Día 22

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Palabra: Gafas

Época: Harry, Ron y Hermione vuelven a Hogwarts para cursar séptimo curso, Remus no murió y Tonks como si no existiera :]

Género: humor, romántico.

Personajes/ship: Remarry (Remus Lupin & Harry Potter)

***

Harry, Ron y Hermione iban corriendo por el pasillo, llegaban tarde a Defensa contra las artes oscuras.

Hermione les había advertido que tardarían en recoger todos los libros que tenían abiertos a su alrededor en la biblioteca, pero como de costumbre ellos no habían hecho el menor caso y estaban sufriendo las consecuencias.

Cuando ya estaban en el pasillo correcto vieron a Remus, el profesor que había retornado a Hogwarts después de la guerra, doblar la esquina opuesta, bastante alegre.

A Harry siempre le saltaba el corazón al verlo, pero esa vez saltó más. Corrieron para poder entrar a la clase antes que él. Harry iba el último, y se precipitó hacia el marco de la puerta justo cuando Remus llegaba a ella, aunque sabía que de todas maneras le habría dejado pasar.

No debería haberlo hecho. Debería haber abusado del favoritismo de Remus que no lo reñiría por llegar tarde y entrar tranquilamente en clase, pero en lugar de eso tropezó, se cayó y dio con toda la cara contra el marco de la puerta.

Por lo menos no llegó tarde a cerrar los ojos, porque un instante después los cristales rotos de sus gafas le bañaron la cara.

Cayó al suelo a los pies de Remus, desorientado por el golpe, y gimiendo por el dolor de su nariz y los cortes pequeños de los cristales. Justo delante de él tenía que pasarle eso, ¿verdad?

-Occulus reparo- la voz agradable de Remus, con un matiz de preocupación, conjuró un hechizo que dejó sus gafas como nuevas, y se las quitó con cuidado. -¿Qué te ha pasado, Harry?

Él abrió los ojos, mirándolo miope desde abajo. Lupin, el guapo Lupin, se había arrodillado a su lado y le cogió la cara con cariño.

-Mi... nariz- la clase ya se había congregado en la puerta para mirar, pero el profesor los ahuyentó con tono recto.

-Episkey.

-¡Argh!- se quejó Potter. Su nariz había crujido colocándose dolorosamente.

Remus lo ayudó a levantarse y le puso las manos finas y cálidas sobre la cara. El dolor fue desapareciendo, lo inundó una sensación de paz y una especie de somnolencia.

-¿Mejor?- la voz de Remus ronroneó al preguntarlo en voz baja, poniéndole las gafas intactas de nuevo en la cara. Harry asintió, demasiado avergonzado por el ridículo.

-Gracias- murmuró a toda prisa antes de meterse finalmente en clase.

***

Después del golpe, las patillas de las gafas le habían quedado demasiado abiertas. Hermione lo había intentado arreglar pero no había sido capaz, Remus las había sellado con magia demasiado fuerte.

La cosa era que se le caían, estaba todo el día con ellas en la punta de su nariz sudorosa, subiéndolas con el dedo una y otra vez.

Miró disimuladamente a Remus mientras este, de espaldas, escribía en la pizarra. No podía seguir así, aún no había tenido que subirse a una escoba, pero no sería capaz de evitar que se le cayeran desde unos cuantos metros de altura, y quizá eso no sería tan fácil de arreglar. Tenía que pedirle a Lupin que se las arreglara, pero todo le daba vergüenza desde que se había caído exactamente delante de él, y se había roto la cara contra el marco de la puerta.

El profesor lo miró y él apartó bruscamente la vista, provocando que las gafas se le cayeran a la punta de la nariz. Miró a sus apuntes, escribiendo más rápido y poniéndose rojo.

Sintió una mano en su cabeza y un dedo hizo aquel gesto del que llevaba días abusando. Levantó la cabeza lentamente. Remus lo miraba desde arriba con una sonrisa en los labios, mientras le colocaba las gafas en su sitio, y murmuró algo que Harry no llegó a entender.

Su corazón empezó a latir descontrolado y tan pronto como esa mano cálida se desvaneció de su cabello, volvió a esconder la cara en los apuntes. Esa vez sus gafas no hicieron nada, se quedaron perfectamente en el lugar que les correspondía. Se las quitó, atónito, examinándolas. El profesor se las había arreglado.

Se las volvió a poner, ruborizándose más, y vio que Remus le guiñaba un ojo.

Remus, el guapo Remus, el encantador Remus, le acababa de guiñar un ojo.

Su pulso se disparó y una sonrisa boba se dibujó en su cara.

***

700 palabras.

23:50

Voy a escribir el siguiente, que es la continuación de este.

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FICTOBER 2020 /harry potter one-shots/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora