Capítulo 20

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Narra Seth

Despierto en la cama de la habitación de invitados solo, bueno, solo no, porque hay un zorro durmiendo sobre mi pecho. Un zorro no, el zorrito que se ha apegado a Camila con uñas y dientes.

—Hey, pequeño peludito, ¿dónde está Camila? —Sueno un poco estúpido al hablar con un animal, pero me transformo en uno, así que está justificado. El zorro me mira con los ojos soñolientos, y vuelve a tumbarse sobre mi pecho, escondiendo el hocico en la esponjosa cola. Sonrío enternecido, y afino el oído esperando escuchar los latidos de Camila, pero no escucho nada, afino aún más, y en un radio de unos tres kilómetros, lo único que escucho, es la vida del bosque, pero nada de mi impronta.

Me levanto de golpe y el zorro cae en la cama, mirándome ofendido, pero paso de su mirada y me levanto de un salto, corriendo hacia la ventana ahorrando el tiempo que perdería bajando por las escaleras, y al aterrizar en el suelo, ya estoy a cuatro patas, corriendo y siguiendo el aroma casi reciente de Camila.

Sam, Camila ha desaparecido. —Exclamo a nadie en particular, pero notando a todos como lobos haciendo las patrullas. Al instante, todos comienzan a hablar al mismo tiempo.

¡Basta! —Ordena Sam, y todos guardamos silencio. —Estamos a poco de tu ubicación, llegaremos rápidamente.

Sintiéndome más tranquilo al saber que mi alpha llegará rápidamente, me permito relajarme un poco, pero todo se fastidia con el típico comentario estúpido de Paul.

No sabes ni proteger a tu propia impronta. —Murmura Paul, en voz baja pero firme, y gruño al escucharle en mi mente. Ignoro su comentario, y sigo corriendo hasta que Sam se coloca enfrente de mí, y los demás nos rodean.

No sé por qué, pero Seth tío, hay un zorro correteando detrás de ti. —Murmura Embry confuso, y giro lo suficiente para ver al zorrito intentando alcanzarme, freno un poco, y lo agarro lo justo para que trepe por mi cuerpo y se quede sobre mi lomo antes de remontar. Antes de que nadie haga un chiste, un aullido desconocido suena a través del bosque, y mi instinto me hace correr hacia allí, encontrándome, al llegar, un hedor horrible a muerte.

¿Esa es Camila? —Exclama Leah preocupada, ahogo un jadeo y correteo hacia ella, pero el lobo blanco se me queda mirando fijamente hasta que se aleja un poco y me permite acercarme al cuerpo de Camila, lloriqueo un poco mientras lamo suavemente su mejilla.

Gimo contra su rostro, escuchando sin saber qué hacer su corazón latiendo de forma lenta, como si se estuviera apagando de forma lenta. La manada nos rodea, sin saber qué hacer, y todos comienzan a aullar de forma triste, como llorando la muerte de Camila.

Parad. Ella no se va de mi lado. No me va a dejar solo. Se pondrá bien. —Digo sin dejar de lloriquear como un maldito cachorro contra la mejilla de mi impronta. —Ella no va a morir, no puede, no.

NUNCA ANTES  |SETH CLEARWATER|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora