Día uno.

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Serim despierta con un rápido movimiento sentándose sobre la cama, llevando su mano a su plano pecho para intentar calmar su corazón de aquel gran susto que el castañito le había dado al entrar por la puerta.

— ¡Serim hyuuung!, ¡son las doce de la mañana y tienes que almorzar!. —Demandó alegre llegando en un rápido parpadeo hasta el desconcertado Serim, poniéndole el almuerzo que le otorgaba el hospital en su muslo cubierto por las blancas y finas sábanas.

— ¿No deberías estar en el colegio?. —Cuestionó abriendo su boquita a la par que Allen acercaba la cuchara con puré de papa a su boca, éste, en cambio, sonrió con parsimonia.

— Es hora de receso y el hospital está a dos cuadras de allí, por eso decidí visitarte. —Confesó queriendo ser cortés con su hyung para no dejarlo sin respuesta.

Era cierto, debido a que prácticamente el colegio y el hospital estaban alado pudo recibir una atención inmediata y su lesión no había pasado a mayores.

Asintió con la cabeza en respuesta y dejó que Allen siguiese alimentándolo, a pesar de que él podía solo, pero el testarudo de su amigo no le aceptaría un no.

— Hyung, ¿por qué está sonando moonlight sonata a esta hora?. —Preguntó señalando con su mano libre la pequeña radio en el estante donde habían varios medicamentos en frascos.

— Es Wonjin, el encargado de hacer sonar la emisora de éste hospital. —Restó importancia y comió un bocado de la carne bulgogi que por suerte Allen había conseguido para él, el azabache devolvió su mirada a Serim al notar el movimiento y frunció su ceño abultando sus labios de patito.

— ¿Y cómo te va... jaja?. — Preguntó nervioso ante la mirada fulminante de Allen, que ahora había pasado a una alegre con sólo preguntar aquello.

— ¡Muy bien!, he estado recogiendo nueces con Minhee en la entrada para su ardillita, ¿y usted?. —Serim sonrió ante lo extraño que había sonado aquello y por cómo lo había dicho Allen, elevó una mano sobre su hombro y la colocó pequeños segundos en la cabellera suave y fina del menor, palmeando un poco cuando este apretó los labios y dejó ver un pequeño agujero en forma de hoyuelo. Allen era demasiado extraño para su parecer pero igualmente le gustaba aquella personalidad extrovertida y habladora del pequeño.

— Bien, mi tobillo ha mejorado y no esperaba esta visita repentina, entonces estoy feliz por verte. —Habló abriendo de nuevo su boca al ver que Allen acercaba aquella deliciosa carne de los jueves. El menor se sonrojó leve por las palabrotas que le salían tranquilas a su hyung, pero no borró su sonrisa sincera.

— ¿Usted cree que podrá salir antes del jueves?. —Con un dedo en la barbilla, Allen pensaba en la posibilidad de aquello, sin embargo Serim estaba seguro de que su recuperación total no sería hasta el jueves.

— No, si los doctores me dijeron jueves, será jueves. —Se encogió de hombros y tomó la muñeca perdida de Allen que se había desviado de sus labios para divagar en aquella pregunta para que le diese por sí mismo el puré.

Luego de terminar de comer, Allen limpió tiernamente las comisuras de Serim con una servilleta, colocando la basurilla en el papelero y la bandeja de plástico en la mesita alado de la camilla seguidamente.

— Me han dicho que Ateez estará de nuevo en Hello82, ¿Quieres que ponga el vídeo en la televisión?. —Preguntó Allen quitando su teléfono de su bolsillo, Serim asintió y se hizo a un lado -como pudo- para dejar que el chiquillo se acostase junto a él.

Pero al encerder su móvil lo primero que sus ojos captaron fue la hora 12:46 a.m y él debía estar en el colegio a las 12:50, porque a esa hora sonaba el timbre de entrada para los estudiantes. Rascó su nuca en señal de no saber qué hacer, y luego de conectar el vídeo, se sentó junto a Serim sin despausar aún el programa.

— ¿Pasa algo, Len-len?. —Preguntó Serim luego de acomodar la almohada pequeña que le habían dado atrás de su menor.

— Tengo que volver hyung, lo lamento. —Abultó sus labios y abrazó con fuerza a Serim, sin ser correspondido por el mayor.

Allen dio un brinco para dejar aquella suave cama y logró llegar hasta el estante cerca de la puerta antes de que su Serim hyung lo interrumpiera.

— ¿Dejarás tu teléfono?. —El mayor se había enderezado en su lugar señalando el teléfono de Allen cerca de sus pies.

— Sipi, tiene que ver el vídeo de Ateez~, ¡le aseguro que se reirá mucho!. —Exclamó caminando nuevamente hasta la camilla para darle al botón de reproducir. Con una sonrisa de ojitos se despidió exageradamente en un ademán con la mano, saliendo del lugar despacito hasta que cerró la puerta al completo y tuvo que empezar a correr como si un asesino lo sugiera.

Por el lado de Serim, puchereó un poco abultando su labio inferior pero luego decidió ver como siete integrantes caminaban en las corredoras automática y y el miembro restante intentaba imitar la palabra en inglés.

Se rió un poco antes de pensar que sería mejor verlo con Allen, puesto a que ellos siempre se reunían en cualquier momento y lo primero que hacían si estaban aburridos era ver Ateez, eran grandes admiradores y verlos estando solito no le hacia tanta gracia, necesitaba las bromitas extremadamente malas de su dongsaeng para reír a gusto, sin sentir que se quedaría solo para siempre.

































#;; a alguien me diga que deje de escribir makanadas

  一 Reposo.  一 «Sellen✓».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora