El primer lunes de la semana, Jeongin despertó a las seis de la mañana como era habitual. Sin embargo, sus veinte minutos tratando de recordar su sueño se los pasó desayunando junto a su inquilino mientras sus dedos cada tanto acariciaban sus labios. Y es que le gustaría poder recordar tan sólo un suceso de aquella fantasía, porque el suave tacto de sus labios cada noche se vuelven más intensos.
—¿Qué le pasa, hyung? —quiere saber Hyunjin por qué su hyung se encuentra tan pensante siendo que le queda menos de media hora para alcanzar el colectivo.
—¿Eh? Ah, nada, estoy durmiendo mal... No hables con la boca llena, Hyunjin —reniega cuando nota las migajas del pan dulce salpicadas alrededor de los labios rechonchos del menor. Ahora que se escucha, piensa, no es que haya dormido mal; lo que sucede es que se encuentra durmiendo tan bien que asusta el sentimiento agradable y el tacto efímero con el que se despierta. Hasta llegó a creer que los cuentos de hadas no son del todo mentira y una persona de otra dimensión estuviera tratando de despertarlo a base de besos.
Un total degenerado quien osa abusar de sus labios sin su consentimientos, la verdad.
Finalmente, Hwang Hyunjin tuvo razón en que perdería el colectivo. Entre risas y unos tantos «¡Hyung es realmente despistado!», bien, sí que lo era, pero no necesitaba a un mocoso impertinente que le estuviera recordando lo irresponsable que es con su trabajo y más ahora que lleva tiempo perdido en su imaginación y quedándose dormido más de la cuenta.
No quiere decir que extrañó estar frente a su computadora, y ahora alejado de esa risueña presencia, pero es realmente lo que es. Y quizá estuvo a un intento de abrazar a esa maquina tóxica que apenas fue encedida se tildó y tuvo que reiniciarla.
—Que buena manera de empezar el día —burló Bang Chan. Oh, si Jongin le explicara que su comienzo de la mañana fue tan magnifico que no encuentra razón para ponerse cascarrabias con la maquina. —Hey ¿Te encuentras bien? No luces muy bien.
—¿Qué? Si estoy espectacular —¿Cómo va a explicar el australiano que la sonrisa con la que Jeongin se dirigió a él se veía de otro mundo? Pero no especialmente de ese otro mundo utópico que nada de maldad contenía. Más bien, de aquel donde las pesadillas más siniestras nacen y los seres oscuros se resguardan.
Y el día pasa con los demás compañeros del área confundidos por las interacciones alegres de quien reconocen como una aburrida persona. Pero ahora, si el agua estaba hirviendo y Jeongin quería un vaso de agua fresca ya no refunfuñaba, sino que iba a buscar sin problema al dispenser del área vecina. ¡Hasta se lo ha visto dialogar con más trabajadores del edificio!
Pero todo ese buen día se ve interrumpido cuando la figura respetable decide que es un grandioso día para visitar a su trabajador favorito. Y bien saben todos que aquellas inesperadas visitas eran sólo para una única persona y no traen nada bueno. Quien lo conoce especulan que el bonito día que el pelinegro estaba teniendo, se vería arruinado por la llegada del jefe y su insistencia.
Un hombre alto, elegante, de mirada acusadora y despiadada. Una persona de dinero, de la alta sociedad que con su zapatos oscuros y bien lustrados hacía que todos bajaran la cabeza y obedecieran las ordenes de quien sustentaba su existencia con el sueldo de cada mes. Gracias a este hombre de buen porte es que mantenían a sus familias con los suficientes lujos. Así que nadie en ese edificio está dispuesto a discutirle esa desagradable personalidad. Y Yang Jeongin únicamente puede callar y dejarse halagar por aquel.
—Tan bonito como siempre, Yang —un comentario que nada de hiriente tiene, de igual manera lo siente como un insulto. La misma sonrisa, pero esta vez forzosa, recibe a este sujeto bien vestido
—Muchas gracias, señor —ah, espera ansioso que se canse de mirarlo y se dedique a controlar el resto de los trabajadores. Mas aquellos es sólo un deseo, y el hombre tiene ojos para él y nada más que él. Debería sentirse halago de hecho. Algunos cuchicheaban a escondidas «¿Cómo es que teniendo semejante hombre detrás suyo sigue rechazándolo así como así?» «Se cree tanto porque el jefe tiene ojos para él, por eso su actitud de mierda». Y Jeongin está perdido, ese hombre es como una garrapata que chupa e insiste y Jeongin está desesperado por deshacerse del parásito, siendo que es una obviedad que terminará por perder su empleo y con eso su vida.
Así que cierra los ojos, vuelve a la realidad, mira al hombre y sonríe falsamente. Acepta el café y las facturas, acepta sus halagos y permite que su espacio personal se vea afectado. Un día más, un día menos, su buen humor se queda en el pasado. Su compañero ignora con un mal sabor en la boca el acoso y de tanto y tanto la noche cae, las estrellas se percatan de mala presencia que lastiman al azabache miserable y brillan tratando de hacerse notar. Hacer notar que a caer la noche, el día laboral se acaba, y el acoso del jefe seguirá otro día cercano o no tanto.
No hay tormentas, sólo una noche oscura que se lamenta por el suceso. Y Jeongin camina sin darle mucha importancia a los sentimientos amargos que suele experimentar y más cuando llega la visita del hombre de alta clase. Las vitrinas de los locales reflejan sus emociones en el rostro que un principio se mostró alegre, y recuerda a su inquilino. Ahora piensa, tal vez sí sea un ángel y su risueña personalidad se encargó de no arruinar su día cuando se infectó de ella. Más allá se encuentra con su departamento, con el platinado de veinte años y una deliciosa cena que hace mucha no prueba. La casa está reluciente y comparten su día laboral, el azabache omitiendo el acoso del jefe y el rubio eludiendo las miradas acusadoras de sus compañeros de trabajo por el pasado que lo dejó en la calle.
Jeongin va a dormir con la esperanza de que su desgracia no afecte a los últimos sueños extraordinarios que estuvo experimentando. Y la sala donde duerme se vuelve quimérica cuando perfectamente se ha dado cuenta que durmió como un bebé y nuevamente su despertar fue a causa de un beso dimensional. Cada noche, volviéndose un poco más real.
Van a ser caps cortos, porque la historia es corta ah. Pero quiero ser constante.
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Besos entre sueños [Hyunin]
Fiksi PenggemarUna vez más despierta al sentir sus labios mojadas y tocados. Una vez más que sueña que alguien lo besa. Ah... Quizá está demasiado solo pero le gustaría que no fueran solos sueños. Donde Yang Jeongin despierta a mitad de la noche porque siente que...