3. La muerte en cada esquina.

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—¡¿Alguien me escucha?! —preguntó desesperado DJ350.

—¡¿Alguien puede escucharme?! —repitió Dj.

—No escucho nada Dj —dijo Paola mientras ponía su mano en el hombro de Dj.

—No,¡No!, Alguien tiene que responder —suplicó Dj.

—¡Aquí! ¡Aquí estoy! —respondió en la lejanía la angustiada Zara.

—¡Zara! ¡¿Eres tú Zara?! ¡¿Donde estas?! —preguntó algo desorientado y nervioso.

—¡En enfermería! ¡Estoy!... ¡Estoy con Viole! —respondió con la voz entrecortada, como si hago hubiese sucedido.

—¡¿Te encuentras bien?! —pregunta Paola.

—¡Si! ¡Estoy bien! —respondió entre dientes y sollozos.

—¡¿Y como está Viole?! —preguntó Dj.

—...

—¡Zara! ¡¿Zara?! —preguntaba Dj con temor.

—¡Zara! ¡¿Qué pasó con Viole?! ¡¡Zara!! —gritó Paola intentando Gabriel la enorme puerta de cafetería.

—Esta... —Sollozos— ¡Esta muerta!

—¡¿Qué?! —dijo Dj sin saber que más decir.

—No...no —decía Paola mientras se deslizaba por la puerta.

Angustiados, no sabían qué hacer para resolver el problema en el reactor, a tan solo quince segundos y bajando, el fin parecía estar cerca.
Pero como si de un milagro se tratase,
las puertas se abrieron; Paola se dirigió hacia enfermería y Dj a arreglar el reactor, que al llegar, Gemaki y Max ya estaban ahí colocando sus manos en las tabletas.

Por otro lado, todos se reunían para ver el cuerpo de Viole puesto que Zara usó su megáfono.

—Tranquila, solo dime: ¿Qué pasó aquí? —preguntó Paola mientras eran miradas por el resto de jugadores.

—No vi nada, ¡No vi nada! ¡No pude salvarla! —aseguró Zara mientras lloraba al lado del cuerpo de Viole.

—¿No recuerdas algo? —insistió Paola.

—Solo... que alguien me golpeó y caí al piso, y cuando...

—Y cuando me levanté: ahí la vi, tirada en el suelo con una herida en la espalda —contestó apenas.

—Suspiro— Vamos ha... Ha seguir con las tareas ¿Ok?, le daremos su despedida al final del día.

—¿Alguien sabe si tenía familia a la cual llamar? —preguntó Paola con un mal sabor de boca pues había muerto una persona.

—Tío, no sabemos, ni siquiera sabemos aunque sea algo sobre nosotros —respondió Miguelito.

—¿No tenía su teléfono en el pantalón? —preguntó Max.

—Creo...creo que no —respondió Zara sin darle tanta importancia al asunto.

—Agh, ¡Maldita sea! —se quejó Max.

—¿Qué pasa? —preguntó Gemaki.

—Llevamos una semana aquí y aún no sabemos quién es el asesino —dijo frustrado.

—Nadie dijo que sería fácil.

—Yo igual tengo miedo, siento que mi vida puede ser arrebatada por un...

—Agh, pero a pesar de lo terrible que pueda hacer, si tienes fe: ten por hecho que nada te pasará —aseguró Gemaki con una cálida sonrisa.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila sabiendo que podemos morir? —acentuó Max.

—Tengo la seguridad y la certeza de que nadie me hará daño si voy con Dios.

—De todas maneras, Dios hará justicia a mi muerte y dará castigo a mi ejecutor —dijo Gemaki con su puño en el pecho.

—Wow, eres increíble —confesó Max.

—Risas sonrojadas— Gracias, pero mi tipo es  Neji Hyuga.

—¿Qué? ¿Quién? —preguntó  Max muy confundido.

—Nada, pensé que te referías ha... Olvidalo —dijo Gemaki muy apenada por lo que ella creía.

—Risas— ¿Ok?

Horas más tarde, la tripulación se encontraba en un punto crítico: mataron a uno de ellos y tendrán que expulsar a alguien. Después de la emotiva pero trágica despedía a Viole, muchos  dejaron de realizar sus actividades, solo faltaban quince de las veinte que tenían que hacer, parecía tan fácil; Pero es bien sabido que: Si lo vez fácil es porque de seguro lo has de estar haciendo mal.

—Aún no puedo creer que nadie hagas las tareas —dijo Mr. One.

—Están angustiados, deja que se acople y veraz que...

—¿No habían habierto esa puerta? —interrumpió Mr. One a Ángel.

—Detrás está la cabina de navegación.

—Quizás la alarma no la afectó —eludió Ángel.

—Ven ayudame —dijo One para luego ponerse ambos a intentar abrir la puerta.

Con todas sus fuerzas, lograron abrir la puerta, misma que al hacerlo:  dejo al descubierto el cadáver de lo que alguna vez fue Miguelito.
El problema es que One ya sospechaba de alguien y corría el riesgo de equivocarse.




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