AMONG US

5. Escapar o morir.

Estamos muy preocupados: ya hay dos muertos y uno expulsado, quedamos siete personas aquí en la nave y una de ellas, es el impostor. Zara ha estado deprimida estos días por la expulsión de Pablo, ella sabe que no dará tiempo para poder salvarlo; su muerte está asegurada.
Nuestros planes de escapar de aquí fueron destruidos, esto debido a que la nave se está quedando sin combustible y, hará una parada en un lugar del cual jamás había oído, la torre MORAH.
Una torre tan alta que llega más allá de las nubes de un inhóspito planeta.
Cada hora es una carrera contra el tiempo, el impostor cada vez está más cerca de matarnos a todos, el problema es: ya nadie quiere hacer misiones.

—¡¿Gemaki?! ¡¿Tienes que venir a ver esto?! —llamó One.

—¿Qué pasa? —preguntó Gemaki.

—Mira: allí, es el perro de Pablo —señaló One.

—¿Qué hace? —preguntó con curiosidad Gemaki.

—Esperando a... su dueño —respondió One.

—Hay no, pobrecito —Confesó Gemaki muy triste por el hecho.

—De ahí no se ha ido, siempre lo veo en frente de la puerta de expulsión.

—solo ahí, esperando a que...regrese.

—Ahora me siento culpable de haber votado por el.

—Aún no sé cómo es que me lograste convencer —dijo Gemaki.

—No fue a propósito, tenía mis sospechas.

—Suspiro— Si pero debiste mostrar más pruebas que solo simples especulaciones.

—No podía simplemente quedarme ahí sin hacer nada —aseguró One.

—Ya se, ya se —dijo Gemaki mientras movía su muñeca de arriba hacia abajo.

—Oye, una cosa, tu y Max...

—¡No! ¡¿Quién te dijo eso?! fue Max ¡¿Verdad?! —dijo Gemaki muy exaltada.

—Ni me dejaste terminar.

—¡No me importa! ¡Ya se de que se trata! —aseguró Gemaki.

—Osea que...si vieron quién era el impostor.

—¡¿Qué?! ¡No! —dijo la nerviosa e incomoda Gemaki.

—Digo porque ni me dejaste terminar.

—Risas— Lo siento. Creí que...¿Sabes que?; Mejor olvidalo.

—¿Te sientes bien? —preguntó One no muy convencido de la confesión de Gemaki.

—Como nunca, bueno, por otro lado...

—Llemonos al perro, me lastima verlo ahí —Dijo mientras procedían a llevar al perro a cafetería.

Del otro lado de la nave, en el ala médica: Ángel se encontraba conversando con la deprimida Zara, misma que no ha hecho misiones desde hace más de ocho días. Aunque ya era

—Hola Zara —saludó Ángel.

—Hola... Ángel —respondió a penas.

—¿Cómo has estado?

—...

—Ya veo: Pablo era muy importante para ti ¿Verdad? —preguntó Ángel.

—Suspiro— Si, lo era todo para mí.

—¿Ya se conocían? —preguntó Ángel mientras se sentaba en la cama al lado de Zara.

—Eramos pareja, nos conocimos hace ya unos años; pero pareciera que fuese ayer.

—Entiendo, se ve que eran muy unidos —aseguró Ángel.

—Hiba a proponerme matrimonio cuando nos raptaron.

—Creo que...creo que aún tenía el anillo en el pantalón —confesó Zara para luego romper en llanto.

—Lo...lo lamento, no tenía idea —dijo Ángel muy apenado por la incomoda pregunta.

—No te preocupes, de todas formas, mis padres no aceptarían el compromiso —confesó Zara como si ya conociera a Ángel desde hace décadas.

—¿Por qué? Bueno, ¿Si puedo saber?

—Agh —se quejó— Solo...¡¿Quiero olvidarlo todo?! —dijo desesperada Zara.

—¿No quires que... te haga olvidarlo todo? —insinuó Ángel mientras tocaba la pierna de Zara.

—Quizas necesite un poco de ayuda —dijo Zara para luego empezar a quitarse la blusa.

La vela se encendió, el furor los encerró; con sus cuerpos desnudos y frotándose continuamente, ignorando lo que sucedía a su alrededor, la innata verdad dentro del sistema de abrió camino, las luces de la nave se empezaban a apagar una tras otra. Sin saber la razón, lo único que pudieron ver al asomarse el resto de los tripulantes por las ventanas: Fue esa inminente torre con un letrero dando la bienvenida a MORAH.

—Hemm, ¿Chicos? —dijo Paola algo preocupada.

—¿Qué pasa? —preguntó Dj.

—Creo que no estaremos solos en la torre.

Si, múltiples naves llegaban a la misma ubicación; pero lo que todos querían saber es que si venían en paz o en por mero estado hostil.

      "BIENVENIDOS A MORAH"