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—La prueba de ADN ha confirmado que el niño encontrado la noche del tres de noviembre es su hijo, señores Min.

Taeyeon comenzó a sollozar sin control alguno en ese momento, sintiendo mil emociones que no podía explicar bien. Alivio. Dolor. Alegría. Sufrimiento.

Jongwoon también se puso a llorar en silencio, abrazando a su esposa, que se apoyó en su marido para poder sostenerse.

—La policía insiste en hablar con él —prosiguió el doctor—, pero Yoongi... Debemos hacerle exámenes, al parecer su hijo perdió la capacidad del habla, y tampoco escucha lo que le decimos.

Ambos se congelaron por lo que dijo el doctor, mirándose en shock porque lo que estaba diciendo el doctor, eso último...

—Pero... pero Yoonie... —balbuceó Jongwoon—, él podía hablar...

El doctor hizo una pequeña pausa, arrugando sus cejas.

—Cuando terminen de ver al muchacho, hablaremos sobre ello —dijo con voz profunda.

Los padres asintieron, sus estómagos apretándose cuando el hombre abrió la puerta donde estaba el niño que encontraron.

El cuarto era blanco, limpio, impecable, la ventana dando hacia el patio interior de la clínica donde estaba interno el niño. Una enfermera los recibió con una sonrisa suave, haciéndose a un lado, y sobre la cama...

Taeyeon rompió a llorar una vez más, en tanto Jongwoon sentía su garganta apretada.

El niño estaba delgado, casi desnutrido, su cabello largo y desordenado, su piel pálida y enfermiza. Pero sus ojos...

Sus ojos estaban vacíos, sin expresión alguna en su rostro, su boca cerrada, posados en la pared, ajeno a todo el mundo.

—Ha comido —susurró la enfermera—, no ha cambiado su mirada, pero cuando le di el postre, pareció animarse un poquito más.

—Yoongi... —susurró Taeyeon dando un paso—. Yoonie, soy yo, soy mami...

Yoongi no reaccionó, pero cuando la mujer lo agarró del brazo, pareció actuar: tembló sin control, sobresaltándose, y salió de la cama con rapidez, sus ojos abiertos y llenos de terror. Antes de que alguien pudiera decir algo, el niño se metió bajo la cama.

Taeyeon estaba congelada, sorprendida, y Jongwoon se movió a sostenerla cuando vio que se pondría a llorar otra vez.

—No le gusta que desconocidos lo toquen —explicó el doctor con rapidez.

—¡No soy una desconocida! —gritó Taeyeon, destrozada—. ¡Soy su... su mamá! ¡Es mi bebé!

Taeyeon se arrodilló para sacar a  Yoongi debajo de la cama, quedándose quieta cuando lo vio hecho una bolita, apegado en la esquina, un charco de orina a su alrededor. Estaba llorando sin hacer ruido alguno, sus manos moviéndose sin control, como si... como si...

Jongwoon tuvo que sacarla de allí a la fuerza, el doctor pidiéndoles que era lo mejor, pero Taeyeon nunca pudo sacarse esa imagen de la cabeza: su pequeño Yoongi parecía estar pidiendo perdón.

Perdón como si hubiera cometido un terrible, horrible crimen que merecía un castigo.

Perdón como si hubiera cometido un terrible, horrible crimen que merecía un castigo

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Muñequito de Porcelana [KookGi]Where stories live. Discover now