↳ *dos* ༉‧₊˚✧

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—Hey Neil, hiciste escuela de verano ¿no es así?—un chico castaño estaba recargado en el marco de la puerta junto con otros dos.

—Si, adelanté química, ya conoces a mi padre—contestó mientras se acercaba a saludarlo de mano.

Los tres chicos entraron a la habitación para después cerrar la puerta, segundos después sacan de sus bolsillos unos cigarrillos para prenderlos y fumar.

—¿Qué tal tu verano, Charlie?—preguntó Neil mientras inhalaba del cigarrillo, Todd disimuladamente lo miró con sorpresa.

Charlie sonrió, orgulloso mientras prendía un cigarrillo.

—Conocí a alguien, y tuve una de esas cosas, ¿amor de verano? Algo así, muy linda por cierto, muy linda—dijo mientras subía su tono de voz y con sus manos hacía movimientos simulando pechos grandes, a lo que los demás rieron menos Todd.

Charlie y los demás le dedicaron una mirada para nada disimulada a Neil mientras miraban a Todd, quién supusieron que era nuevo por que no lo habían visto anteriormente.

—Ah si, chicos es el Todd Anderson, el hermano de Jeffrey Anderson—dijo Neil mientras subía y bajaba sus cejas y sonreía.

Los chicos soltaron una especie de aullido en tono burlón mientras reía, Todd sólo quería que lo tragara la tierra.

—Steven Meeks, bienvenido, si algún día ocupas ayuda para algo puedes decirme—habló un chico de cabello rizado y pelirrojo rompiendo el silencio.

—Así es, Meeks es un genio, es el próximo Einstein—habló Charlie.

—Sólo dice eso por que lo ayudo en matemáticas y en latín—dijo Meeks un poco avergonzado.

—Bueno, soy Charlie Dalton, bienvenido a Helton—sólo se escucharon risas, incluso Todd se rió del comentario del castaño.

—Knox Overstreet, un placer—dijo mientras saludaba de mano a Todd.

Todd por primera vez sintió que realmente se podía llevar bien con los chicos, a excepción de Charlie, pues el tenía exactamente la misma actitud de los chicos que alguna vez se burlaron de él por alguna ocasión.

En eso se escucha un leve toque en la puerta, los chicos se deshacen de sus cigarrillos. Una vez que se abre, se muestra la figura del Sr. Perry.

—Tranquilos muchachos, no hace falta que se levanten—hizo un ademán con las manos al ver la acción de los chicos. —Neil, acabo de hablar con el Sr. Nolan y se me hace que tienes ya demasiadas actividades extracurriculares, lo mejor es que dejes el anuario escolar.

—¡Pero padre, este año seré el asistente!—replicó el castaño al escuchar las injustas palabras de su padre.

—Bueno, es una lástima.

—Pero, no puedo, no sería justo, no—fue interrumpido.

—Muchachos—habló con expresión de enfado. —¿Nos excusarían por un momento?.

Ambos salieron de la habitación, Neil se sentía triste y avergonzado. ¿Por qué nunca lo dejaba en paz? ¿Por qué tenía que vivir bajo la sombra de su padre? Él no tenía la culpa de que su padre no pudiera cumplir sus sueños.

Todd se sintió mal por Neil, era desgarrador ver a un chico con grandes ambiciones ser pisoteado constantemente por alguien más, y eso era algo que Todd entendía perfectamente.






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—¿Y el profesor? ¿Por qué no ha llegado?—habló un chico pelirrojo, más pelirrojo que Meeks.

—Cálmate Camarón, no es el fin del mundo si no hay clases—respondió Charlie mientras le daba unas palmadas en la espalda.

—Es Cameron, idiota.

El castaño sólo reía junto con los demás. Todd por su parte, estaba callado como siempre esperando a que llegara el profesor, estaba sumergido en su mundo cuando su mirada se desvía a donde estaba Neil, el verle reír le causaba algo raro en su estómago, algo que él nunca había sentido.

—Bueno, ¿que esperan? ¿no van a venir?—se asoma el maestro por la puerta para incitarlos a que salgan del aula. —Buenos días, soy el señor Keating, su profesor de literatura—sonrió— ¿Alguien de casualidad sabe a que se refiere la frase de Carpe Diem?.

Carpe Diem, es aprovechar el día—contestó Meeks, pues él era un experto en latín.

—Excelente, gracias. Ahora, ¿alguien podría decirme, por qué el escritor usaría esa frase?.

—Tal vez por que tenía prisa—respondió uno de los alumnos del fondo, provocando la risa de los demás.

—¡Ding! No—hizo un movimiento con la mano simulando un timbre para después dar una pequeña pausa. —Eso es por que somos comida para gusanos muchachos—observó a cada uno de los chicos de la habitación. —Porque, créanlo o no, cada uno de nosotros en este cuarto algún día dejará de respirar, se enfriará y morirá.

Los muchachos estaban asombrados ante las palabras del Sr. Keating, pues, ese hombre era realmente excepcional y eso que está era apenas su primera clase con él. El timbre sonó indicando que la clase había llegado a su fin, los muchachos salieron sonrientes mientras se despedían del profesor.

—¡Carpe Diem, muchachos. Hagan de sus vidas algo extraordinario! —gritó el profesor lo suficientemente alto para que lo escucharan mientras caminaban por los pasillos.

Para Todd la clase había sido de su agrado, sentía que ese tipo de clases lo podrían ayudar a expresarse mejor y dejar el miedo atrás. De vez en cuando el profesor no dejaba de mirarle como si quisiera descubrir algo acerca de él. Sólo lo miraba y sonreía.

—Siento que el señor Keating será un gran maestro para nosotros—habló Knox, una vez que se encontraban en los baños de deporte, pues tenían una práctica.

—Pienso lo mismo—habló esta vez Neil.

Todd se encontraba sentado arriba de uno de los lavabos mientras esperaba a sus compañeros, no se había dado cuenta de que estaba mirando fijamente el torso desnudó de Neil, muy bien marcado por cierto.

—Si tomas una foto duran más—Neil se paró enfrente de Todd mientras que con una mano secaba su cabello con una toalla.

—¿Q-Que?.

—Nada—sonrió el chico. —¿Vienes?.

—No jugaré, sólo los veré de lejos, mi condición no me permite jugar.

Neil sólo asintió mientras lo miraba, para después salir de los baños. Todd se quedó un rato ahí pensando en ¿como podía ser tan idiota? Se frotó la cara con ambas manos y salió dirigiéndose al campo.

Los chicos jugaban fútbol, Knox y Neil estaban de delanteros, Meeks y Pitts de defensa, Cameron sólo se quedaba en medio de la cancha y aveces corría y Charlie era el portero. Mientras que Todd se encontraba en una banca observando a todos, especialmente a Neil y se preguntaba ¿por que él no podía ser como ellos? ¿por que le daba tanto miedo hacer cosas nuevas?. De vez en cuando Todd aplaudía o gritaba al equipo animándolos un poco.

—¡Serias una preciosa animadora, Anderson!—le gritó Charlie desde la portería provocando que todos, incluyendo al entrenador lo vieran y se rieran.

Todd sólo se quedó callado, sentía como le ardían sus mejillas y podía apostar que estaba más rojo que un tomate, se sentó de nuevo en la banca cabizbajo y poco a poco pequeñas lágrimas comenzaron a caer por sus verdosos ojos. No quería que lo vieran llorar, no querían que pensarán que era débil, así que con todo el disimulo que pudo se levantó y se dirigió a su habitación.

Una vez en su habitación, después de llorar por unos minutos, se miro a un pequeño espejo que estaba en la habitación y observó como sus ojos se tornaron de un color rojo, parecía que había inhalado marihuana. Trato de calmarse, no quería que cuando Neil viniera lo encontrará de esa forma y no quería explicarle que había llorado por un comentario tan estúpido.

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valmaybank

Enchanted to meet you ; Anderperry  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora