Capítulo.- 11

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Estaba tan centrado en mirar a través de la ventanilla del auto que no se daba cuenta de que desde hace minutos Christian le habia preguntado algo, estaba completamente anonadado con las grandes construcciones que hacían de las suyas para cubrir hasta el local más diminuto.

Cada rincón del sitio era llamativo para Bill, quien encantado marcaba en aquel mapa turístico los lugares por los que pasaban, como si fuera un niño pequeño haciendo una lista de los lugares a los que le gustaría entrar y explorar todo en compañía de Christian y por supuesto de sus guardaespaldas.

Estaba consciente de que no habia venido a la ciudad a pasarla de turista, sabia sus propósitos, mismos de los cuales ya se las olía que le comenzarían a dar los frutos necesarios para hacer lo que con tantas ansias estuvo esperando.

Sonrisas se le dibujaban al momento en que hacia trazos de los lugares en el mapa, otras expresiones faciales se le presentaban al momento en que encerraba ciertos lugares de aquel mapa con ese lápiz del numero dos, a la sinfonía de aquel dulce sonido de la ópera que desprendía la radio de la camioneta.

Habia conseguido un lugar para vivir, uno a su clase como tal aquel maravilloso penthouse que dejo a cargo de dos mujeres de aseo y claro de dos hombres de seguridad, no le importaba tener que comprar una casa o departamento caro en cada país u estado al que iba, total estaba que al hombre, le sobraba el dinero ganado por sus asesinatos y pequeños fraudes.

Sabía que la mafia le habia quitado lo mas valioso para él en un pasado... pero también, sabia que la mafia le estaba dando el poder que pocas personas logran tener al pasar de los años.

Cuando se canso de rayar en aquel mapa turístico, lo coloco a su lado, sitio libre en donde también estaba su arma y una botella con agua, tomo la botella y quito la tapa de esta para a los pocos segundos llevar la boquilla a su boca y comenzar a beber sin despegar la vista de la ventanilla.

─Te daré un Oscar, Bill ─Christian murmuro mirando a su compañero─. ¿Eran reales las lágrimas o falsas?

─ ¿Tú que crees? ─su respuesta fue en tono irónico, nuevamente bebió de aquella botella.

─Creí que habías tenido consideración por el asesinato de Alaina y sus hijos, que... El Bill de años atrás pudo haber aparecido.

─ ¿El Bill de años atrás? ─nuevamente la ironía, nuevamente la boquilla de aquella botella estaba a solo centímetros de sus labios y su mirada, posada en los ojos de Christian─. ¿Qué te hizo pensar que ese "Bill" volvería? Después de todo, ese "Bill" era un pobre diablo, un estúpido hijo de puta que estuvo por debajo del gordo de Charlie Jolson, del cara bonita de Jace Bracco... De la misma perra en celo de Alaina Banks... Sin omitir a las perritas falderas del gordo mamón.

─Lo siento ─Christian menciono con laorada baja─. No pretendía ofenderte con aquello.

La mirada de Bill fue suficiente para saber que había cometido un error, el recordarle como llegó a ser humillado y solo querido por lo que podía lograr, era lo que a Bill le molestaba, que le hablaran de su pasado con esos hombres, en un negocio tan deplorable que... Daba lastima bajo el mando de Charlie.

Le molestaba que le recordaban quien tenía el mando... Y lo que ese mando causó en dos significativas personas para él.

─Es mas hermosa en persona ─sonrió al escuchar el comentario de Christian, sabía perfectamente a quien se refería y en realidad, sí que lo era─. Descripciones, fotografías, noticias en las redes... no se comparan con verla en persona ─termino las palabras con la esperanza de quemar aquel amargo momento.

«¿Cómo es que Jackson pudo estar con una mujer así?»

Fue la pregunta que cruzó por la cabeza de Bill al instante, no se podía imaginar que era lo que Jackson habia hecho para conseguir una mujer como ella, habia notado la inteligencia en el hablar de Collins, la astucia para ciertas cosas y la duda, que era algo que a Bill le habia fascinado de la chica.

Demerol  |[SG Libro 4]|       |[FINAL]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora