Miércoles, 26 de agosto

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Si Stiles hubiera sabido que Lydia y Scott habían organizado un desayuno sorpresa, para el novio, no se hubiera levantado de la cama. Como no tenia idea, se llevó un buen susto cuando entró en la sala y su madre, su padre, Alisson, Melissa, Lydia y Scott, gritaron a la vez: ¡Sorpresa!

No necesitaba más sorpresas, Después de lo de la noche anterior, había tenido suficientes sorpresas durante una buena temporada y lo que quería era encerrarse en una habitación, sin espejos, para no poder verse la culpa en la cara.

Inconscientemente, dejó que Lydia lo condujera hasta el sitio de honor, decorado con un montón de globos y flores.

—No estoy vestido para una fiesta—murmuró, dándose cuenta que era el único mal vestido de todos.

Estaba descalzo y llevaba unos vaqueros viejos y una camiseta de esas que acostumbraba llevar en el instituto, estampada con alguna referencia a Batman.

—Estas perfecto—dijo Melissa con cariño—. ¿Verdad, John?

El padre de Stiles sonrió:

—¡Por supuesto!

Pero Claudia, que acababa de llegar de la cocina de traer champan y zumo de naranja en sus mejores copas de cristal, parecía tener la sonrisa pegada al rostro, y las miradas que le dirigía a Stiles lo incomodaban.

—Parece agotado. ¿A qué hora llegaste anoche, Stiles?

Deberían ser las diez o diez y media. No estaba seguro.

—Esperaste a que pasara la tormenta, supongo.

—Si, pero como era la hora de la cena, paramos a comer algo se camino a casa.

—Necesito un trago—había dicho Derek cuando por fin salieron de la casa—. Y creo a ti también te vendrá bien.

La mirada inquisitiva de su madre no desapareció:

—¿Fue todo bien ayer por la tarde?

Stiles bajó los ojos, temeroso de que pudieran traicionarlo.

—No como yo esperaba.

—¿Pero te gusta como está yendo?

¿Qué si le gustaba? En absoluto. A pesar de la culpa, el recuerdo de lo que Derek y él habían hecho la noche anterior había dejado su cuerpo palpitante por los placeres prohibidos.

—Esto no es una buena idea—murmuró él contra su boca cuando aquel primer beso de consuelo había superado las barreras de la decencia para adentrarse en un territorio mucho más comprometido.

—Lo se.

—Tenemos que parar ahora mientras podamos.

—Si

Pero Derek había seguido besándolo y Stiles se aseguraba que no dejara de hacerlo. Stiles recorrió con sus dedos la abotonadura de su camisa y recordó la adorable forma de su pecho. Podía sentir como su corazón latía al mismo ritmo que el suyo.

Olvidando toda cautela, le desabrochó los botones y deslizo sus manos por dentro de su camisa. Volvía a descubrir el tacto de su piel, su pelo negro y piel canela.

—Hermano—dijo Scott, levantando su copa—, que tengas un feliz matrimonio y una feliz vida.

Stiles hizo un esfuerzo por sonreír como un novio radiante, como todo el mundo menos su madre esperaba que hiciera. Levantó su copa y se quedó mirando a través del delicado cristal.

Derek había levantado la cabeza:

—Bebé—había susurrado con voz grave, devorándolo con los ojos—. ¿Sabes lo que estás haciendo? ¿sabes cómo acabara esto?

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2022 ⏰

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