cuatro

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Justin salió del baño ya cambiado para ir a trabajar y sonrió cuando se encontró con Hazel en la cocina preparando café vistiendo solo una remera gigante de él

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Justin salió del baño ya cambiado para ir a trabajar y sonrió cuando se encontró con Hazel en la cocina preparando café vistiendo solo una remera gigante de él.

—Buenos días hermosa —saludó mientras la tomaba por la cintura.

—Buenos días cariño —le sonrió y giró su rostro para besarlo. 

Justin abrió el refrigerador buscando algo para comer con el desayuno y frunció el ceño al notar que estaba casi vacío. Ni siquiera había algo para la cena o almuerzo.

—Si Paul me da mi paga de la semana hoy iré a comprar comida —avisó Justin mientras cerraba el refrigerador resignado.

Hazel suspiró mientras se volteaba para mirarlo.

—Sabes que podemos pedir comida en el comed... —Justin la interrumpió.

—No aún nena, sé que es una opción, pero solo recurriremos a ella si no cobro hoy —respondió mientras volvía a ella para abrazarla—. Estoy nervioso —admitió.

No podía parar de pensar en los rumores que se estaban corriendo dentro de la fábrica y eso lo estaba poniendo histérico. No sabía que iba a hacer si perdía ese trabajo, ni siquiera le habían pagado la renta a Daniel aún, aunque este no molestó más desde aquél día, tenía que conseguir todo el dinero para pagarle. Sumado a eso, habían llegado boletas de servicios nuevas y ya no tenían comida allí. Todo estaba yendo en picada.

—Todo estará bien cielo —respondió mientras acariciaba su mejilla—. Verás que son solo rumores y todo estará bien.

—Eso espero —bufó y tomó su taza de café—. ¿Quieres que te lleve al asilo? Puedo dejarte de paso.

—Iré más tarde hoy cariño, puedo ir sola. Gracias de todos modos —Hazel le sonrió y se sentó en una silla siendo seguida por Justin.

—Está bien —le devolvió la sonrisa.

Unos minutos después, terminó de colocarse el morral sobre los hombros y se acercó a Hazel para abrazarla. Esta acarició su espalda para tranquilizarlo, sabía lo nervioso que estaba.

—Todo estará bien cariño —susurró en su oído.

Justin sonrió sobre su cabello y dejó un beso allí.

—Te amo nena —dijo luego de dejar un beso en sus labios.

—Yo te amo a ti —revolvió su cabello—. Vete ya o llegarás tarde —rió. Justin puso los ojos en blanco mientras sonreía.

—Comenzaré a creer que te quieres deshacer de mi —elevó las cejas.

—Claro que no cielo —lo abrazó.

Justin rió y salió de la habitación luego de despedirse por última vez. Se montó en la camioneta y la puso en marcha para partir a la fábrica. Le esperaba un largo día.

Hold me ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora