perro.
—Prefiero guardar mi distancia —dijo Gemaki para luego alejarse unos metros.
—Como quieras, dime tú duda —respondió ofendido mientras la guiaba hacia Electricidad.
—Mira lo que tienes que...
—¡Ho dios mío! —dijo sorprendida Gemaki debido a que Pablo y Zara tenían relaciones sexuales en una esquina del área de electricidad.
—Baya, veo que aprovechan su tiempo aquí en la nave —insinuó Max.
—Oye, podemos divertirnos aunque sea un poco ¿No? —acertó Pablo.
—Además, ¿Que probabilidad hay que nos asesinen aquí? —agregó Zara al comentario de Pablo mientras se vestían.
—Muchas si me lo preguntas —intervino Gemaki.
—Algún día te tocará a ti divertirte un momento niña —dijo Zara.
—Si lo que digas —contestó de manera sarcástica para luego hacer la misión con ayuda de Max.
Por otro lado, la euforia viviente dentro del corazón de Zara, la llevó a meterse en la boca del lobo, una de la cual su éxito de escapatoria es casi incierto.
—¡Maldita sea! —gritó Zara.
—¿Zara? ¿Qué pasa? —Preguntó Viole99.
—¡Ha! Hola Viole, no...no es nada.
—Solo estoy algo cansada, todo esto me aterra —respondió evadiendo la mirada de la entrometida Viole.
—Oye, no hay nadie aquí, puedes decirme la verdad —dijo pues ya sabía que mentía.
—Suspiro— Gemaki y Max nos descubrieron a Pablo y Ami teniendo relaciones en electricidad.
—Ho baya —Risas burlonas— eso definitivamente fue un asco.
—Si, no debió suceder pero...
—estoy estresada, tengo miedo, ¿Que más podía hacer —preguntó Zara indirectamente.
—Hacer misiones, porque en caso de no saber quién es el impostor.
—Lo venceremos con las misiones —contestó Viole99.
—Si, debería, tengo que ir al ala médica —comentó Zara mirando hacia las luces del techo.
—¡¿A si?! ¡Yo también! Podemos ir juntas —invitó Viole99.
—¡Claro! —accedió Zara mientras se acomodaba su blusa color Verde limón.
Al mismo tiempo, Dj350 y Paola01 tomaban un té en cafetería, hablaban sobre sus sospechas hacia los posibles impostores.
—¿Quién crees que sea el impostor?
—Ya haz de tener tus sospechas ¿Verdad? —Dijo Dj.
—Bueno, de hecho no, aunque...
—¡No puede ser posible! —dijo sorprendido, más bien, enfadado.
—Solo han pasado cinco días, nadie ha actuado extraño —aseguró Paola no muy segura.
—Apenas hemos llenado una barra de misión de las diez que tenemos que hacer.
—Nadie ha muerto pero no podemos esperar a que eso pase —insistió Dj.
—Tienes toda la razón, lo admito pero no podemos acusar a alguien solo por desterrar.
—Además, ya lo hubiese hecho desde el día uno —contestó indirectamente a Dj.
—Cierto, aún no ha matado a alguien...
—Aunque ahora que lo pienso, sospecho de Zara —confesó Dj.
—¿Zara? ¿Porque? —preguntó Paola muy sorprendida pues Zara y ella eran muy buenas amigas.
—Es la única que no ha hecho misiones, siempre se la pasa mirando a todos —describió Dj.
—Quizás está asustada —dijo Paola inocentemente.
—No se, cuando tengo un presentimiento rara vez suele ser mentira.
—De todos modos, el impostor es el único que no puede hacer misiones...
—¡Reactor 1 averiado! ¡Favor de estabilizar el reactor antes de perder el 50% de capacidad de navegación! —dijo la voz automática de la nave.
—¡¿Que pasa?! —dijo asustada Paola mientras se levantaba de la mesa.
—¡Sabotearon el reactor!, ¡Rápido, hay que arreglarlo! —apresuró Dj para ir a resolver el gran inconveniente.
—¡Atención! ¡Sistemas de puertas desactivadas! ¡Se cerraran las puertas en tres!
—¡No! —gritó Dj intentado salir de cafetería lo más rápido posible.
—Dos...
—¡Resuelvanlo ya!
—Uno, ¡Puertas cerradas!
—¡No! ¡Maldita sea! —dijo Dj puesto que no pudo salir de cafetería.
—Dj... ¿Y ahora que hacemos? —preguntó aterrada la desconsolada Paola.
—No... No lo sé...
Las puertas se cerraron, el reactor fue saboteado, dejando a los tripulantes encerrados en las áreas de la nave; mismas que en una de ellas, poseía al impostor. Pero eso se hizo evidente puesto que del lado izquierdo de la nave, un gritó ensordecedor de una mujer se hizo llegar a cada rincón de la nave.
Shh, silencio, ten discreción, el impostor está entre nosotros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.