Capítulo 3

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Draco continuó vigilando a Hermione mientras ella continuaba alejándose con pasos inestables y le siguió el paso aún sosteniendo sus zapatos. Lo más seguro era que ni siquiera le daría las gracias, pero suponía que lo mejor era llevarla a su casa.

De repente Hermione se detuvo, se volvió y antes de que él le diera tiempo de reaccionar, lo golpeó en el pecho. Ella alzó la barbilla, lo miró a los ojos y parpadeó cómo si le costara enfocarlos. A Draco le dio la impresión de estar con una mujer desconocida. Sus ojos marrones y su piel de porcelana se le antojaron. La suave brisa del mar le revolvió el cabello. Durante un breve momento a Draco le dieron ganas de estrecharla en sus brazos y cubrirle la boca con la suya.

_Tú tienes la culpa-dijo ella. Draco lanzó una carcajada y la romántica imágen se hizo añicos.

_¿Tengo la culpa de que hayas bebido demasiado?

_No, no me estás prestando atención.

Cierto no había apretado atención a sus palabras, las curvas de Hermione lo tenían demasiado distraído.

_Está _Bien te escucho-dijo él.

Hermione respiró profundamente y soltó el aire de golpe. Él nunca había visto tan despreocupada. Normalmente, Hermione era simpática, pero lo trataba con modales profesionales cuando se encontraban.

Esa noche lo estaba sorprendiendo de verdad.

Hermione se sentía sumamente frustrada, pero no porque su romance con Corman hubiera acabado. En realidad, cuando pensaba en el beso que le había dado le daba escalofríos.

_¿En que estaba pensado?-murmuro ella.

_Eso mismo me preguntando yo-dijo Draco.

Hermione volvió a clavar los ojos en Draco. Era tan guapo que se merecía que lo mirara más de dos veces. Y no solo por sus ojos grises. Tenía algo especial. Una solidez tan dura como un muro de piedra.

_Está bien, de acuerdo, Corman ha sido una equivocación.

_Por supuesto. La cuestión es:¿por qué has estado a punto de cometer esa equivocación?

Hermione lanzó un suspiró.

_Porque no tengo mucho de donde elegir.

Draco sacudió la cabeza.

_Sigo sin tener idea de lo que estas hablando-dijo él.

_Estoy hablado de que has destrozado mi plan.

_¿Qué plan?

_Tú lo has estropeado, así que si ahora estás en deuda conmigo.

_Lo único que he hecho es quitarte de encima a un idiota.

_Exacto-Hermione cerró los ojos-. ¿Quieres dejar de moverte?

_No me estoy moviendo-contesto él. ¡Oh, cielos, no es posible que estés tan mal!

Hermione fruncio el ceño. ¿Te estás riendo de mí?

Draco sacudió la cabeza y logró disimular una sonrisa.

_No.

_Tienes que prometerme que vas ayudarme. Estás en deuda conmigo.

_Deja de decir eso, Granger.

_Entonces, prometeme que vas ayudarme.

Draco imagino que la única forma de salir de la situación era prometiébdole lo que ella quería que le prometiera. Después, la metería en su coche y la llevaría a casa. Además,  lo más seguro era que, al día siguiente, a Hermione se le olvidaría.

El HOMBRE CORRECTO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora