4. Nuevo Amigo

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Seguía perdido en la gigantesca escuela, en busca de la dichosa cafetería que no estaba por ninguna parte, mi lobo estaba empezando a desesperarse cuando el olor a menta y café estaba desapareciendo del aire, arañaba y aullaba tratando de llamarlo pero logré que se calamara.

Trataba de asimilar lo que había pasado hace unos minutos, me había excitado y mi olor me había delatado. Miré a los lados tratando de ubicarme en donde estaba pero nada pasaba por mi mente, todo parecía igual y no encontraba una salida; escuché que alguien se acercaba a paso rápido.

Los pasos fueron acercándose dejándome ver a un chico vestido muy casual, por su sonrisa pude ver que tenía dientes de conejo y su cabello era castaño oscuro, no dude en acercarme a él y preguntarle por la cafetería.

—Hola, m-mi nombre es Kim Taehyung.—me incliné un poco para mostrar respeto y continue.— Estoy perdido, ¿Me puede decir por dónde esta la cafetería?— el chico me miró sin ninguna expresión hasta que terminé de hablar.

—La cafetería está por aquí, ven, te llevo— me tomó del hombro y comenzamos a caminar por los pasillos, me aprendería el camino mañana —¿Por qué quieres ir a la cafetería si ya no es hora de descanso?— seguíamos caminando. No podía creer que se me había pasado todo el tiempo de poder descansar.

—¿Y-ya es hora de clases?— las manos me temblaban, tomé las correas de mi mochila por puro instinto, si mi madre se enteraba de que me había saltado una hora de clase me mataría.

—La campana sonó hace unos minutos y no ha vuelto a sonar, creo que falta poco, en que salón te toca ahora.— paramos de caminar y me miró con suma atención que me puso un poco nervioso, era un alfa, su olor me lo decía.

Traté de recordar pero estaba bloqueado, saqué el papel que me había dado la señora de recepción y busqué la siguiente clase en la que tendría que estar ahora mismo.

—Matemáticas, salón 103 en el edificio A.— dije mientras leía lo de la hoja, la guardé inmediatamente en mi bolsillo y volví a poner mis manos las correas de mi mochila.

—Estas en el salón que esta al lado del mío.— la campana sonó y me tomó de la mano, me jaló por los pasillos hasta que empecé a ver los salones que empezaban a cerrar las puertas para empezar las clases.

—Listo.— paró de un momento a otro que no me dio tiempo de parar y choqué con él, pero fue como chocar con una pared porque no se movió y me sujeto para no caer.

Sus brazos eran fuertes y se podría decir que el abrazo me hizo un poco de daño, me apretó demasiado las costillas pero no podía quejarme ya que me había ayudado.

—Me llamo Jeon Jungkook, nos vemos después.—me soltó después de unos segundos, su olor se había impregnado en mi ropa y eso no me molestaba, mi madre no estaría en casa cuando llegué así que no habría problema.

—Gracias por ayudarme, adiós— entré a mi clase y el profesor de matemáticas me vio con cara de pocos amigos al igual que todos los alumnos que estaban sentados, logré encontrar con la mirada al grupo de chicos que Hoseok había logrado sacar de encima mio.

Hoseok.

Hoseok.

Hoseok.

Dios, ese hombre era tan... Era tan...

—Mío.— ¿Qué? No, ni pensarlo, mi lobo se estaba volviendo loco, quizás sea por lo cerca que se encontraba mi celo, pero estaba preparado para ese momento.

El profesor me dejó pasar después de unas cinco veces pidiendo disculpas, me senté en el único sitio que quedaba vacío y no presté atención en toda la clase, pero escribí todo en mi cuaderno, aunque en mi mente estuviera ese chico de nombre Hoseok.

Las clases fueron sumamente aburridas para mi gusto pero de eso se trataba la escuela, de aprender de cualquier forma y si la forma de estos profesores era aburrirnos y dejarnos demasiados trabajos, yo aprendería a como diera lugar.

Aunque a mi no me importaba que había pasado hace más de 100 años tenía que aprender para poder pasar el examen.

El día escolar terminó, guardé todas mis cosas y cuando salí de la última clase del día me encontré con Jungkook, estaba apoyado en la pared con su teléfono en la mano, tecleando rápidamente, sus ojos dejaron de ver la pantalla del aparato para verme a mi.

—Tu aroma te delata, te pude oler desde que saliste de la puerta.— me sonrojé por su comentario pero terminé riéndome un poco.

—Tengo que ir a casa.— le dije mientras caminábamos por los pasillos hasta la salida, pasó una mano por mi hombro y me acercó a su cuerpo, se me dificultaba caminar pero sería incómodo sacarle la mano así que me las arreglé para poder hacerlo.

Mi lobo comenzó a arañar y ladrar, no sabía porque estaba de esa manera, me exigía que me alejara de Jungkook pero no quería darle el gusto, me estuvo molestando todo el tiempo así que abracé con un brazo la cintura de él.

Hoseok dijo que nos quería ver después de clases, vamos.

De pronto recordé que había usado su voz de mando conmigo exigiendo que lo vea a la salida, mi lobo aulló y se mostró sumiso controlándome por completo, pero cuando me di cuenta ya habíamos salido y Hoseok se acercaba sin expresión alguna pero algo me decía que estaba molesto.

Nos jodimos Taehyung.

Voz de Alfa ᴴᴼᴾᴱᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora