9. B͟͟u͟͟e͟͟n͟͟ H͟͟i͟͟j͟͟o͟͟

499 75 7
                                    

La siguiente clase fue lo mejor que me haya podido pasar en toda la jornada de clases, el profesor se había puesto un poco mal así que las clases se suspendían solo por ese día. Para poder matar el tiempo me adentré en los pasillos infinitos que había en la escuela, parecían nunca acabar y, con mucha suerte, no me perdería al querer volver.

Las paredes blancas me tranquilizaban un poco y la larga caminata me hizo olvidar, por un momento, lo triste que me sentía por la reciente revelación de mi hyung, Jin; pasaba mis manos por las paredes y en algunas ocasiones me perdía pensando en si ir a la derecha o a la izquierda, ese laberinto de pasillos se parecía a mi vida en esos momentos, no sabía que hacer, mi lobo me decía una cosa pero yo me rehusaba a hacer caso.

Acaso mi madre se preocupaba aunque sea un poco por mi, a ella solo le importaban: los hijos que pudiera tener en un futuro, el alfa con quien formaría una familia, mis calificaciones de la escuela y mi desempeño como buen hijo. Nunca les importó el cómo yo estaba, cómo yo me sentía, en si quería tener hijos algún día, al menos eso lo entiendo ya que mi madre viene de una manada muy "chapada a la antigua" en donde los omegas se casan a corta edad y solo sirven para tener cachorros.

Mi madre se casó a los 15 años con el alfa que es mi padre, por muchos años de su vida vivió en la casa de mis abuelos quienes la preparaban para ser una buena omega que se encargara de sus cachorros y de su alfa, cuando mi madre se alejó de su manada las cosas cambiaron y los clichés fueron rotos, pero dejaron marca en mis padres quienes seguían pensando como mis abuelos.

Mi madre comenzó a trabajar cuando cumplí los 10 años y aún crecía en mi antigua casa en Busan, pensaba que podía cuidarme solo y mostrar indiferencia a la falta de atención pero eso era lo que más me afectaba.

Extrañaba los fines de semana nublados en donde mis padres se tiraban en el sofá junto conmigo y veíamos películas hasta que nuestros ojos se cerraran por el cansancio, cuando tomábamos chocolate caliente y culminabamos con una extensa charla de toda la semana para después ir a dormir, sabia que esos días nunca volverían y era el momento exacto para resignarse.

Sin darme cuenta en mis mejillas habían algunas lágrimas que salieron sin mi permiso, no sabía en donde me encontraba ya que todo lo que veía eran más puertas y pasillos, el bullicio se escuchó a lo lejos y supe que no estaba tan lejos de la cefeteria pues el olor a comida era muy notorio, mi estómago gruñó y mis pies caminaron solos siguiendo el olor delicioso de la comida.

Cuando llegué pude ver a Hoseok saliendo del baño con las mangas dobladas de una camisa blanca y unos pantalones negros, algo formal creía yo, pero se le veía estupendo. Sus ojos se fijaron en mi y yo bajé la mirada para no caer en el vacío que eran sus lindos orbes negros.

—¿Cómo estás, Taehyung?— se había movido demasiado rápido o era mi imaginacion, caminé un poco hacia la barra de comida y cogí una bandeja para poder servirme un poco.

—Bien, supongo.— si mi madre quería nietos y si eso me convertía en un buen hijo lo haría, quizás y solo quizás volverían los antiguos tiempos con mis padres, la atención de mi madre estaría de nuevo en mi.

—Vamos a una mesa.— Hoseok no se había servido nada y al ver que ya había terminado de poner comida en algunos platos se volteó con la única intención de irse a sentar.

Caminé detrás de él hasta llegar a una mesa totalmente vacía que estaba casi al fondo de la cafetería, mientras a los costados de la mesa veía como algunas chicas y algunos chicos se quedaban mirando a Hoseok para después suspirar y cuchichear con sus acompañantes, es que se observaba tan dominante, tan sexy y tan varonil que nadie podría resistírsele.

Nos sentamos, él alfrente mio, como si quisiera comenzar un interrogatorio y, que en este caso, yo sea el maldito culpable a quien desea llevarse a la cárcel, o mejor dicho a la cama.

—Bien, ahora dime ¿Por qué estabas llorando?— dejé los palillos suspendidos en el aire, no llegaron a mi boca, como sabía él que yo estaba llorando unos momentos antes, bajé el pedazo de carne para depositarlo nuevamente en el plato y lo miré a los ojos.

—¿Cómo sa- —no me dejó terminar ya que chasqueó la lengua por lo que parecía, yo, había dicho una tontería. Se acercó más a la mesa y puso sus manos en esta, no pude evitar bajar la mirada para ver la piel tan blanca que no lograba cubrir la camisa y tragué saliva pesadamente.

—Tus ojos están rojos, es más que obvio que has estado llorando.— una sonrisa burlona se asomó en sus labios tratando de decir que yo era un completo imbécil.— No hay tanta ciencia, Taehyung.—volvió a acomodar su espalda en el respaldar del asiento restándole importancia a sus propias palabras.

—Nada importante.— su preocupación, por más forzada que sea, logró conmoverme un poco haciendo que sonría y recuerde el porque de mis lágrimas.

"Mamá no te preocupes, te daré nietos, seré el hijo que quieres"

Me miró como examinando cada gesto que estuviera haciendo en ese instante, pareció satisfecho con mi respuesta.—De acuerdo, bueno, a lo que venía, los rumores ya han empezado a circular así que es mejor que los ignores.—comencé a comer mientras asentía a lo que decía, los rumores ya habían llegado a mis oídos, causándole tristeza a mi lobo.

—¿Es cierto lo que dicen?— no lo miré a los ojos, no me atrevía a decirle tal cosa mientras lo miraba atentamente, mi madre necesitaba que fuera un buen omega y eso sería.

No importaba que yo sacrificara mis dos años restantes de estudios en tener hijos, mi madre sería feliz si le daba nietos y seguía su ejemplo de buen omega.

—Sí, no le tomes importancia.—sus gestos eran neutros, casi bordando la indiferencia.—Lo que quería decir era que hoy iremos a mi departamento, no te preocupes, te ayudaré con los deberes que tengas.—sacó su teléfono y comenzó a mover su dedo encima de la pantalla, quizás enviándole un mensaje a alguien.

—No quiero ir.—dejé la bandeja con toda la comida y me paré lo más rápido que pude para caminar entre las mesas hasta llegar a la puerta de salida. Los rumores eran ciertos y yo, por consecuencia, era su nueva zorra.

No miré hacia atrás, rogué para que no usara su voz en mi y pudiera escapar del pequeño debate mental que tenía, mi cabeza comenzaba a doler y mi temperatura subía, el enojo me vencía de sobremanera, al parecer después tendría que tomar una pastilla para el dolor de cabeza. Escuché sus pasos que me seguían y cuando abrí la puerta que me llevaba al pasillo él se quedó parado.

—Ven aquí.—maldije a todo el mundo y a cada ser vivo que pasara por mi lado, como siempre mi lobo se apoderó de mi, volteé hacia donde estaba Hoseok y con la mirada baja en muestra de sumisión me acerqué despacio.—te quiero ver en la hora de salida, ¿Entendido?— asentí levemente y mis piernas comenzaron a temblar.

Mi cabeza daba vueltas por el olor tan exquisito que Hoseok desprendía, mis labios se entre abrieron y mi respiración comenzó a agitarse. Mi trasero comenzaba a lubricar y mi miembro se ponía cada vez mas duro ante la presencia del alfa.

—Mierda.—Hoseok inhalaba el olor que desprendía como si se tratara del mejor perfume del mundo.—Hueles... De maravilla.—gruñó y me tomó de la cintura para poder apegarme aún más a él.

El peor momento para entrar en celo.





















Taehyung dejando la comida ahí y yo aquí aguantando hambre efe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Taehyung dejando la comida ahí y yo aquí aguantando hambre efe

Cuando pueda hacer separadores empezaré a usarlos en vez de imágenes o edits de otras personas. Perdón por algún error ortográfico.

Voz de Alfa ᴴᴼᴾᴱᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora