05. Almas Gemelas

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Desde que James era un niño escuchaba historias sobre las almas gemelas, si no eran sus padres eran los vecinos que sacaban a relucir el tema, la forma en como lo conocías y de alguna forma sabías que era tu alma gemela, tu otra mitad. Hubo un tiempo en donde creyó que eso solo eran cuentos de hadas y una simple leyenda para darles esperanza a otros de encontrar a alguien para ti. A su parecer nada de eso era real y hasta sonaba tonto.


Pero todo cambio cuando conoció al pequeño Steve.


Había sido una mañana en la que observo que al parecer un chico junto a su mamá se había mudado al departamento de enfrente y por lo que había escuchado tuvo que ser así después de que el padre del niño falleciera en la guerra. Y cuando lo vio lo supo.


Aquellas historias de las almas gemelas no era un cuento, sino que de verdad existía. Y tuvo la certeza de que era así en el momento en que aquel rubio recibió una paliza en unos de los callejones cerca de los departamentos por tratar de proteger a un gatito de unos chicos más grandes que el otro.


Y él, claro que iba a defender al chico. Aún si era imposible que estuvieran juntos al contar con la discriminación que existía a las almas gemelas del mismo sexo.


Aquello los unió hasta convertirse en mejores amigos. Y así fueron creciendo.


Bucky, apodo creado por Steve para él después de decirle que James era muy serio para su edad, sabía que nunca podría reunirse en esta vida sin el temor de ser asesinatos. Así que cuando se presentó la oportunidad de irse a la guerra no dudo en aceptarlo, prefería morir en aquel lugar que un día despertar y darse cuenta que Steve conoció una dama para casarse con ella.


Solo que nunca espero ser secuestrado por los enemigos y que experimentaran con él, como si fuera una rata de laboratorio, la verdad ha pérdido la noción del tiempo hasta ha comenzado a dudar de ser un humano. Y aunque su mente se encontraba confundida se proyectaba aquel recuerdo que más atesoraba de Stevie... su Stevie.







Ambos se encontraban en las vías del tren, sus madres le habían concedido el permiso para irse a jugar y ahora se encontraban aquí, disfrutando de la presencia del otro. Bucky observando el río que pasaba cerca de las vías mientras Steve jugaba sobre este.


—Bucky, las vías del tren son como una línea, ¿no es así? —Bucky hizo un sonido de afirmación mientras se giraba a ver a su mejor amigo. —Y son infinitas, ¿no?


—Supongo, nunca he visto el final de ella.


Y con aquellas palabras los ojos azules de Steve comenzaron a brillar mientras se acercaba con entusiasmo al otro, Bucky le observó confundido ante la reacción del rubio.


—Hasta el final de la línea. —Fue lo único que dijo, pero no necesito mucho para que Bucky le entendiera.


—Hasta el final de la línea, amigo.







Los ojos de Bucky se cerraron mientras sonreía, de verdad amaba ese recuerdo. Era el mejor que tenía.


—¡¿Bucky?!


Los ojos de Bucky se abrieron cuando escucho a Steve cerca de él, aquello no era posible, quizás su mente ya no soporto más y ahora se encontraba alucinando la voz de su amado. Trato de animarse aunque sea a levantarse, pero sentía sus extremidades cada vez más pesadas así que dudaba que pudiera hacerlo.


En su campo de visión surgió una melena rubia y ese hombre lo levanto para sentarle en la mesa, parpadeo varias veces para enfocar a la persona frente a él. Sabía que no era ninguno de los científicos porque no tenían conocimiento del apodo ni siquiera aquellos soldados que estuvieron con él.


—¿Steve? -Su voz salió como un murmuro mientras miraba confundido al rubio frente a él, una vez que logró enfocarlo y darse cuenta que era Steve. —Te imaginaba más pequeño.


Una pequeña risa combinada con un sollozo salió de su Stevie para después ser besado por este, sintiendo todo el cariño, desesperación y tristeza en sus labios. Se dejó llevar por la dulzura de tenerle aunque sea en sus alucinaciones.


—Me enliste. -Menciono Steve como explicación cuando se separaron, Bucky simplemente se quedó apoyado en él, escuchándolo llorar por lo bajo. —No vuelvas hacer esto, por favor.


Un silencio surgió entre ambos, no había forma de que Bucky pudiera evitarlo aunque podría tratar de no volver a causarle un sufrimiento así, hasta que Bucky hablo, provocando una risa en el otro.


—Punk.


—Jerk.


Y con ello Bucky sabía que estaba a salvo junto a su alma gemela. Siempre estaría a su lado.

Till The End Of The LineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora