Capitulo 1

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El nacimiento de un ser que no debió.

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-GAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

Un grito se escuchó en una cabaña.

¿La razón?

Simple, el milagro de la vida estaba floreciendo luego de 9 largos meses de creación.

-Un poco mas. Ya falta poco.

Una partera quien era la que estaba llevando a cabo aquel parto estaba dándole órdenes a la nueva madre.

Y así luego de 10 largos minutos o más , un bebe de cabello blanco y ojos rojos nació.

-¿Eh?

La partera soltó un pequeño quejido de confusión y miedo. Pues este bebé de ojos rojos no estaba llorando mientras su pequeño pecho subía y bajaba de una forma rítmica.

-¿Hay algo malo con mi hijo?

Preguntó la madre entre jadeos para recuperar el aliento, miraba a su hijo con un rostro de total preocupación mientras observaba a la partera quien sostenía a su hijo.

-Lo llevaré para hacer unas revisiones, vuelvo en unos minutos.

Antes de llevárselo, la partera dio al recién nacido a su madre quien lo tomó con toda la delicadeza del mundo, abrazando y besando a nu primer hijo.

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-Felicidades señora Cranel, su hijo está completamente sano.

Con una gran sonrisa para aliviar las preocupaciones de la madre, entregó a su hijo con sumo cuidado.

Una pequeña sonrisa debido a la felicidad del momento en conjunto con el cansancio cansancio floreció en su rostro. Unas lágrimas salieron de sus ojos,  lágrimas de felicidad pura al ver los frutos de su eterno amor.

-Bienvenido al mundo, Bell Cranel.

El bebe, con sus ojos de un color brillante rojo, observó el rostro de su madre, antes de que una pequeña curvatura en sus labios se mostrase, y cerrara los ojos para dormir.

El fruto de un deseo egoísta y un eterno amor, habían dado a luz a un ser que nunca debió existir.

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3 Años después.

Tres años han pasado desde que Bell nació, y las cosas no podrían estar mejor para el pequeño y su madre.

La mujer, una joven madre que respondía al nombre de Meteria, era una mujer sumamente hermosa.

Tenía un cabello de color plata pálido llegando a ser de un color blanco con la iluminación adecuada, unos hermosos ojos rojos que se asemejaban al color rubí, Una figura digna de una diosa, un busto moderado ni muy grande o muy pequeño, se podría decir que tenía la medida perfecta.

Un abdomen plano junto con una delgada cintura y anchas caderas, una retaguardia prominente pero no llegando a ser extremo. Era una belleza que solo la tierra podría crear, además no había rastro de que esta mujer hubiera tenido un parto, seguía siendo la vi a imagen de la juventud.

Su hijo era la viva imagen de esta mujer.

Respondía al nombre de Bell. A diferencia dd su madre, tenía un color de cabellos un poco mas oscuro, unos ojos de color carmesí que podían leer hasta el alma de un ser puro. Algunos decían que si cayeras en esa mirada te perderías en un abismo sin fondo, pero de igual manera tanto aterradora como hermosa era la mirada de este niño, y las féminas suspiraban e imaginaban como sería este de mayor.

Bell, Hijo de la BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora