Capítulo.- 17

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Dio un paso fuera del ascensor, mismo que cerro sus puertas a los pocos segundos en los que Bill habia salido de este. Su mano derecha sostenía una hoja cuadrada de papel amarilla, con tinta negra sobre esta con una clave conformada por números y letras en mayúsculas, mismo código que se usaban en aquellos costosos y lujosos edificios en los que la seguridad era lo más primordial para sus inquilinos.

Doblo la hoja por la mitad, repitiendo ese mismo doblez hasta hacer un cuadro demasiado pequeño que introdujo en el bolsillo izquierdo de su pantalón.

Un aroma agradable inundo su nariz, a mantequilla; ese exquisito aroma de pan recién horneado, no perdió el tiempo en seguir aquel dulce aroma que cada vez se apoderaba más de su nariz a tal grado que solo se dejaba guiar por ello, aun no se acostumbraba a las numerosas puertas que contenía el piso que Christian le habia adquirido.

Cuando por fin llego a la enorme cocina, contemplo sobre la barra de mármol un pastel dentro de un refractario de cristal. Se acerco hasta este para rodear con sus manos la tapadera y retirarlo con tanta fragilidad que al dejarlo a un costado, solo desprendió un sonido demasiado delicado.

Una capa de chocolate adornaba el pastel y un pequeño sitio adornaba con frutos rojos y flores de colores rojas y naranjas. No dudó en esbozar una pequeña sonrisa al presenciar aquel pastel y tampoco perdió el tiempo en buscar un cuchillo y poder cortar un trozo de este.

Cuando tomo el trozo colocándolo en un plato pequeño blanco, volvió a cubrir aquel pastel, ahora su atención estaba en sumergir aquel cubierto puntiagudo sobre el esponjoso pan cubierto de chocolate.

Era un sabor demasiado dulce y agradable para su gusto, no solo estaba el sabor del chocolate, si no de la vainilla, de pasas sobre la suave consistencia de aquel pastel, estaba tan concentrado en la variedad de sabores que habia encontrado que no se dio cuenta de que Ellin, llevaba tiempo observándolo zambullirse en ese pastel.

Conocía a Bill, lo conocía como la propia palma de su mano, una persona demasiado dura y desinteresada en la vida de los demás, Bill solo tenia pocas prioridades y la más importante era él, él, él, y él por encima de todas las cosas.

No era alguien que se interesara de verdad en la vida de los demás, fingía su interés, lo hacia de maneras soberbias en las cuales usaba a las personas para llegar hasta ellas y hacerles tanto daño del que no era planeado.

Pero vaya, que ver a esa clase de hombre zambullirse en un pedazo de pastel, era una acción que mantenía tranquilos a todos, no habia de que preocuparse, no habia sensaciones de disgusto o miedo, pánico, nada de ello. Solo era un hombre con mente tranquila gustoso en ese pastel.

─ ¿Aun con hambre, Bill? ─él subió la mirada encontrándose con Ellin, desvió su mirada a los pocos segundos a aquella rebanada─. Creí que habías ido a cenar con "La Sra. Jackson".

─Lo hice ─comenzó a caminar hacia ella, sin embargo, no se detuvo, siguió su camino dirigiéndose hacia la cómoda sala en donde al llegar al primer sillón se dejo caer sin ningún problema─. Fui a cenar con ella, no hace daño comer de este postre, apuesto que Stella lo hizo, es... Una niña demasiado buena y con lo de la repostería igual, jaja.

Ellin lo siguió hasta el punto de verlo sentado cómodamente sobre aquel sillón, con una pierna encima de la otra como tanto acostumbraba Bill, con sus dedos índice y pulgar pellizcando aquel pastel para llevar sus dedos a su boca.

Al parecer, todo habia salido bien con la cita de hoy con Lily Collins, no habia ninguna señal de molestia en Bill, ningún indicio de que nada le hubiese parecido en presencia de aquella mujer ¿y si lo habia? No, no, Bill no se guardaba las cosas, Bill las decía solo o acompañado, nunca se quedo con nada que le causara disgusto.

Demerol  |[SG Libro 4]|       |[FINAL]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora