*°5°*

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La furia que mostraron los ojos de su esposo fue impactante, tanto que Christine sintió algo de miedo por la repentina reacción de él.

—¡Es tu familia Daniel! Además no me puedes prohibir acercarme a ellos.

—¡No entiendes nada mujer!

—No quiero, ni me interesa entenderlo, necesitas un heredero y a tu esposa lejos de tí, así que tomas mis condiciones o me veré obligada a estar pegada a ti como un hongo el resto de tu vida, además de hacer lo que me venga en gana.

—¿Entonces serás una libertina?

—¿Quieres averíguarlo?  — se giro nuevamente y siguió con su trabajo inicial —No siendo mas, le pido que salga de mi habitación, ya me dio sueño y mañana debo salir temprano.

Christine trenzo su cabello ignorando al hombre que se encontraba tras ella analizando sus opciones, y es que no era para menos, su esposa era una mujer compulsiva, ¿Cómo rayos le proponía que invitara a su familia a la mansión? Aunque comprendía su intención ya que ella no sabia nada de su pasado y las condiciones en las que había terminado sus lazos familiares, Christine no sabía el repudio que sentía a quienes se hacían llamar parientes y tampoco entendía lo que sentía en su interior.

Sin mirar a su esposa giro sobre sus talones y salio de la vista de aquella mujer, la imagen que había mostrado en los días anteriores era completamente distinta a lo que estaba viendo ahora, su mirada era mas desafiante, sin mencionar lo osada que era ahora al hablarle, definitivamente se había equivocado con ella, había sacado una conclusión apresurada, esta mujer lo tenía entre la espada y la pared.

Convivir y aceptar a su familia o dejar que ella se apoderara de su tiempo y espacio

Mostrarse como un marido ejemplar a cambio de que ella se alejara.

Para algunos estas quizás eran opciones estúpidas, pero para quien conocía la verdad de las cosas, era algo comprensible, su familia había humillado y ultrajado a su esposa hasta el punto de que ella perdiera a su primer hijo a causa de la depresión, por eso la propuesta de Christine en aceptar a su familia era algo que no quería aceptar, aunque tampoco quería estar cerca de ella... o de alguna otra mujer.

*****

No pensó que luego de hablar con su esposo se pudiese sentir tan bien, se sentía victoriosa y confiada, cualquiera de las dos opciones que tomara su esposo le convenían.

Ella nunca había sido rechazada por alguien y no lo seria ahora, estaba acostumbrada a ser el centro de atención y eso no iba a cambiar, era caprichosa, orgullosa, tal vez en exceso y por eso mismo le demostraría a su esposo que ella podía ser una mujer deseada, una mujer perfecta para ser la esposa de cualquier hombre de valía y eso lo incluía a él.

El vestido carmín que había escogido resaltaba entre quienes la miraban pasar por la calle, su elegante porte y refinado acento no pasaban desapercibido, murmullos de algunas damas y miradas cautivadoras de algunos caballeros hacían sentir aún mas confiada a Christine.

Tenía un propósito fijo y era que su esposo la aceptara a cualquier costo, estaba en riesgo su orgullo.

—¡Condesa! no pensé verla tan pronto

El hombre saludo dejando la taza de café que tenía sobre la mesa para levantarse y ofrecerle asiento a Christine.

—Que poca fe me tiene milord, en cambio yo sabia que tendría que buscarlo pronto.

Christine se sentó y abrió su abanico para ocultar una risa y no verse vulgar.

—Creo que la subestime

Un Destino Soñado (Serie Nobles Desamores III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora