6. LA TORRE.

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—¿De dónde vienen todas esas naves?

—¿Serán personas como nosotros? —preguntó Max con temor y con  la piel totalmente erizada.

—No tengo ni la más remota idea —respondió  One.

—¿Es la tierra? —preguntó Paola.

—No, es otro lugar...

—MORAH, jamás había oído de esta instalación en este lugar —dijo Paola.

—No, lo estás leyendo mal, mira ahí en la separación entre las letras.

—Ahí dice MIRA HQ —corrigió Max.

—Perdón, que perfeccionista eres —dijo Paola.

—Bueno, las luces se encenderán cuando —aseguró Max.

—¿Como estás tan seguro? —preguntó One no muy convencido.

—No...No lo sé, lo intuyo —respondió Max con miedo pues seguramente: se está equivocando.

—Estamos a punto de aterrizar en el muelle de descarga —alertó Paola.



Sin saber lo que vivirían dentro de la torre, se apresuraron a formarse en la zona de descarga de la nave. Todos ingenuos pues no sabían que en griego, MIRA HQ significa: Ver HQ, algo que a simple vista,no parecía ser muy ofensivo; pero en realidad no era un mensaje al azar.



—"Bienvenidos a la torre MIRA HQ"
"Zona de carga de gasolina M1 a la derecha" —sijo  la grabación de las bocinas del lugar.

—¿Gasolina M1? ¿Que tipo de gasolina es esa? —preguntó One.

—No se, quizás es una que no conocemos —aseguró Max.


Al entrar, todo se veía más grande de lo que aparentaba por fuera. Maquinas expendedoras, una gigantesca cafetería, pasillos tan grandes que parecieran que no tuviesen final; un gran pasillo dividido en una Y; Un invernadero, enfermería y armería. Sin duda era la torre más grande jamás vista; Y a diferencia de lo que los tripulantes pensaban: No eran extraterrestres los tripulantes de las naves, almenos en eso confiaban ellos, esto porque algo más grande estaba a punto de suceder.
Una vez pasada unas horas, los tripulantes de la nave se dispersaron para liberarse de la presión, One, por otro lado, se encontraba en la sala de comunicación con al esperanza de con tantos intentos: alguien respondiera la radio para pedir ayuda. Zara por otra parte, logró entablar una conversación con uno de los tripulantes de una nave de exploración interplanetaria.

—¿Y como llegaron aquí? —preguntó el joven.

—Es una larga historia, una no muy buena; pero tiene que ver con un secuestro —confesó Zara.

—Ho baya, lo lamento mucho, ¿Necesitan ayuda? —ofreció el joven.

—No gracias, lo que pasa es que no recuerdo casi nada de cuando fui raptada —respondió Zara.

— ¿Recuerdas algo? Quizás pueda ayudarte —ofreció su ayuda el joven.

—Bueno, hem, lo único que logró recordar es una habitación oscura, una luz blanca y....

—Unas pinzas.

—¿Pinzas? —preguntó consternado el joven explorador.

—Si, como las que usan en cirugía, unas raras y puntiagudas.

—Mmm, es raro, no sé cómo ayudarte con eso.

—Tal vez....te hicieron una intervención quirúrgica —dedujo el joven.

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