Capitulo 50

228 23 3
                                    


Lo miré fijo por unos cuantos segundos... no puedo entender como alguien así puede ser mi padre. Como mi madre pudo amar a esta basura.
—Ya no más David —le dije. Él sonrió de costado y se acomodó mejor en su silla.
—Creo que va a ser mejor que pienses en el bien de tu madre —me habló.

Ahora yo sonreí de la misma manera torcida y perversa que él.
—Ya no puedes hacerle daño —le aseguré. Su sonrisa se desvaneció lentamente.
—Dime —dijo mientras se ponía de pie —¿Qué te llevó a tu madre? —no contesté y solo me dediqué a mirarlo fijamente —Se que esa jovencita con la que estas últimamente consiguió el número de tu madre...
—No es ninguna tonta... ya se que intentaste manipularla ayer, no te funcionó ¿verdad? —reí levemente —Ella no es como las demás. Ya no tienes poder sobre mí, se terminó.
Se puso de pie y salió de atrás de su escritorio. Se acercó a la biblioteca y comenzó a mirar los libros que allí estaban. Él podía llegar a ser tan cínico, tan frío... tan distante. Luego de que mamá se fue aprendí que lo único que podía recibir de David Shin eran órdenes y amenazas. Se giró a verme y volvió a sonreír.
—Voy a demostrarte que puedo ser generoso Wonho —dijo y volvió la mirada a los libros —Tienes un poco de tiempo para jugar a 'la casita' con la ramera de tu madre...
—Bastardo —lo interrumpí —Ella no es una ramera.
—No me interrumpas hijo, sabes que no me gusta —respiré profundamente tratando de no perder el control —Como te decía, tienes un tiempo para jugar a 'la casita' con tu madre y divertirte con esa muchachita.
—Sabes que ya no es cuestión de tiempo... se terminó David, ya no más amenazas estúpidas y ese tipo de cosas —dije. Volvió su vista a mí, se notaba que ya estaba perdiendo la paciencia. —¿Sabes? Se a que jardín va Hope —me paralicé y mi cuerpo se tensó —Es una niña muy linda, se parece a tu madre. Le gustan mucho los dulces, ella me lo ha dicho.
—Gusano —musité por lo bajo.
—Por eso mismo hijo, piénsalo bien hijo... no me molesta que estés con la hija de _______, una pequeña diversión no te viene mal... pero lo mejor va a ser que dejes la loca idea de estar cerca de tu madre y de ese infeliz —sonreí ante la forma en que llamo a Ben.
Reí divertido y él me miró con furia.
—Padre, padre, padre —dije calmando mi risa —No se si has visto a tu alrededor últimamente, pero si no aquí tienes una noticia YA NO ME CONTROLAS ni CONTROLARAS.
—No estés tan seguro de eso —dijo apretando los dientes.
—Puedes meterte tus amenazas en donde más se te acomoden —le dije con una sonrisa.

—Puedo hacerlo mucho mejor hijo, te sorprenderías.
—¿Sabes? —dije sin dejar de sonreír —He visto como esta mamá... y debo decirte que alejarla de ti ha sido lo mejor que has podido hacer en este mundo. Así que sin rencores... papi, todo esta bien. Ben le ha dado todo lo que tú jamás pudiste darle en la vida —lo vi ponerse rojo del coraje, y eso me llenó de satisfacción —Cuidado papá, creo que estas a punto de una embolia. Cuídate si... ya estas viejito, no debes pasar corajes.
Quise echarme a reír ante su notorio enojo, pero traté de controlarme... pero es que juro que se me hace imposible. Este infeliz tiene que pagarme una y cada una de las que me ha hecho.
—Ten cuidado hijo mío —me dijo con toda la calma posible, mientras me miraba fijamente. Mi mandíbula se tensó —Mide tus palabras... no querrás que algo le pase a tu nueva dama de compañía ¿o si?
Y esa fue la gota que rebalsó el vaso, rápidamente me acerqué a él tomándolo de la camisa para acercarlo a mí.
—Escúchame bien maldito infeliz —le hablé entre dientes sin dejar de sostenerlo por la camisa. Sus ojos se clavaron en los míos —Dejare de lado el motivo de tener tu maldita sangre si le tocas un pelo a ______... no voy a dudar en acabar contigo.
—Te importa de verdad —susurró como si acabara de descubrir lo mejor de su vida.
—¿Entendiste, verdad? No juegues conmigo David... ya no tengo 9 años. Y lo único que siento por ti es desprecio, así que mejor no me busques —lo solté bruscamente y salí de aquel despacho antes de que acabara con la poca paciencia que me quedaba.
Cuando estuve afuera de la casa, pateé lo primero que estuvo delante de mí. El tacho terminó en medio de la calle con toda la basura esparcida.
Intenté calmarme, pero se me estaba haciendo imposible. De verdad, pero de verdad si a él se le ocurre hacerle algo a _______, lo mataré. Solté un suspiró y decidí calmarme del todo. Comencé a caminar y luego de unos cuantos minutos llegué a mi casa, necesitaba dormir un poco, pensar, despejarme. Abrí la puerta y al instante mi rubia prima salió de la habitación.
—¡Hola! —dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Se acercó a abrazarme, al instante se alejó de mí y me miró bien —Oye ¿Qué te pasa? ¿Acaso vas a decirme que arruinaste todo con ______my pelearon? —no pude evitar sonreír.
—No, no peleé con ______ —dije en un suspiró.
—¿Entonces? ¿Por qué esa cara horrible? —preguntó. Le estaba por decir algo, pero me interrumpió con un pequeño gritito —Quiero que me cuentes, quiero saberlo todo... todo ¿Qué pasó con ______? ¿Por qué durmieron juntos? ¿Cómo te sientes? ¿Estas enfermo? ¿Sabes lo que haces verdad? —volví a reír.
—Si, se lo que hago... todo esta bien. Anoche me di cuenta de que todos tenían razón, yo estoy loco por ______, la quiero... no puedo evitarlo.

Peligrosa Obsesión (Wonho y ___) ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora