Fata Magica

34 8 36
                                    

Tratas de respirar acompasadamente y, pese a que te sientes muy cansada, decides que no morirás en esta ocasión.

Tan solo es miedo, estás aterrada por la tunda que te dio este ser demoníaco.

Y también, admites que te aterra la idea de dejarla sola y moribunda con semejante monstruo. Tus peores pesadillas siempre remontan a morir masacrada por una Criatura y que te coman mientras estás viva, porque bien sabes que eso es lo que hacen. No quieres ni pensar en algo así y la joven que te acompaña, quien tan gentilmente te ha ayudado en tu peor momento sin siquiera conocerte y a pesar de que la has atacado tal poco convencional saludo de bienvenida, apenas puede consigo misma.

Por eso, te incorporas con una fortaleza envidiable. Estás a punto de tomar carrera, decida a hacer cualquier locura; mas notas que algo te detiene y miras hacia atrás con el aliento contenido.

―¿Qué pasa?

No deseas mirarla a los ojos.

¿Ya es muy tarde?

¿Ahora deberás pelear contra dos Criaturas?

Por Dios, ni siquiera puedes concebir esta terrible posibilidad.

―Úsame.

Te regala su delicado aro de obsidiana y zafiros, uno que posee un brillo opaco y sin vida. Tragas pesado y lo tomas entre tus manos con delicadeza.

―¿Qué estás...?

―Cassilda, tómame y úsame.

"No, no me hagas esto..."

―No... no, por favor ―Los recuerdos, todos los de aquella vez, vuelven a matarte lentamente. La voz se te corta, apenas puedes decir algo más, mientras la joven te acaricia el rostro ―. Dios, ¿qué estás haciendo?

―Hazlo... de otra manera, no podrás ganarle.

No... ¡No!

—¡¿Estás loca?! ―sin pensarlo demasiado, tomas sus hombros y la zarandeas de manera iracunda.

Por extraño que parezca, aprieta sus labios con timidez. Te consuelas que se debe al calor de la pelea, puesto que jamás le dirías algo así a alguien que la ha pasado peor que tú en ese centro psiquiátrico de reformación, cuya pésima y recalcitrante fama le precede.

―Quizás un poco, pero no más que tú, Cass ―la joven parece titubear un poco. Las lágrimas caen de sus preciosos ojos, su labio inferior tiembla con violencia y, no obstante, esboza una sonrisa rota que pretende darte ánimos―. Vamos, si no lo logras, de todos modos, ya estoy muerta, ¿verdad?

Desconocida: 3/ Tú: 1

Más impulsiva que nunca, la estrechas contra tu cuerpo en un abrazo asfixiante. Temblorosa, se aferra a tu espalda y suspira; la oyes sollozar de nueva cuenta y el alma se te cae a los pies. Cuando se separan, a pesar de que levantas su rostro tomándola de la barbilla, apenas hace contacto visual.

Una parte de ti, se muere por darle un sentido beso en su mejilla.

"Pero..."

Vuelves a levantarte del suelo, escondes el aro en la parte más recóndita de tu anatomía, ya que se encuentra protegida por una pequeña armadura interna. No entiendes bien los porqués, pero refieres mil veces que la terrible desgracia te suceda primero. Si tu cuerpo desaparece, al menos el arete absorberá parte de la magia que te resta antes de convertirte en una Criatura. De ese modo, tu compañera podrá recuperarse rápido y asesinarte de un golpe.

―Entonces, no te decepcionaré, bonita.

Acaricias su rostro con dulzura mientras te incorporas y tomas la lanza que reposa a un costado de su cuerpo.

CriaturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora