Día 28

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Palabra: Talismán

Género: romántico

Personajes/ship: Harry & ???

AU sin la segunda guerra

***

La pequeña piedra de ámbar encajada en un delicado aro de plata brillaba como siempre bajo la luz del compartimiento del Expreso de Hogwarts. Harry volvió a meterla debajo de su ropa, la finísima cadena tintineando. Se recostó en el cómodo asiento del tren, Ron y Hermione medio dormidos en el de enfrente.

Ese talismán llevaba diecisiete años colgado de su cuello. Se lo había regalado su difunta madre el día de su nacimiento, pero no sabía mucho más de él, suponía que era una reliquia familiar sin importancia, pero le tenía cariño. 

Sin embargo, todo había cambiado el día de su decimoséptimo cumpleaños. El colgante había empezado a picar bajo su piel, un aura mágica intensa saliendo de él, y una inscripción que ni siquiera Hermione había podido aún descifrar apareció en el aro de plata que sujetaba la piedra preciosa. Harry había sentido una necesidad inexplicable de ir a Hogwarts. La señora Weasley, emocionada, le había explicado que estaba a punto de encontrar a su pareja destinada, facultad que se "desbloqueaba" al llegar el núcleo mágico a su estado de madurez cuando la persona alcanzaba la mayoría de edad.

Ahora podía ver la piedra presionar contra su camiseta, levantándose en dirección a Hogwarts. Allí era donde la encontraría, suponía. 

Mentiría si dijera que no estaba nervioso. Estaba histérico, más bien. Nunca en toda su corta vida había tenido pareja, ni sexo, ni nada. Solo era un estúpido virgen que no tenía ni idea de nada, y le daba mucha vergüenza. ¿Quién sería ella? Se la imaginaba bajita (más que él, lo cual no era fácil), guapa, alegre... y se alegraría mucho si fuera tan poco experimentada como él, porque tenía mucho miedo de hacer el ridículo si no era así. Sería bonito empezar los dos de cero y descubrirse poco a poco.

Suspiró, su estómago contraído de nervios y emoción. ¿La conocería ya? ¿O sería una chica misteriosa y desconocida? No lo sabía, pero llevaba ya un mes con esa picazón en su pecho, y necesitaba conocerla desesperadamente.

Miró por la ventana, ya oscura. Estaban llegando, y pensamientos románticos le secuestraron las ideas.

Bajaron al andén en la estación de Hogsmeade, su corazón martilleando, sus pies peligrosamente torpes. Ella tendría que estar allí, en algún lugar de aquella masa de estudiantes, pero sin embargo notó que, fuera donde fuera, el colgante seguía apuntando en la misma dirección: Hogwarts.

La señora Weasley no le había explicado cómo saber quién era su destinada, cómo se manifestaría una vez que la encontrara, y Harry acosó con preguntas a Ron y Hermione durante todo el camino en los carruajes, pero tampoco ninguno de ellos lo tenía muy claro, ellos no habían sido destinados, aunque eran muy felices juntos. Hermione le dijo que lo sabría cuando hubiera encontrado a la persona, que quizás aún no había estado lo suficientemente cerca de ella.

Los nervios de Harry iban en aumento conforme llegaban a Hogwarts. Entraron por las grandes puertas, y el colgante apuntaba al frente, hacia el Gran Comedor. Entraron al Gran Comedor y seguía apuntando hacia delante, así que Harry echó a andar por el pasillo central con el corazón en la boca, mirando el bulto que hacía el colgante en la camiseta.

Lo sentía más cerca, el talismán tiraba de él con más intensidad en aquella dirección.

Uno, dos, tres pasos. Más cerca, más cerca...

Captó por el rabillo del ojo el vuelo de una túnica negra al pasar por su lado.

Espera.

El talismán giró, se apretó contra la base de su cuello queriendo ir en el otro sentido. Harry se volvió.

Snape.

Snape lo miraba con terror en los ojos. 

¿Snape?

Harry se sacó el talismán de la camiseta, y la piedra ambarina tiró de él hacia el profesor.

¿¡Snape!?

Potter se movió un paso a la izquierda, mirando desconfiado, pero el talismán indudablemente cambió de dirección hacia Snape.

¿¡Snape (un hombre, su profesor, veinte años mayor que él, y para colmo un viejo amargado lo mires por donde lo mires) era su pareja destinada!?

Severus, con exacta expresión de horror y shock, se sacó lentamente de debajo de la ropa otro talismán que llevaba también colgado al cuello, una piedra plana y negra, tallada, que también se levantó mágicamente hacia la de Harry.

Ambos sintieron una explosión de magia y una súbita fuerza que los atraía el uno hacia el otro, y contra su voluntad se juntaron hasta que sus talismanes chocaron con un sonido como el de las canicas. Harry alcanzó a leer en el suyo las letras que hasta entonces habían sido completamente ilegibles "Severus Snape & Harry Potter".

A centímetros de distancia de su cara, tratando de no acercarse a su cuerpo más de lo necesario paro sin conseguirlo, con todo el comedor mirándolos en shock, Harry Potter susurró:

-No me jodas...

***

800 palabras

20:00 31 Octubre

¡Buenas!

¿Prólogo para otro fic? Quizás en algún momento... 

Hasta luego, que esta noche y hasta mañana al mediodía tengo que acabar todoo💙

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FICTOBER 2020 /harry potter one-shots/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora