Epílogo

1.6K 205 136
                                    


No me maten, después de meses aquí les traigo (¡¡por fin!! ) el epílogo, veinte páginas para que lo disfruten.

~🌸~


La luz del sol lastimó los ojos de Jiang Cheng. El hijo de menor de los Jiang frunció el ceño y dio la vuelta. El frío entonces se filtró entre las sábanas y se despertó. Alargó la mano para tomar su teléfono de la mesilla de noche y miró la pantalla.

10:38 a.m.

Jiang Cheng pegó un brinco y la acción casi le hizo caer. Trastabilló un poco hasta alcanzar la camisa arrugada que estaba sobre la silla y salió de la habitación a paso rápido. Caminó por el corto pasillo hasta llegar a la pequeña pero elegante cocina y entonces suspiró cruzándose de brazos.

— ¿Por qué no me despertaste? — se quejó con la persona frente a él.

Lan Xichen quitó su atención de la sartén para mirarlo. Sonrió y se acercó para depositar un beso en su frente.

— Dormías profundamente, no quise despertarte.

Jiang Cheng frunció el ceño.

— Debemos estar en el aeropuerto en una hora, le prometí a Wei WuXian que estaríamos ahí para recogerlos.

— Lo siento.

El tono en Lan Xichen era culpable, su apariencia casi le hacía ver como un enorme pero tonto perro, Jiang Cheng quiso reír.

Sin embargo, un instante después su mirada cambió cuando bajó la vista hacia sus largas piernas desnudas. Un sonrojo apareció en su rostro y sus pensamientos indecentes fueron demasiado obvios.

— ¡Lan Huan! — regañó Jiang Cheng— ¡¿De quién es la culpa de que me quedara dormido?! ¡Me mantuviste despierto hasta muy tarde! — se quejó, aún podía sentir el dolor en su cintura —. Así que olvida eso que estás pensando.

Lan Xichen sonrió con ojos de media luna y se disculpó, sin embargo, no parecía nada arrepentido.

Jiang Cheng suspiró.

— Sólo démonos prisa.

*******

El aeropuerto de Gusu estaba abarrotado de gente en ese momento, no era una sorpresa pues las vacaciones acababan de comenzar y muchos viajeros iban y venían de la ciudad.

Jiang Cheng se mantuvo sentado tranquilamente esperando con los ojos cerrados, aún sentía una pequeña molestia en su mitad inferior, pero intentó ignorarla. Mientras tanto Lan Xichen a su lado observaba la pantalla que anunciaba los vuelos, sosteniendo su mano entre la suya sin intención de soltarla.

Luego de mirar la pantalla por un rato exclamó:

— Su avión está aterrizando justo ahora.

Jiang Cheng abrió los ojos lentamente.

Habían pasado ya seis meses desde que Wei WuXian se había escapado a América con Lan WangJi y muchas cosas habían pasado desde entonces.

Mientras pensaba en todos estos acontecimientos la mano de Lan Xichen apretó la suya indicándole que se pusiera de pie.

Una pareja cruzaba una de las puertas, el más bajo de ellos miró hacia un lado y otro, finalmente al encontrarlos entre la multitud, sonrió ampliamente y levantó el brazo agitándolo efusivamente en un saludo.

La FarsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora