𝘼𝙦𝙪𝙚𝙡𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙤𝙡𝙫𝙞𝙙𝙖𝙢𝙤𝙨 ❪ᵏᵃᵗˢᵘᵈᵉᵏᵘ❫

VII

De nueva cuenta había sido descubierto por el personal del laboratorio, frustrado seguía el camino de memoria a casa siendo escoltado por dos guardias del lugar quienes se encargaron de avisar a sus padres del problema en el que por quinta vez esa semana se había metido. Su madre se encontraba esperándolo en la puerta con una mirada llena de preocupación y en cierta parte, miedo.

Pasó de largo ignorándola mientras ella se quedaba disculpándose con los sujetos que le habían seguido. Su padre probablemente seguiría en el laboratorio trabajando en la mierda que le tocaba. Estaba frustrado, sabía que algo no estaba bien con la compañía AFO, tanto misterio no le daba buena espina, pero por más que intentara hacerle entender lo que sabía a sus padres estos parecían estar cegados.

— Por favor, Katsuki — rogó mientras le mantenía quieto en la sala evitando que se encerrara de nueva cuenta en su habitación — no vuelvas a intentar meterte sin permiso al ala médica, si vuelven a descubrirte es muy probable que ya no lo dejen pasar — él seguía con su mirada irradiando ira y claras intenciones de irse — tu padre ha estado trabajando duro pidiendo turnos extras con tal de que no seas castigado gravemente, ¿Podrías pensar más en él...?

— Yo no le pido que haga esas mierdas — escupió, mentiría si dijese que no le importara la salud de su viejo. Los pocos momentos en que podía verlo en casa le habían sido suficientes para darse cuenta que se estaba matando — nunca pedí nada más allá de que me crean — lo sabía, habían papeles extraños en la oficina a la que había logrado entrar, notas con cosas que si bien no comprendía completamente, sí que sabía que no era nada bueno — ¡¿Por qué siguen trabajando para alguien como ese sujeto?! ¡Ni siquiera saben si de verdad existe! ¿Has visto alguna vez su rostro? A puesto a que sólo es otro estúpido invento de la empresa para dejarle las responsabilidades a alguien inexistente...

Su madre suspiró derrotada.

— Promete una cosa — no había apartado la mirada de ella, ambos deseaban la confianza del otro — promete que no saldrás de casa si nosotros no estamos...

— No soy un puto crío — y lo abrazó, eso sí que le había desorientado un poco. ¿No estaba molesta?

— Por favor — su voz se quebró, él sintió que algo dentro suyo también — por favor, Katsuki, por lo que más quieras. No abras la puerta, nosotros tenemos la llave, no salgas de casa... te lo ruego, por esta vez hazme caso

No lo hizo, ¿Para qué prometer algo que ambos sabían que no lograría cumplir? Su madre lo conocía, por eso temía demasiado. No podía seguir pidiendo permisos al trabajo con la excusa de cuidar a su hijo, él mismo lo había dicho, ya no era más un niño. Cualquier adolescente se podría cuidar solo y mucho más sabiendo que el fraccionamiento se mantenía en una completa vigilancia.

Aún así, la verdadera amenaza se encontraba a unos metros de ahí. En el enorme laboratorio situado al medio de todo, lugar al que Katsuki volvía a ir al día siguiente después de recibir otro ruego por parte de su madre pidiendo que se quedara en casa. Él sentía que estaba cerca de descubrir la prueba definitiva para mandar al diablo la compañía.

Necesitaba hacer caer la empresa. Sus padres perderían el trabajo que tanto los estaba acabando, les haría un bien a pesar de verse mal, volverían a su antigua casa. Podría volver a sentir que estaba dentro de una familia.

Volver a ver al niño de las pecas que había dejado atrás muy a su pesar.

— Sólo necesito tomar una de las carpetas — susurró inevitablemente para sí mismo ya dentro del laboratorio. "Espera un poco más, Deku" pensó con una sonrisa que se permitió, casi podía saborear la dulce victoria en esa guerra silenciosa. Entró a la oficina y tomó tantas carpetas como pudo que tuviesen el nombre de VRS-00.