Muchas veces me siento encerrada, encarcelada. No por estar en mi casa sin salir a la calle por esta dichosa cuarentena. Me siento prisionera de mí, de mis actos. Siempre intento realizarlos lo más libremente posible, pero se me hace imposible escapar de este agujero en el que me hallo inmersa. A veces siento mucha presión; no saber qué decisión te llevará al sitio correcto, es una incertidumbre con la que convivo día a día.
Inseguridad. Esta palabra también me da muchas vueltas en la cabeza. ¿Y por qué tanta inseguridad? ¿a qué se debe? Realmente no me hago una idea de la profundidad que puede albergar esa respuesta. Sinceramente, no se nada y dudo que en algún momento esta chica tan ingenua tenga el valor de responder, y sepa plasmar sus sentimientos como tal, como un niño que escribe en la arena de la playa lo que más desea, para que segundos más tarde, la ola se lleve esas palabras, y sean solo eso, palabras. Palabras que se escapan porque sí, tan de repente, y lo que un día deseaste, igual no dejes de sentir que lo deseas de nuevo. Simplemente pasa, el tiempo corre y deja de doler lo que tanto quisiste una vez. Los recuerdos no se borrarán, permanecerán con nosotros, pero un día echarás la vista atrás, y ya no dolerá, solo lo mirarás con nostalgia, recordando lo bonito que fue lo que viviste una vez, aquella mágica e inolvidable primera vez. Pero tranquila, así como el tiempo corre y los momentos ya no duelen, crearás más. Volverás a sentirte tan viva y llena de luz como una vez lo hiciste. Y alguna vez, te volverán a brillar los ojos, y apreciarás cosas, personas, o lugares como nunca antes lo habías hecho. Por que es así, cometerás errores y aprenderás, y cometerás más y volverás a aprender. Hasta que un día te levantas y te das cuenta de que es insignificante, que lo que importa es el ahora, el aprovechar el momento y en darte cuenta que vivir, es el regalo más bonito que te han podido dar, y que compartir tu vida, tus momentos y tu alma, es aún más hermoso. Suerte encontrándote, suerte aprendiendo el camino, y recuerda, que tienes que tropezar muchas veces para aprender que ahí está la piedra, y cuando lo entiendas, no volverás a chocar más con ella. Y por fin, te ves ahí, donde siempre has querido estar, en el lugar que siempre has imaginado, y con esa persona tan especial, esa que te ha vuelto a llenar la vida de colores.
No sabría explicar cómo superar los momentos vividos, aquellos que no volverán. Simplemente pienso que no se irán nunca, que jamás olvidaremos aquello que una vez nos hizo sentir el ser más afortunado del planeta. ¿Por que aparentar algo que en el fondo sabemos que nunca se ha ido, que nunca se irá? Es absurdo. El hecho de no perder nuestros recuerdos nos hace ser quien somos hoy. Lo que te duele, un día te hará fuerte, y creo que el dolor es necesario para superarte a tí misma, y crecer. ¿Por qué evitar el dolor? EL dolor nos hace humanos, y nos diferencia del resto. No es el sentimiento más bonito, pero tengo claro que es necesario para poder alcanzar la felicidad que tanto anhelamos. Y recuérdalo, no te engañes, deja que te dulea, y deja que pase, permítete arreglarte es corazón que se ha hecho pedazos. Porque si hay algo más bonito que juntar las piezas de tu corazón roto y volver a sentir que vuelves a latir de nuevo, que me lo hagan saber, pero dudo mucho que lo haya. Así, nos dejamos llevar.
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Mil y un pensamientos
RomantiekFragmentos impregnados de sentimientos. Pequeños textos que dan lugar a los sentimientos del amor, el odio, la rabia, el dolor, el valor, la amistad, el desamor... Un lugar donde dejar vagar tu mente y reflexionar.