Un suspiro hastiado escapó de sus labios una vez más.
«Otro planeta conquistado.»
Pensó con aburrimiento el cíclope de cabellos rosas retornando a su nave espacial, pues la verdad es que jamás pensó que ser el más fuerte se tornaría tan aburrido y monótono.
Con pesar se dejó caer sobre su robusto y cómodo trono, aún portando su armadura dorada, sin rastros siquiera de alguna batalla y es que su vida en eso se resumía, conquistar planetas para mantener estable su reino.
—Lord Boros. —Le llamó uno de sus más fieles subordinados, postrándose ante él como lo haría un caballero ante el rey al que sirve, y es que más o menos ese vendría siendo su estatus.
—¿Qué ocurre Melzargard? —respondió dirigiendo su mirada hacia aquella entidad poco agraciada y en cierta forma tenebrosa.
—Han informado de una rebelión en Duranio, uno de los planetas recién adquiridos gracias a usted.
—Me lo imaginaba —murmuró sin emoción alguna— .Era raro que no hubiesen intentado algo.
Y es que recibir ese tipo de noticias era algo muy común.
—¿Cómo debemos proceder mi lord?
—Ejecútenlos —ordenó sumido en un profundo aburrimiento— , pero solo a sus principales líderes, una vez hecho esto las masas se desorganizarán.
—Buena estrategia Lord Boros. —No tardó en alabarle su sirviente.
—¿Algo más?
—Sí, pero no es de suma urgencia, ha de estar cansado, me retiro —anunció antes de dar media vuelta para continuar con sus labores.
—Aguarda un momento, Melzargard ¿cuál es el otro asunto? —cuestionó con cierta curiosidad el del orbe verde azulado.
—Se trata de su profetiza, asegura tener un mensaje para usted.
—En tal caso, comuníqueme con ella de inmediato.
—Enseguida, señor.
No tuvo que esperar mucho para que delante de él apareciera un holograma de aquella anciana con una capucha que cubría gran parte de su rostro.
—Shibuya, he escuchado que tienes una profecía para mí —comenzó el de los cabellos en punta con marcado interés y podría decirse un poco de emoción.
—Así es, Lord Boros ¿Está listo para escucharla?
—Sí.
—A cincuenta años luz de donde se encuentra hay un planeta cuyos habitantes nombraron Tierra, allí encontrará lo que su corazón anhela.
—¿Lo que mi corazón anhela? —indagó en busca de más detalles, pues la verdad es que él no era de saber interpretar ese tipo de frases, aunque tampoco lo daría a conocer.
—Digamos Lord Boros, que la civilización que allí habita le resultará interesante y encontrará lo que tanto está buscando.
Una sonrisa soberbia se formó en el rostro del aludido ante tales palabras, al fin lo encontraría, un rival digno que tornaría la pelea interesante o eso era lo que él pensaba.
—Melzargard, dirige la nave rumbo a la Tierra, quiero llegar cuanto antes.
—Como usted ordene, señor.
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Ese alien caprichoso | Lord Boros |
FanfictionSinopsis Orgulloso, testarudo, caprichoso y estúpido, esas eran sus referencias hacia aquel ser malherido que terminó frente a su puerta aquella tarde. _Verás, creo que me pasé_fueron las palabras de cierto calvo con cara de poker_¿Puedes ayudarme...