Viernes, 21 de Agosto (Después de las 10:00p.m.)

37 3 1
                                    


Al verlo, Stiles se sorprendió tanto que trago agua sin querer y empezó a toser sin parar. Al principio pensó que la luz le estaba jugando una mala pasada o que estaba viendo un fantasma.

—¡Dime que no eres real! —grito nadando hacia el borde de la piscina.

La figura que avanzaba hacia él parecía muy real.

—Hola, Stiles—dijo, con su suave y aterciopelada voz mientras se movía hacia él con aquella gracia innata—¿Te he sorprendido?

—¡Si! —escupió, apartándole la mano de un manotazo cuando le ofreció su ayuda para salir del agua—. ¡No te atrevas a tocarme!

En su cara se dibujo la misma sonrisa traviesa y encantadora que ya conocía, y que le hizo sentir un vuelco en el corazón.

Cuando salió de la piscina, se aparto el pelo de la cara una vez más, se echo una toalla sobre los hombros y puso los brazos en jarras:

—No sé qué crees que estás haciendo aquí. Derek—dijo él, controlándose todo lo que podía dado lo alterado que se encontraba—, pero puedo asegurarte que no eres bienvenido. Así que, a no ser que quieras que sea la policía la que te saque de aquí, te sugiero que te marches de casa de mis padres.

—Yo...—intentó parecer herido, pero la sonrisa que se veía en sus ojos lo traicionaba—. ¿Eso harás caperucita?

 —No lo dudes—dijo él—. Y no me llames caperucita

—¿Prefieres señor Hale»?

—Olvide ese nombre el día que nos divorciamos.

—Puedes haber olvidado el nombre, pero eso no quita que fuese tu marido. Pero ya supongo que no te gustara que te lo recuerde cuando otro tipo esta a punto de suplantarme. ¿Cómo te llamaras entonces, cariño?

—Stiles Stilinski Parrish, pero eso no es asunto tuyo.

Tenia que haberse callado, pero eso no le hubiera hecho dejar su investigación:

—¿Y estas enamorado de ese Parrish?

—¿Por qué crees que me caso con él?

Derek se engancho los pulgares en las trabillas del cinturón y dio un paso adelante.

—El asunto no es lo que yo crea, mi amor, sino lo que creas tu

En aquel momento con su ex marido tan cerca que podía oler aquel aroma tan familiar, apenas podía pensar.

«Piensa en Jordan», se dijo a sí mismo.

Pero Jordan desaparecía en los confines de su mente, apartado por la presencia real de Derek. Ante la imposibilidad de evitarlo, Stiles lo miro.

En apariencia había cambiado poco desde su ultimo encuentro. Seguía siendo increíblemente guapo. Los vaqueros y el polo blanco que llevaba tenían en él la elegancia de un Armani.

El pelo negro sin rastro de canas, la boca, los dientes y la sonrisa seguían siendo tan tentadoras como siempre. Y sus ojos verdes... oh, no podía mirarlo a los ojos; le recordaban demasiado a los de su hijo.

—¿Qué te importa a ti lo que yo sienta? —dijo, con voz la voz rota—. Ya no formo parte de tu vida.

—Tuvimos un niño. Por eso siempre habrá una conexión entre nosotros, y nada ni nadie podrá romperla. Aunque te cases mil veces, mi vida, nadie conseguirá hacerte olvidar la vida y el amor que compartimos.

Stiles apretó los labios y apartó la mirada, sintiéndose invadido por la desolación. No, nunca lo olvidaría, Porque eso sería olvidar también el poco tiempo que Jamie fue parte de su vida, y no podría hacer eso. Sus recuerdos eran todo lo que le quedaba de él.

Valentía para AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora