Sarcasmo ( 4 )

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—¿Y bien? —presionó Eria luego de varios minutos de camino, atravesando el gentío de personas que se encontraban en busca de productos en rebaja como ellos.

Saitama guardó silencio tratando de encontrar una buena excusa y la verdad era que ninguna le venía a la mente. Para su desgracia ninguna frase de la revista que había comprado haría efecto en Eria como lo hacía en Genos, su autoproclamado discípulo.

—No lo sé —confesó sintiendo un peso abandonar sus hombros, después de todo a ella no le podía mentir, para bien o para mal eran amigos desde hace años—.Simplemente decidí no matarlo.

—Eso lo puedo entender —afirma dejando escapar un suspiro cansado—,pero ¿por qué dejarme a mí a cargo de él? —cuestionó observándolo expectante, en busca de alguna respuesta en aquella expresión vacía a la que tan acostumbrada estaba.

—Su nave fue destruida y sus compañeros asesinados —explica deteniéndose frente a la tienda que hacía descuento de carne— .No tenía a dónde ir, pero tampoco podía tenerlo en mi casa y como mi mejor amiga... además de ser la mujer más fuerte que conozco, vive sola, pensé que podría ocuparse de él.

La fémina rascó la parte posterior de su cabeza, si no fuera por esa actitud tan engreída por parte del alien no tendría tanto problema en convivir con él, aunque tampoco es como si tuviese mucho tiempo para cuidarlo, pues además de su trabajo todavía era estudiante universitaria y obviamente eso le quitaba gran parte del día.

—No tengo tanto tiempo libre como para hacer de niñera —informa siguiendo los pasos del calvo, quien no perdía la oportunidad de tomar casi cualquier producto cuyo precio haya sido rebajado considerablemente.

—No soy un niño para que tengas que cuidar de mí —intervino la todavía pequeña creatura, cansado de estar en silencio como si no estuviera presente.

—Eso es cierto —concuerda el calvo sin girarse a mirar, pues estaba concentrado en los productos con descuento.

Un suspiro cansado escapó de los labios de la fémina. No era tan cruel como para dejar a su suerte a alguien que ha perdido todo, aunque ese alguien no fuese de este planeta.

—De acuerdo Borito, intentemos vivir juntos —accede todavía no muy convencida, dejándolo salir del bolsillo de su abrigo para colocarlo sobre su hombro— ,pero no es como si tuviéramos más opciones.

—Eso lo sé, enana.

Rodó los ojos intentando no golpearlo, contenerse era lo mejor que podía hacer en esta situación.

Algunas personas se le quedaban mirando con cierta curiosidad, pues pensaban que Boros era un peluche que hablaba y se movía.

—Fue una buena compra —declara Saitama bastante satisfecho, tuvo que esperar un montón para ser atendido por el chico de la caja registradora pero había valido la pena.

—¿Y ahora qué harás? —cuestiona la universitaria, quien aprovechando que traía dinero a mano decidió comprar también algunas cosas.

—Creo que leeré algún manga —responde encogiéndose de hombros.

—Por cierto ¿te va bien como héroe?—inquirió curiosa, pensaba que tal vez siendo héroe encontrara algún tipo de motivación como la tenía antes de terminar el entrenamiento que habían iniciado juntos.

—No soy muy popular pero no me quejo y...he conocido gente rara.

Unas pequeñas carcajadas escaparon de los labios de la chica, su mejor amigo al menos estaba socializando mucho más que ella y se alegraba por ello, de verdad que sí.

 Ese alien caprichoso | Lord Boros |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora