La penumbra de la noche rodeaba mi cuerpo ocasionando un frío en mi espalda y brazos; sin embargo eso no importaba para nada en la situación en la que me encontraba, el ambiente y las cosas que sucedían a mi alrededor dan igual en mi mente.
Mis sollozos entrecortados era la sinfonía de la noche que daba la entrada a la ópera nostálgica y deprimente; el drama del cual soy protagonista.
El agonizante sonido que trataba de callar colocando una mano sobre mis labios creaba un pequeño eco en la calle; aunque quiera ser fuerte ante lo que está pasando, aunque no quiera mostrarme indefenso ante la soledad, mi mente sólo pudo encontrar la solución de auto consuelo, tratando de liberar la presión de mi pecho por medio de lágrimas que no dudaban en salir para deslizarse por mis mejillas como si fuesen un tobogán.
Apreté el sobre color verde que sostenía con mi mano izquierda, al mismo tiempo que trataba de tranquilizar mi llanto; si de casualidad alguien pasa frente a mí, no quiero que me vea tan deprimente.
Pero en algunas ocasiones es tan difícil ser fuerte ante los problemas o decepciones.
Tener en mente que nunca más volveré a ver al único chico que logró entrar en mi corazón... Es terrible, nunca en mi vida me había sentido tan devastado.
Me abracé a mi mismo, con la esperanza de que al siguiente día; al despertar, me de cuenta que sólo estoy viviendo una horrible pesadilla, que en realidad nada de esto es real.
En la mañana siguiente poder buscarlo a su casa, abrazarlo, disfrutar de su dulce y agradable aroma, deleitarme con su suave voz diciendo mi nombre; para finalmente enamorarme más al poder observar sus finos labios de un leve color rosado sonriendo, sentirme la persona más feliz en el mundo cuando nuestras miradas se topen; deteniendo el tiempo para poder disfrutar y admirar el brillo en sus orbes profundos como el mar y claros como el cielo.
Gravar la textura de su piel con mis dedos, aprender el más mínimo detalle de él; memorizar y apreciar los sentimientos que se juntan con su presencia.
Pero otro lado de mi mente me dio un golpe fuerte en la cabeza; como si me hubiese lanzado una piedra.
Esto es real.
No es una alucinación, no estoy soñando.
Lo que estoy viviendo es la cruel realidad que el destino me ha regalado.
Un presente donde no puedo disfrutar de la maravillosa presencia de mi querido, hermoso y perfecto Gaara.
— Me sorprende no verte disfrutar el poder de la juventud — Reconocí esa voz al instante, al mismo tiempo pude sentir como la presencia de mi maestro se sentaba a la par mía.
— Gai-sensei... — Susurré con una voz quebrada, dirigí mi mirada hacia él por cortos segundos; pues mi vista nublada por las lágrimas no me permitía tener una conversación con contacto visual.
Solté un suspiro entre cortado, me sentía completamente avergonzado por haber sido cachado por mi maestro en un momento lleno de sufrimiento emocional; coloqué mi rostro entre mis manos ocultándome de la mirada del maestro Gai, las vendas que rodeaban la mitad de mis dedos y resto de mis manos comenzaban a empaparse, pero como la mayoría de cosas de esta noche... No me importaba.
— ¿Cómo podría disfrutar del poder de la juventud, si acabo de perder a la persona más importante de mi vida? — Hablé sin apartar las manos de mi rostro; fue complicado decir toda esa pregunta sin ser detenido por mis quejidos de tristeza.
Mi pecho subía y bajaba sin un ritmo en específico, mi respiración estaba más entre cortada que nunca; sobre todo por que el aire ya no llegaba a la perfección a mi nariz por culpa de las manos que ocultaban mi estado apesadumbrado.
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Daré Todo Por Ti | LeeGaa | 愛
FanfictionLee no podía soportar la idea de perder fácilmente a alguien que ama con todas sus fuerzas, lucharía para tenerlo de nuevo entre sus brazos; daría todo para ver sus ojos, daría todo para ver su sonrisa... Por una última vez. ----- ◼ Segunda tempora...