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Me despierta la alarma de mi celular, que estupidez había sido ponerla, cada vez que sonaba me quedaba ahí como tonta, esperando que alguien me fuera a levantar, como todas las mañana. Mi mamá fue la que entró a mi pieza, subió las cortinas, me movió un poco el pelo, tiró de las sabanas hasta dejarme completamente destapada y salió.

-Buenos días- Gritó ya afuera.

-Háblame en un rato - Le gruñí mientras me sentaba en la cama. Mi pieza era grande, las paredes blancas y en una estaba pintada Marilyn Monroe, piso de madera,  tenía un escritorio blanco, sobre él un viejo notebook y un desorden de cosas, frente a la cama un televisor, junto a ella una alfombra, dos ventanas largas, una a cada lado de mi cama, la puerta que daba al pasillo estaba frente a la cama, justo al lado del televisor, la del armario a un lado y la del baño al otro, siempre me había gustado y si algo me aburría era facil de cambiar.

Debían ser las 7:30 así que me metí a la ducha y disfruté que el agua caliente pasara por mi cuerpo, me lavé él pelo, salí de la ducha y me fui directo al espejo de mi pieza, mi pelo castaño ya estaba ondulándose y me llegaba justo a la mitad de la espalda, tenía un tono normal de piel, tal vez un poco más claro, ojos verdes almendrados, nariz delgada y mis labios notorios.

 -Apúrate Emily- Grito mi papá desde el primer piso.

 -Ya voy- Grite vistiéndome, la falda gris claro, la camisa celeste, la corbata azul marino, un par de calcetines largos de color gris y mis zapatos negros. Mi pelo aún estaba húmedo asique decidí hacerme una trenza hacia el lado.  

 -Te demoras más que tu mamá- Reclamó mi papá cuando llegué a la cocina. 

 -Es que ella no tiene este pelo- Dije señalando mi trenza haciendo cara de lata, mi papá era exactamente igual a mí, a diferencia que sus ojos eran cafés, los míos eran como los de mi mamá.

Mis papás tenían una empresa constructora, mi mamá era ingeniero comercial y mi papá arquitecto, la compañía era muy exitosa y solían llevar a cabo importantes proyectos.

 -Pero tiene arrugas- Dijo él sin poder evitar reír.

 -¿Y tus canas qué?- Tomé mi mochila y una manzana mientras me miraba algo molesto- Chao papá- Le di un beso en la frente y salí de la casa. 

Caminando al colegio decidí mirar el celular, efectivamente era tarde pero ya eran más de las ocho, así que un par de minutos ya no harían la diferencia, miré los tres mensajes que tenía en mi celular. 

Megan: Eres una perra porqué no avisas que tenías mi falda?. 

Mi mejor amiga siempre tan tierna y cariñosa, tenía el pelo rubio y liso, los ojos verdes y un cuerpo por el que cualquiera mataría.

 Logan: Te extrañé en mi cama ;) 

 Estúpido, porque tenía que tener el mejor amigo más pervertido del colegio, tenía el pelo negro, era de piel morena y los ojos casi negros.

 Megan: Si no llegas en 30 minutos el puesto al lado de Víctor va a ser mío. 

SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora