꧁cαмвiσ ∂є rσℓєs꧂

37

“Rumor”

El rubio se encontraba viendo con detenimiento a quien tenía frente a él, quería huir del lugar, y buscaba de vez en cuando a él chico que le acompañaba quien unos segundos antes de que le llamarán se había ido para cubrir más terreno.

— ¿A quien buscas? —

La pregunta de el menor ocasionó que los ojos zafiro se posaran sobre el mismo nuevamente, no sabía que responder, no tenía información de la relación entre este Teru y ese Akane.

— A nadie, ¿Querías algo Aoi? —

El de gafas al fin reacciono y al instante tomó de los hombros al alto comenzando a revisarlo, lo cual le parecía molesto a Minamoto, ya ni quería estar allí, si tan solo pudiera desaparecer como siempre lo hace ya estaría fuera de este problema.

— ¿Que haces? —

El de cabellos anaranjados suspiro, su expresión no mostraba felicidad ni enojo, más bien preocupación.

— Minamoto, ¿En verdad lo hiciste? —

El ahora vivo solo arqueo una ceja mostrando indiferencia ante la pregunta, con rapidez alejo un poco al vicepresidente para así sacudir sus prendas con tranquilidad.

— No se a que te refieres —

Elevó su mirada al ser tomado de la camisa con fuerza, chasqueo la lengua ya harto de lo que sucedía, no comprendía y esa era la verdad, no quería hacerle nada a él contrario, pero la actitud tomada por el mismo... le era complicado mantenerse en compostura.

— ¡No te hagas el idiota! ¡Ya responde la pregunta! —

La mano del rubio al fin tomó el cuello del bajo para así comenzar a apretar, lo cual hizo que el contrario se quedara sin habla, la actitud que había tomado nunca la había visto.

— ¿¡A que mierda te refieres!? ¡Dímelo ya, idiota! —

— M-Minamoto, no puedo respirar —

Las manos de Aoi tomaban las del mayor para intentar apartarlas, más la presión aumentaba a cada segundo, algo alarmante ya que de a poco veía más borroso.

El pasillo estaba solitario, sabía que nadie lo ayudaría, todos estaban en clase, solo un milagro le salvaría de la situación.

...

— ¿Deberíamos informarle esto al séptimo? —

Noto un movimiento de cabeza en forma de negación del hombre, ella soltó un suspiro y se aparto para comenzar a caminar por la habitación.

— No puedo creer que haya llegado a leer los libros, en realidad, espero que no haya leído de más. —

Soltó un suspiro y se cruzo de brazos comenzando a observar cada estante. Sin embargo su atención fue captada al escuchar la voz de un chico en la radio. Eso era nuevo, pues desde hace vario tiempo ya no se habían reportado nuevos rumores, pero sobre todo, siempre quien narraba los mismos era nada más ni menos que una voz femenina, era extraño de que de repente pasaran cosas así.

— Al parecer el séptimo tiene más trabajo... —

Escucho comentar a el hombre. Ella solo se recostó de nueva cuenta en el sofá, cerrando sus ojos con levedad.

Esperaba que no fuera algo de que preocuparse, pues sabía que si llegaba a afectar fuertemente la academia, todo se volvería un caos y sería mucho más trabajo para el de sello blanco. Si llegaba a ocurrir una emergencia, sabía que los llamaría de ser necesario.