Draco estaba sentado en la furgoneta delante de la casa de Hermione. A través de las ventana vio a dos personas. Se veía borrosas, pero con suficiente claridad para ver que Hermione lo había invitado a su casa. Se aferró al volante con fuerza. Debería haberse quedado en su casa, esto no era asusto suyo. Ella no significaba nada para él. Casi la había obligado a salir con ese Tal Albert. Él tenía la culpa de todo. No él no tenía la culpa. Él no tenía problemas. A él no le pasaba nada, puso en marcha su motor y emprendido el caminó de regreso a su casa.
Pero si es tan guapo-dijo Ginny mirando a Hermione cómo si estuviera loca.
_Y aburrido-declaro Hermione con un suspiro mientras se dejaba caer en el sofá de la pelirroja. Se aburria con solo pensar en la cita de la noche anterior.
_Pero parecía interesante.
_La cuestión es que no me...
_¿Excito?
_Exacto-respondió la castaña. Miro a la absoluta y perfecta Pandora de seis meses de edad, estaba en el suelo con unos juguetes. Al mirarla Hermione a Hermione se le encogió el corazón. Tal y como iban las cosas, acabaría sin tener hijos. La idea la entristecio enormemente.
_Eh, vamos, sigue hablando. Dime, ¿hay algún hombre que te excite?
_Más o menos.
_¿No será cierto rubio con una hija de cinco años?
_Es que ahora sabes leer el pensamiento.
_Vamos, Hermione, no hay que ser un genio. Te has pasado las últimas semanas en la casa de Malfoy, ¿de quién más podría tratarse?
_Si estaría en mi sano juicio, se trataría de cualquiera menos de él-respondió Hermione.
_Malfoy es un buen tipo.
_Sí es maravilloso. El problema es que le parezco la peste. Hace todo lo posible por evitar que me acerque a él.
_Quizás no quiere acercarse por miedo a derretirse.
Hermione se echó a reír y recordó la forma en que Draco a veces, la miraba. Y empezó a preguntarse a sí misma si podría derretirlo.
No debería haber ido a la ciudad la noche anterior. Jamás debería haberlo hecho. No debería habérsele ocurrido pasar por la casa de Hermione. No debería haberse torturado imaginandosela con aquel tipo. Había pasado toda la noche imaginando como aquel hombre la besaba y acariciaba a Granger.
Draco apretó con fuerza la pluma dejando ver sus nudillos blancos. Oyó un coche y Hermione salió de el. El sol le iluminó el cabello, haciendo que le brillará. Ella lo miró directamente, como si sus ojos hubieran sido atraídos por un imán. Le dio un vuelco al corazón. Hermione rodeó el coche y sonrió, Draco absorbió con la mirada. Se fijó en tod ella:el esbelto cuello, la camiseta de tirantes que dejaba al descubierto esa piel suave y aterciopelada. Trago saliva, se atragantó y tosió. Se fijó en las sandalias de Hermione y en el anillo. La boca se le fue secando a cada paso que ella daba hacia él.
Hermione se detuvo delante de la reja de la casa, se poyo en la reja y pregunto, ¿quién es el siguiente?
_¿Qué?
_He preguntado que quién es el siguiente en tu lista.
Draco no estaba dispuesto a permitir que Hermione notase lo mucho que le afectaba.
_¿Qué lista?
_La de posible desvirgadores-contesto la castaña.
_¿Existe esa palabra?
_¿Qué importancia tenía eso? ¿de qué estás hablando, Draco?-le sostuvo la mirada con una sonrisa.
_¿No te ha gustado?-preguntó Draco.
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El HOMBRE CORRECTO
RomanceHermione Granger la bruja más cotizada de Londres entré los hombres. no ha encontrado el hombre correcto para su vida.