6. Friendship

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Odio química. Si apareciera un genio y me dijera que me puede conceder solo un deseo, desearía que la química desapareciera. Simplemente química y Amee no van juntas.

Cierro el cuaderno con los apuntes de química que Jem me presta cada semana.

Debo haber estado unas dos horas estudiando solo química. Es que simplemente no me entra en la cabeza. Si no fuera por la ayuda de aquel chico, ya estaría reprobada.

Dejo mis lentes ópticos en la mesita de noche que hay al lado de mi cama y ordeno un poco el escritorio.

Por mucho que la música sea mi pasión y vida, me gusta mantener mis calificaciones lo mas altas posibles. Y siendo honesta, no soy la persona más inteligente que existe, por lo que me paso horas y horas estudiando para poder entender algo de lo que los profesores enseñan.

Lo fácil que se me hace la música, es lo difícil que se me hacen los estudios.

Ya cansada y con el pijama puesto, bajo a la cocina por algo de comida.

Tengo esta regla que yo misma me impuse, en la que no puedo salir de mi habitación hasta haber entendido lo que estudio. En este caso me tomo dos horas. Y ya tengo hambre.

Cuando termino de bajar las escaleras y doblo para llegar a la cocina, me sobresalto al ver a una persona parada frente a la nevera. Mejor dicho, un fantasma.

- ¿Luke? -pregunto confundida al verlo estirar su mano lentamente e intentar agarrar la manilla de la puerta de la nevera, fallando en el intento.

El voltea en mi dirección, mirándome frustrado al no poder abrir el aparato frente a él.

Okey, eso es un poco gracioso.

- No puedo abrirlo, Amee -dice mirándome con ojos de cachorrito y expresión triste.

Estoy segura de que si fuera un perro, tendría las orejas caídas. Camino en su dirección con una sonrisa en el rostro. Abro la nevera para sacar jugo y luego lo cierro, esquivando al chico fantasma para poder sacar un vaso de la alacena.

El me mira indignado, pero no dice nada y sigue intentando su cometido.

- ¿No deberías estar hablando con Julie? -le pregunto mientras tomo una naranja y la comienzo a pelar.

Esta tarde, cuando estuve hablando con los chicos en el garaje, Luke se ofreció a hablar con Julie e intentar motivarla a seguir luchando por su puesto en el programa de música. Yo le dije la idea que tenía para que Julie convenciera a la profesora y el chico fantasma se ofreció incluso a prestar una de sus canciones para que el plan saliera bien. No había fallos en nuestra estrategia.

- Eso iba a hacer, pero vi la nevera y... -voltea para verme serio- ¡Dios! En serio quiero ver la comida.

Suelto una carcajada, bastante divertida con su desesperación. Tomo mi vaso con jugo de piña y me siento en la encimera, frente al comedor. Desde este lugar puedo ver claramente los intentos fallidos de Luke por abrir el refrigerador. Y como bonus también puedo ver la frustración en su rostro.

- ¿Acaso puedes comer? -pregunto con genuina curiosidad.

Teniendo en cuenta que todo lo que creía saber sobre los fantasmas es falso, que puedan comer no me sorprendería.

El niega con la cabeza, relamiendo sus labios como si pensara en la idea de saborear algo.

- No, no puedo.

- ¿Entonces solo quieres ver la comida?

- Y olerla -añade mirándome con seriedad.

Sonrío más que divertida y como mi naranja mientras rio de vez en cuando por los movimientos raros que hace con su brazo y mano para poder abrir la puerta de metal.

Gris |Julie and the phantoms| [Luke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora