Seminibus [Diabolik Lovers]

Charlotte

Las campanas de la iglesia anunciaron la entrada al templo, y las personas que con sus trajes más finos habían llegado se sentaron en sus lugares correspondientes dentro. En el altar, el sacerdote estaba listo y el camino que daba hacia la salida estaba adornado por preciosas rosas blancas y rosas por todo el lugar. Había incienso dulce y un aroma a caramelo en el aire, junto con el ambiente romántico y coqueto en los invitados.

Era una ceremonia matrimonial ideal como para un cuento de hadas, brillando en su magnificencia sin siquiera ver a los protagonistas todavía.

Y la gente rumoreaba sobre todo, charlaba alegremente antes de guardar silencio. ¿Cómo se verá la novia? ¿cómo se verá el vestido? las preguntas casuales que hacen todos, pero más que nada se preguntaban...

¿Quienes eran esos cinco atractivos hombres que estaban en la primera fila de la familia de la novia? Vestidos con trajes hechos a medida, los cinco con el mismo peinado hacia atrás perfectamente estilizado. Los cinco pares de ojos como joyas relucían expectantes, y sus miradas serias eran dignas de ser respetadas y admiradas.

Pero claro, la familia Sakamaki siempre ha sido atractiva. O al menos para los que conocían a dichas personas fuera de lo laboral.

Laito, Ayato, Kanato, Subaru y Reiji...

Pero... ¿Acaso no eran seis?

Oh, cierto, la gente se olvidaba de eso. Distraídos por tan preciosa ceremonia de adentro hacia fuera, se habían olvidado de que hoy se casaba nada más ni nada menos que la hija del hermano mayor. O eso dictaban nuestras fuentes.

¿Cómo se llamaba? Tenía un nombre precioso, digno de una princesa, decía su madre. Un nombre que solamente se suspiraba por amor cuando veían el rostro de la heredera del clan.

Ah, Charlotte.

Incluso en los invitados se distinguían a tres de los Mukami. El Idol no se encontraba por ningún lado, pero seguramente tenía asuntos más importantes que atender. Su carrera musical no terminó después de veinte años de éxitos, sino que se adentró en la actuación y ahora era más que un simple idol, sino era toda una estrella. Creo que por eso más de las personas invitadas se encontraban afuera: había demasiada gente poderosa dentro de la iglesia, personas que eran famosas por sus hermosos rostros e imperios millonarios.

¿Estaban emocionados por ver quién era la novia? No habían visto su rostro, tampoco es que haya trabajado en público. Se dice que Shuu Sakamaki la tiene resguardada para que nada le pase, que prefiere protegerla de todo. Al parecer, si se estaba casando en ese momento, no la había cuidado de todo. El amor llegó a ella en algún momento, y ese sentimiento floreció hasta llegar a donde estaban. Lo único que se decía era que esa joven, sea quién sea, era extremadamente preciosa y delicada como una flor, pero eterna como una perla.

Y eso era para Shuu: una perla en su mano, siempre preciosa. Cuando el sacerdote anunció que ya era hora de que se sienten, la música comenzó a sonar. El órgano de la iglesia se elevó en música celestial cuando se abrieron las puertas y entraron los padrinos y damas de honor.

La sorpresa fue que no había niños en la entrada, tampoco los abuelos. Era sabido que tanto Yui Komori como Shuu Sakamaki se anunciaban como huérfanos, aunque todos sabían que el padre de la novia todavía tenía vivo a su predecesor. Sea quién sea Tougo Sakamaki, no estaba allí. Los que si aparecieron fueron los abuelos del novio y los padres.

Detrás de ellos, Yui Komori avanzó del brazo de su hijo menor Edgar, y los dos radiantes en su felicidad vestían ambos de color azul. ¿Era algo simbólico? No tenían mucha idea las personas por el momento, pero el color de esa tela era familiar. Brillaban como si sus emociones se manifestaran en un aura. Edgar, rubio y de ojos rosados con una sonrisa infinita y Yui, con la elegancia de una reina, sosteniendo el brazo de su hijo a pasos casi rítmicos. Los hermanos Sakamaki que estaban sentados en la primera fila miraban a Komori con un anhelo que los invitados no lograban descifrar, ya que ellos no conocían toda la historia.