Día 6

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Palabra: Silencio

Época: diecinueve años después (tercera generación)

Género: fluff

***

Los muggles no sabían nada de la muerte, eso pensaban los magos. Pero lo cierto era que ellos, con sus reliquias y su soberbia, tampoco tenían ni idea.

La muerte era la pérdida de casi todo. De la capacidad para comer, dormir, sentir, doler, envejecer, tocar. Sin embargo, como decía Albus Dumbledore, lo más importante, la capacidad de amar, seguía intacta.

Si les preguntáramos a los muertos, pues no son otros que ellos los protagonistas de esta historia, dirían, con sus bocas transparentes, que la muerte es el silencio.

Un silencio terrible pero tranquilo, en el que el mundo ya no oía nada de lo que salía de tus labios. El mundo de los vivos, claro, porque los muertos vagaban de aquí para allá, parloteando y observando a los vivos en su silencio parcial.

Eso era precisamente lo que hacían las cinco figuras transparentes sentadas en el techo del Expreso de Hogwarts aquel 1 de septiembre. El andén nueve y tres cuartos estaba a rebosar de pequeños alumnos que se despedían de sus familias, y había una familia en concreto que tenía la atención de estos cinco ángeles de la guarda.

Harry y Ginny Potter hablaban con sus tres hijos en el andén, debajo de los pies de nuestros fantasmas. Su hijo mediano, que empezaba en Hogwarts aquel año, le preguntó algo a su padre por lo bajo, y Harry se lo llevó aparte y le dijo:

-Albus Severus, te pusimos los nombres de dos directores de Hogwarts. Uno de ellos era de Slytherin, y seguramente era el hombre más valiente que jamás he conocido.

Albus Dumbledore soltó una carcajada.

-¿Halagado, Severus?- le preguntó a Severus Snape, que flotaba unos centímetros por encima del techo del tren, a su derecha.

-No- dijo lenta y fríamente. -Me odiaba cuando estaba vivo, y desde que me morí es todo echarme flores. ¡Hipócrita!- le gritó, específicamente a Harry, que miraba a su hijo con ternura.

-Bueno, tú tampoco le quisiste mucho en vida, mientras que ahora...

Snape silenció a Dumbledore de un manotazo, sonrojado, y miró si Lily al otro lado de la fila los estaba escuchando, pero ella parecía embobada mirando a la pequeña Lily Luna, su nietecita, que miraba alrededor con ojos curiosos, enganchada de la mano de su madre.

-¿¡Qué!?- se ofendió Dumbledore por el manotazo. - Como si fuera un secreto que pasas el día pululando por casa de los Potter, observando a nuestro pequeño tocayo y sobre todo a su padre.

Severus rodó los ojos, confiando en que Albus callaría. Como al morir se dejaba de envejecer, había llegado el momento en el que Harry tenía más o menos la misma edad que él. Era extraño verlo de ese modo, habiéndose parado el tiempo solo en uno de los dos.

-Tampoco es un secreto que Grindelwald y tú tenéis conversaciones picantes en tu casa de Godric's Hollow- contraatacó Snape. Los muertos no podían tocarse unos a otros, esencialmente solo podían hablar, así que había quien aprovechaba.

-Emmmm... bueno, volvamos al nombre, creo que Albus le queda de maravilla.

-Ni Albus ni mucho menos Severus le quedan bien, me recuerda demasiado a mí mismo, y él no se parece en nada a mí. Pero tenemos que reconocer que el otro tiene peor nombre.

Hizo un gesto con la cabeza señalando a dos cuerpos invisibles a la izquierda de Albus.

Un joven James Potter y un no tan joven Sirius Black conversaban animadamente mirando a James Sirius Potter.

-Cómo se nota que es mi nieto, Sirius.

-Nuestro nieto es todo un bromista, cornamenta. ¿Qué habrá sido del mapa, lo tendrá Harry? Le vendría bien.

-¿¡Cómo que tu nieto!?- James parecía realmente ofendido. -Tú no eres su abuelo, su abuelo soy yo.

-Bueno, vale, mi nieto adoptivo. ¿Qué más da, hermano? Lleva los nombres de ambos, es nuestro legado en el mundo de los vivos.

-Como sea, ¿qué dices, cariño?- le cortó James, girándose hacia Lily que lo estaba llamando.

-¿No es extraño, verlos hacer lo que nosotros no pudimos?- Lily tenía los ojos aguados, mirando a Harry y a Ginny.

-Son felices, nosotros también lo fuimos, y lo seguimos siendo.

-Me gustaría decirle que hemos estado mirándolo todo, cuidando de él desde el principio- James, como siempre, hizo el ademán de rodearla con el brazo, pero se contuvo. Solo la atravesaría. Uno pensaría que después de haber estado muerto treinta años te acostumbrarías, a estar silenciado, a no existir, pero lo cierto es que nunca lo hacías del todo.

-Algún día se lo dirás, todo sigue su curso.

-¡Hola, chicos!- Remus y Tonks se acercaban caminando por encima del tren. -Estábamos buscando a Teddy.

-¿Lo encontrasteis?- preguntó Sirius.

-Sí, besuqueándose con Victoire Weasley- Tonks sonrió.

-¿¡Alguien ha dicho Weasley...!?

Fred Weasley apareció ante ellos, flotando justo por encima de la cabeza de Harry.

-Buenas camarada- le saludó James.

-Cornamenta- devolvió el saludo el pelirrojo, apuntándole con un dedo. -Canuto... y demás familia. Profesor Snape, ¿cómo está? Me comentan que anda usted rondando al marido de mi hermanita...- Snape volvió a avergonzarse. -Por cierto, ¿dónde está?

-Ahí, despidiéndose de Albus Severus.

-¡Albus Severus, sí! ¡Qué nombre tan horrible! No os ofendáis- dijo dirigido a Dumbledore y Snape. -Si tan solo Harry le hubiera dejado elegir los nombres a mi hermanita... Los Weasley tenemos buen gusto, no hay más que ver a George.

-¿Cómo se llaman los hijos de George?- preguntó Snape, que se sentía perdido en la conversación.

-Ella se llama Roxanne, que tiene estilazo, no te lo voy a negar, pero yo lo decía por mi sobrinito- se puso cabeza abajo, flotando en medio del andén que se iba quedando vacío según los alumnos subían al tren. Sonrío. -Fred.

Todos sonrieron. George lo había pasado muy mal con el fallecimiento de su hermano, que había sufrido el silencio como nadie. Pero ahora que los años habían pasado ambos volvían a ser el alma de la fiesta, cada uno en un mundo, con su público de vivos o de muertos.

Harry miró al tren que se alejaba ya. Apretó la mano de su esposa y contuvo la respiración al parecerle oír un murmullo. Escuchó con atención, pero finalmente lo único que oyó fue el silencio.

***

1000 palabras

1:00

Cute, triste, gracioso??? No lo sé ni yo, una mezcla, supongo. Siempre me ha hecho gracia imaginar cómo reaccionaría Severus a que Harry le pusiera su nombre a su hijo, y el resto... No me resisto al Snarry, lo sabemos.

Me parece que Dumbledore y Severus serían grandes amigos en la muerte, siempre y cuando Dumby no esté en conversaciones picaronas con Grindelwald, claro. XD

Gracias por leer y hasta mañana 💙

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FICTOBER 2020 /harry potter one-shots/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora