este texto no habla de ti

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Yo siempre quise escribir acerca de ti, y de cuánto me gustabas, de cómo se sentía cuando me decías cosas lindas, incluso quise escribirte cuando me destrozabas porque sabía que siempre volvería a ti, porque siempre hacíamos eso, y siempre hablábamos de ti.
De cuánto te gustaba Louis Tomlinson o esa canción en específico que te hacía llorar. Para mí siempre parecías brillar pero a ti nunca te pareció así.

Siempre reíamos con tus chistes y aumentábamos nuestras anécdotas divertidas en torno a ti, en tu día y en tus amigos. Incluso me quedé con algunos de ellos, porque te rodeaste de la gente correcta, tú eras la que no encajaba.

Siempre hablábamos por teléfono acerca de tu desayuno y de cuánto me amabas. De cuánto te gustaba mi pequeña cintura y de cuánto te odiabas. De cómo mis brazos te parecían tan delgados como para creer que se romperían o de cómo mis piernas lucían tan bien con faldas y lo que te gustaría hacer conmigo.

Pero nunca hablamos realmente. Nunca hablaste de cosas que me gustaban o de cómo me sentía. De cómo mi vida me consumía o de los días que no comía para mantener esa figura que a ti te gustaba. De lo que yo quería hacer conmigo o cómo yo te quería. No dejabas que te dijera mis sentimientos porque no creías merecerlos pero ahora sé que sólo en eso tuviste razón, porque yo siempre te hacía brillar con esa luz que me quitaba a mí.

Y nunca supiste por qué creía en lo que creía, y sólo te reducías a decir que era muy inteligente y cambiabas de tema cuando no entendías de mis pasiones o de lo que intentaba explicarte. Porque nunca quisiste contribuir o corregirme, o darme tu punto de vista y ahora sé qué se siente que te escuchen y tener un tema de conversación, no sólo hablar a una pared que te pondrá en una estrella en la frente y seguirá con su vida, ahora sé que tú nunca lo hiciste, pero aún peor, yo tampoco lo hice conmigo.

Nunca escuché lo que yo necesitaba y de cierta forma eso me hace ser parecida a ti, pero estoy luchando por no ser como tú, por saber amarme y decirme las cosas correctas, por tener detalles y saber cómo me gusta el café o qué hace a una serie tan buena.

Estoy aprendiendo a conocerme más de lo que tú pretendiste hacerlo y a corregirme de una forma amorosa y linda, a hacerme brillar antes de darle mi brillo a alguien más que seguramente no lo merece y a enamorarme de mí y no de mi cuerpo o de mi delgadez. Enamorarme de mis creencias y mis teorías, reírme con mis ideas y de mis propios chistes. Porque yo prefiero a Taylor Swift y la música tranquila, y ahora lo sé.

Aprendí muchas cosas sin ti, más de las que aprendí contigo, por ejemplo: que puedo amar sin ti y que llorar por una serie es mil veces mejor que llorar por tu ausencia, porque siempre estuviste ausente y no me dí cuenta. Y aprendí que no importa quién fui porque siempre traías mi pasado a relucir.

Ahora sé que no soy la musa de nadie.
Que nunca me amaste de verdad y que este texto no es para ti.

—Alex.

y lloré tanto que florecíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora