Capítulo.- 20

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Elephant Gund suena en la radio, la baja melodía se adueñó del auto, así como las gotas de la lluvia que pegan en el auto, los limpia parabrisas se mueven de un lado a otro borrando las gotas que se deslizan sobre el cristal, haciendo que mi visión sea más clara.

Los autos hacen sonar sus cláxones, las disputas entre los conductores comienzan y eso causa que yo suene el claxon de la misma manera pidiendo que sigan avanzando o se hagan a otro costado a atender sus disputas. Desgraciadamente el trafico ha ido creciendo, la gente por fin decidido moverse, salir de sus casas, seguir haciendo una rutina diaria que, al parecer, tuvieron que seguir pese a que la lluvia no se ha detenido.

Le cedo el paso a un auto que al parecer tenia bastante prisa, veo la mano de aquel hombre asomarse por su ventanilla para levantar su dedo pulgar en señal de agradecimiento, una vez más hago sonar el claxon.

Llevo la mirada hacia mi derecha, observo al chico que yace con la cabeza recargada en el cristal, con aquella mirada severamente perdida en lo que hay fuera del auto, la mochila la ha colocado justo debajo de sus pies y al parecer no la ha importado que la haya estado pisando desde hace minutos, desde que subimos al auto en realidad.

Por un momento viajo a su mano, aquella que descansa encima de su rodilla, sus dedos apenas si se mueven al ritmo de la canción, sus pies ni se inmutan en siquiera seguir la misma melodía de esa canción que para él, es demasiado pegajosa. Pero también veo aquella esclavita que descansa en su muñeca, esa esclava que es tan especial para él y para los que poseemos una igual a esa.

No sé que decirle ante todo lo que ha estado pasando, sé que es difícil acoplarse a esto y tener que mantener la cordura ante un momento como el que se le presento a Narian. Aunque, aun tengo mis dudas sobre lo que paso en realidad, si fue él quien en realidad metió aquella droga a la universidad o si tan solo fue una maldita trampa.

No es la primera vez que surge esto... recuerdo que Michael e incluso Rachel me platicaban sobre las cosas que le hacían a Narian en la preparatoria, después de todo, no fue nada difícil que se enterasen en lo que Narian y parte de las personas con la que vivía, se dedicaran al trafico de armas y drogas.

Sé lo difícil que es acoplarse a este tipo de ambientes, lo duro que es tratar de llevarte bien con todos a pesar de que te traten de la mierda.

─ ¿Puedes contarme que sucedió? ─pregunto devolviendo la mirada al frente.

─Ya dije todo lo que tenia que decir.

─Pues lo lamento, solo supe que dejaron algunas drogas en tu lugar, Narian.

─Lily, no hay más ─apartó la cabeza del cristal solo para verme, sí, está demasiado molesto─. ¿Qué quieres que te cuente? ¿quieres saber cuantos malditos paquetes eran acaso?

─No, pero al menos me gustaría saber si tus compañeros vieron algo.

─Pues no ─bufo─. Interrogaron a los primeros en llegar y solo dijeron que no habia nada cuando llegaron, simplemente no habia nada y dudo que alguien tenga los testículos para decir que esa persona lo hizo.

─ ¿Desconfías de Emilio?

─Ahora mismo desconfió de todos, Collins.

Volvió a recargar su cabeza contra el cristal, un suspiro fue arrebatado de mi al momento en que dijo aquellas ultimas líneas. Sigo conduciendo con normalidad, atenta a que ningún auto se atraviese, después de todo, es New York y la gente aquí en su mayoría, esta loca.

Otra canción continua, una que recuerdo a la perfección que Chris cantaba en compañía de Narian y de Michael, no duro ni un minuto cuando Narian volvió a despegarse del cristal para estirar su mano y apagar la radio en su totalidad.

Demerol  |[SG Libro 4]|       |[FINAL]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora