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El olor a té de menta despertó a Christine quien dormía profundamente.

-Buen día Milady ¿Cómo amaneció? - la doncella pregunto mientras buscaba y preparaba la ropa del día.

-Bien, aunque aún tengo un poco de sueño

Ahora que recordaba Daniel le había informado que la visitaría en la noche, pero nunca llegó, había esperado hasta que la vela se consumió casi por completo pero, no hubo indicio de que el quisiera visitarla ¿Tanto le había disgustado estar con ella en intimidad?

-Azul o verde Milady

-... El verde está bien - respondió por inercia, ya que su atención estaba en otro lado -¿El señor ya se despertó?

-El amo salió temprano hoy, al parecer tenía unos asuntos pendientes en una de las tierras cercanas, al menos eso fue lo que alcance a oír

-Entonces hoy desayunare sola - murmuró para si misma, había pensado que quizás él fuera de los hombres que compartiría en familia, pero al parecer su presencia sería ausente al igual que su padre.

-¿Se siente bien? - ¿porqué no estarlo? al menos no tendría que fingir compostura.

-Claro, hoy cambiaré algunas cosas de la mansión y estoy pensando por dónde empiezo - si, esa era su segunda opción, porque la primera era escribirles a sus amigas, estaban lejos pero eso no impedía que se acordará de ellas.

Como una dama malcriada había pedido que le subieran el desayuno hasta la habitación, porque el que desayunar sin compañía, en una habitación donde el comedor de doce puestos le recordaba lo solitaria que se encontraba, no era algo que quisiera hacer solo para no generar rumores.

Luego del desayuno había redactado tres cartas, dos para sus amigas y una para sus padres.

-Milady, me informan que desea disponer de algunos hombres ¿Es cierto? - pregunto el ayuda de camara.

-Si, necesito mover algunos muebles y reubicar algunos cuadros. - respondió Chris terminando de sellar las cartas.

-Enseguida le busco a los hombres - el ayuda de camara dudo en decirle las indicaciones de su amo.

-¿Qué sucede?

-Milady, el amo me ha ordenado que puede disponer de la casa, excepto el ala sur.

-¿Porqué? ¿Que hay allí?

- No tengo autorizado darle esa información Milady, lo siento.

-Bien, estaré conforme con remodelar las habitaciones principales.

Aunque por fuera se viera tranquila, por dentro su curiosidad estaba al límite, debía saber si o si, que había en esa ala, aunque sería otro día porque seguramente ahora estarían vigilando que no cruzará hasta allí.

El resto del día se la paso entre arreglo y arreglo, aunque para ser sincera solo logro vaciar la sala de té, ya que estaba saturado de tonos rosa, no odiaba el color, pero en exceso le parecía corriente, aunque cada quien con sus gustos.

Había ordenado retapizar los muebles a tonos verde claro y pintarlos en blanco, la habitación había sido limpiada por completo, ahora solo era un lienzo en blanco para que su artista hiciera una obra con ello.

Al finalizar el día y algo agotada, no espero a que llegara su esposo, nuevamente había ordenado que le subieran la cena, aprovechó para tomar un baño con flores de lavanda fresca que había logrado conseguir su doncella.

Pasada la noche, Christine esperó que su esposo la visitará, ya que en la anterior noche no lo había hecho, pero de nuevo se quedó esperando con la luz de la vela ardiendo hasta consumirse.

Un Destino Soñado (Serie Nobles Desamores III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora