Capítulo 12

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Wei WuXian estacionó su auto y entró a la mansión Jiang a toda prisa.

El vuelo de Lan Zhan sería en menos de dos horas, así que debía apresurarse si no quería llegar tarde. Para su fortuna había encontrado a alguien que lo cubriera en el bar, de otra manera no habría podido hacerlo a tiempo.

Subió las escaleras corriendo y apenas entró a su habitación arrojó su mochila. Se lanzó al escritorio y tomó la jaula que contenía al pequeño conejo blanco. Había pasado días planeando qué obsequiarle a Lan Zhan. Su mejor amigo se iría durante mucho tiempo y no podría verlo pronto, así que deseaba darle algo que pudiera hacerle compañía en su lugar. Estaba seguro de que Lan WangJi se sentiría muy solo sin él. Y para qué negarlo, él también lo iba a extrañar demasiado.

Observó un momento al animal con un gran moño blanco en su cuello.

— Debes cuidar a Lan Zhan, ¿hum? — dijo acariciando su pelaje suave.

Wei WuXian sonrió y entonces volvió a cubrir la jaula. Con el animal en la mano, salió de nuevo a toda velocidad. Estaba a punto de bajar las escaleras cuando recordó a su hermana, tal vez YanLi también iría a despedirse de Lan Zhan, como no se habían visto mucho durante esos días no tuvo la oportunidad de preguntarle antes.

Así que se dirigió a su habitación, probablemente ella estaba ya en el aeropuerto, pero quería asegurarse. Al acercarse a la puerta escuchó el sonido de la televisión encendida. Tocó un par de veces, pero no recibió respuesta.

— ¿Jiejie? ¿Estás ahí?

Volvió a llamar, pero de nuevo nadie respondió. Eso era un poco extraño así que decidió abrir la puerta.

— ¿Jiejie? — preguntó asomándose un poco.

Cuál fue su sorpresa al encontrar a YanLi inconsciente en el suelo.

— ¡Jiejie!

Wei WuXian corrió a auxiliarla, temió levantarla por si hubiese sufrido algún golpe grave. La revisó rápidamente. No sangraba, pero tampoco reaccionaba. Asustado tomó su teléfono para llamar a una ambulancia, cuando la llamada estuvo a punto de conectar YanLi se movió un poco.

— ¡jJiejie!

— ¿A-Xian? — YanLi lucía desorientada.

Intentó incorporarse, pero Wei WuXian se lo impidió.

— Recuéstate, enseguida pediré ayuda.

Wei WuXian se dio la vuelta para salir, pero entonces YanLi lo detuvo.

— ¡Espera, ¡A-Xian! — Intentó ponerse de pie pero se tambaleó a un lado. 

Wei WuXian corrió a sostenerla.

— No es grave — insistió sentándose sobre la cama.

— ¿Pero qué estás diciendo? — se quejó Wei Ying — Estabas ahí sin reaccionar. Ahora mismo estás a punto de volver a colapsar.

YanLi agachó la mirada.

— Es sólo... No es nada.

Wei WuXian la observó con cuidado, su querida jiejie lucía terrible. Estaba pálida y mucho más delgada que de costumbre. Había estado tan distraído pensando en el viaje de Lan Zhan que no había puesto atención a su hermana últimamente y no había notado nada de esto. Sosteniendo con cariño su mejilla pidió:

— Jiejie, dime la verdad.

YanLi no respondió. Al ver que ella no iba a hablar dijo:

— Llamaré a Jiang Cheng.

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