Día cinco.

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Allen mueve la cabeza con dificultad pues la blanca luz de la habitación había sido prendida súbitamente despertando a ambos chicos que yacían acostados en la posición de cucharita.

— Ay, el chico está aquí. —Susurró Wooseok hacia su compañera Jiwon, ajustando su bata blanca -en perfecto estado- ante la mirada fulminante del aludido.

— Será mejor que despiertes a Serim, Allen. —La delgada mujer demandó posicionándose a un lado del doctor encargado del tobillo de Serim.

El castañito se sonrojo ligeramente y movió con fuerza a Serim sin precipitarse a la reacción amargada de éste.

— Serim, despierta. —Murmuró una última vez antes de golpear el estómago del caprichoso rubio.

Este reaccionó rápido y enderezó su cuerpo, frotándose las manos en sus aún dormidos ojos. Serim supo que era hora de su revisión al ver a Chuu y a Wooseok parados con una mirada indiferente, de buena forma.

— Buenos días, hyung, noona. —Saludó haciendo una mini-reverencia que doblaba solamente su cuello.

— Serim, quedan dos días para que te den de alta y queremos reiterar que todo esté bien. —Dijo la aprendiz de pelo naranja.

Serim asintió rodando sus ojos antes de sentarse en el borde de la camilla, dejando que Wooseok retirase el yeso de su pie.

Serim al saber lo que se venía apretó la pequeña mano de Allen tratando de apaciguar el sin sentido del dolor que ya sentía, sintiendo unos cuantos toqueteos con la tapa del bolígrafo para examinar el hueso y alrededor de él, cerciorándose una vez más de que todo estaba en orden al escuchar las risillas traviesas de sus mayores.

— En este día de la semana es casi absurdo que sientas algún tipo de dolor es esa zona, pero no estamos seguros de qué movimientos bruscos puedas hacer en el día y no queremos arriesgarnos a tener que volver a colocar el hueso. —Habló con seriedad Wooseok, mirando sobre el rabillo del ojo como Allen parecía prestar más atención que Serim, quien estaba más entretenido jugando con el anillo que Allen tenía en su dedo índice.

— No te precipites e intenta no utilizar demasiado ambas piernas para equilibrarte, no quieres quedarte más tiempo aquí, ¿o sí?. —Jiwon sonrió ante la negativa rápida del joven rubio y salió del lugar esperando fuera de la sala a su encargado.

— Bien, nos vemos el miércoles para liberarte. Espero verte Allen. —Se despidió cortés y se retiró lo más rápido posible de la sala, dirigiéndose junto a su aprendiz a quién sabrá dónde.

Allen quiso retirar su mano de la contraria de Serim pero su acción fue detenida porque el mayor la había apretado con una rabieta.

— Tengo que lavarme los dientes~. —Susurró contento ya que simplemente eso era lo que Serim provocaba en él. El rubio asintió con un mohín y siguió con su mirada la anatomía de Allen salir del lugar para dirigirse al baño y asearse un poco la boca.

Estando solo decidió presionar el botón y así anunciar su despertar, para luego prender la televisión y lo primero que se le apareciera era que su institución estaba cubierta al completo por la nieve, sonrió ante eso porque en parte le gustaba la idea de que la nieve hubiera cancelado su día de escuela pero de igual manera no podía salir a pasear por allí debido a que seguía malditamente quieto en aquella camilla, sintiéndose repentinamente inútil al recordar lo mucho que Allen amaba la nieve y los días del frío invierno.

Hablando de aquel lindo chico, ya había vuelto con la cara ligeramente más presentable, sosteniendo un pañuelo mojado en sus manos mientras caminaba de nuevo hasta el que aún estaba sobre la cama.

  一 Reposo.  一 «Sellen✓».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora