FINAL

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Wei WuXian miró a los autos que pasaban a su lado de una manera tan intensa que cualquiera pensaría que quería fulminarlos. En realidad, ese era su deseo. Aferrando las manos sobre la pierna derecha y la puerta del copiloto, gritó:

— ¡Acelera!

— ¡Voy lo más rápido que puedo, maldición! — se quejó Jiang Cheng, sosteniendo con fuerza el volante, su cuerpo inclinado hacia el frente, incluso parecía listo para saltar.

En ese momento intentó esquivar un auto frente a él, el giro fue tan violento que ambos se tambalearon bruscamente hacia la izquierda.

— ¡Cuidado!

******

Una hora antes, Lady Luo había aparecido en su departamento y había pedido hablar con Wei WuXian. Sin embargo, él no se esperó nada de lo que ella dijo.

— Vengo a pedirte que te alejes de Lan WangJi.

Wei WuXian la miró consternado.

— Lady Luo, no sé por qué me pide eso — repuso sorprendido.

— Basta, Wei WuXian, sé toda la verdad — la voz de ella sonaba firme.

— La verdad... — Wei WuXian se sentía confundido.

— Sobre lo que pasó la noche de la fiesta.

Wei WuXian sintió que palidecía, ¿ella los había visto? ¿Ella lo sabía?

— ¿Cómo...?

— Esa noche yo los seguí — informó.

El alma de Wei Ying se drenó de su cuerpo. Luo QingYang continuó:

— Conozco tus sentimientos hacia el joven Lan WangJi. Así que vengo a pedirte que te alejes él. Lan WangJi es mi prometido, yo seré su esposa. Lo conozco desde que somos niños, mi sueño siempre ha sido casarme con él — insistió.

Wei WuXian quiso responder que él también lo conocía desde joven, incluso se atrevería a decir que lo conocía mejor que nadie, pero no dijo nada.

— Vengo a pedirte que no vuelvas a buscarlo más — continuó la joven —, aléjate de él. Es una locura siquiera pensar que pueden estar en una relación. ¡Ambos son hombres! ¡¿Qué pensaría la sociedad de que alguien como el joven WangJi tenga por pareja a un hombre?!

Wei WuXian apretó el puño, él lo sabía, sabía esto perfectamente, había sido exactamente esto por lo que le había dicho aquellas cosas horribles en primer lugar.

— No tiene que preocuparse de nada, Lady Luo — replicó sintiéndose cansado de su propio dolor —. Yo jamás volveré a acercarme a Lan Zhan.

MianMian lo miró un poco escéptica. Frunció el ceño.

— ¿De verdad? — preguntó, queriendo asegurarse.

— Sí.

— Entonces entiendes que es lo mejor que esté conmigo, ¿verdad?

Wei WuXian lanzó un suspiro.

— Sí.

MianMian lo estudió un momento y al ver que él era completamente sincero soltó el aire que retenía.

— Bien. Después de todo, estamos de acuerdo en que yo soy la mejor opción para él. El joven Lan WangJi y yo nos casaremos, y cuando lo hagamos, él tomará el control de la empresa de mi padre y yo podré dedicarme a criar a nuestros hijos sin ninguna preocupación.

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