4 - mi salvación

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Gritos provenientes del apartamento de abajo me pusieron alerta. 

No los podía escuchar con exactitud pero cada vez que Camila alzaba su voz más de lo normal podía escuchar un poco mejor lo que decía.

- YA DÉJAME -

La voz de un hombre se hizo presente, así que me acerque más a la ventana

- ¿Qué demonios te pasa Camila?.- aquél hombre que supuse que era su novio le habló en un tono que no me gusto para nada

- ¿VAS A EXPLICARME POR QUÉ CARAJO ESA CHICA RESPONDIÓ TÚ TELÉFONO A LAS TRES DE LA MAÑANA DICIENDO QUE ERA TÚ NOVIA? .- los sollozos se intensificaron y ahora al parecer el trató de darle explicaciones, no los escuche más porque me alejé de la ventana abierta.

Todavía quedaban de  esas galletas de limón que compré antes de ayer?

Rezando para que si quedaran abrí el estante y revisé varias veces pero no habían.

Ellie se las había comido. Y cómo no? Si son sus favoritas.

No quiero que Camila llore más.

Ella debe estár allá abajo llorando sola y el no hace nada más que mentirle. Camila merece un tipo mejor que él.

Parado en medio de mi cocina y con la desperacion a millón me dí cuenta que había un plátano en la frutera.

Mi salvación.

Corrí a mi habitación y me coloqué mis zapatos.

Una vez en la cocina agarre el plátanito, abrí la puerta y le marqué al elevador.

       ~ —————— ❤️ —————— ~

– Intento ser fuerte, aunque tengo demonios que me atormentan día y noche diciendo que no soy suficiente para él. ¿Sabes?.– con la mirada baja ella juega con sus dedos

  Pasé mi brazo por sus hombros y lo dejé reposar allí

– Cariño, seré el alivio que necesites cuando tengas problemas, molestias y tristezas en cualquier momento. Sé que esta no es tú día o semana así que ponlo todo en mí.- la miré tratando de transmitirle tranquilad

– Siempre estás allí cuando lo necesito, porque me conoces y sabes cuándo necesito de tú amor - me miró y una pizca de ternura se alojó en sus ojos - Me cuesta decir las palabras, pero esta mierda no necesita explicación si estás aquí.- y sin previo aviso la tenía aferrada a mí.

De nuevo

– Eres tú, y te conozco muy bien. ¿Quién me puede quitar eso?.– cuestioné para ella en un susurro

– Eres tan bueno conmigo y yo soy tan... Grosera contigo.- suspiró aún pegada a mí.- Sigo siendo una mierda de persona día tras día.-

– Estoy muy enamorado de ti y tú forma de romperme el corazón.- apreté más mi agarre en ella cuando intentó separarse.

– No te vayas aún.- suplique con mi nariz enterrada en su cabello.- subamos a la azotea y bailemos.-

Ella rió levemente y susurró "tú no sabes bailar"

La alejé para poder verla a la cara.

Abrí la boca finjiendo indignación y ella soltó una carcajada.

Ella me hacía tan feliz con solo escuchar su rara manera de reír.

La abracé nuevamente y besé su mejilla

– ¡Tú no sabes tocar la guitarra! -

– ¡Claro que lo hago!-

La puerta del apartamento A 30 se abrió dejando ver a una señora mayor algo frustrada que dijo "Cállense y vayan a molestar a otra parte en vez de andar diciendo "Puedes poner tús problemas en mí" puro cliché de la mierda."

Abra la caja y saca el ceviche vieja metiche.- Camila le mostró su dedo del medio para luego subir las escaleras con su agarre aferrado a mi muñeca.

Unos cuantos pisos después llegamos a la azotea

– ¡Bebé! Baila conmigo.- expresó llena de emoción y yo solo me quedé paralizado por como me había llamado nuevamente.

Ella me había vuelto a llamar por aquel apodo? Sí

– Digo, Shawn, tú...-

– Sí voy a bailar contigo Cariñito -

 Happier; ShawmilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora