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Lance.

No estaba en sus planes llegar tan tarde, de eso estaba seguro. Mientras corría por los jardines del palacio en una carrera contra el sol: maldijo a la hermosa alteana con la que pasó la noche. No se quejaba mucho, la verdad, la alteana sin duda era un hallazgo para él pero no debió hacerle caso cuando, con sus dulces labios de melocotón, le susurró que se quedara otro poco más a dormir.

- Allura me va a matar - Susurró con molestia, no sería sorpresa para él que su queridisima hermana le estuviera esperando con una de sus mejores espadas para matarlo.

Paró de correr y divisó el amanecer mientras recuperaba la respiración, debía llegar antes de que la servidumbre se despierte, o peor, antes de que su hermana despierte, pues tenía la mala costumbre de madrugar y caminar por todo el palacio para controlar que todo esté en orden.

Entró por la puerta de la cocina y caminó lentamente en dirección a las escaleras, que estaban cruzando el comedor, para subir directamente a su habitación y fingir haber dormido como un bebé.
Ya estaba cerca del objetivo, incluso se relajó tanto que se permitió bostezar suavemente mientras pasaba una mano por su albino pelo.

-Que bueno verte despierto tan temprano, Lance.

Esa voz. Sabía quién era y no quiso levantar el rostro porque si su hermana veía las condiciones en las que estaba era seguro que iba a darle el sermón de su vida.

- Buenos días para ti también, Allura -pronunció entre dientes, su plan de descansar hasta tarde adjudicando tener una enfermedad para que no le molestara ya no era una opción- Me levanté hace unos minutos para ver el amanecer, planeaba ir a darme un baño para desayunar después.

-Estoy algo sorprendida de esta nueva actitud pero es una buena noticia escucharte tan calmado para el trabajo de hoy. Tendremos un largo día, ¿sabes? -La fémina enarcó una ceja y puso real énfasis en la pregunta.

Quiso preguntar qué era el trabajo pero viendo a la albina tan seria con el tema le dio la sensación de que era algo importante que no debió olvidar, pero lo hizo, peor aún, el iba a pedir dormir todo el día.

-Sí

Fue su escueta respuesta, que quiso continuar con alguna broma que se obligó a silenciar al ver a su hermana relajar su semblante. Era algo importante y no recordaba nada, ¿le habrían dado algún itinerario con la reunión o lectura de hoy?

-Te espero abajo para desayunar.

La albina bajó las escaleras pasando a su lado donde se detuvo unos segundo que le parecieron eternidades, abrió la boca para decir algo pero Allura siguió su camino antes de pronunciar una palabra.
Clavó sus ojos en la espalda recta de su hermana, tratando de deducir el porqué de ese extraño comportamiento pero prefirió ahorrarse charla y subir rápido a su cuarto para darse un baño relajante.

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- El consejo vendrá pronto, recuerda comportarte como un buen representante de Altea.

Estaban desayunando y Allura ya estaba diciendo qué hacer. Dejo de escucharla para concentrarse en su comida, la verdad no tenía hambre pero debía fingir que sí. No se sentía muy bien por las bebidas que tomó anoche antes de irse con esa alteana, con su preciosa sonrisa y suaves pechos, quizás a la noche vuelva a salir para buscarla de nuevo, hasta aburrirse no dejaría de ir con ella.
No era difícil encontrarla de todas maneras, sabía que frecuentaba ese bar, ella y otras más que sin duda también llamaron su atención.
Ahora no se decidía a cuál buscar, era cierto que la noche anterior la pasó bien pero las otras opciones tampoco están mal. Debería meditarlo por la tarde para tomar la mejor decisión, tampoco quería darle favoritismo a alguna de ellas. Era sabido que él, el principe, no iba en serio con nadie. Era joven y apuesto, sólo quería diversión de momento o la adrenalina de hacer algo prohibido.

Extinto // KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora