[2] Invitación inesperada

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Nails Fuller es conocido por ser el rey de Falcon, capitán del equipo de fútbol americano que durante los últimos tres años consecutivos mantenía a los halcones invictos y como todo buen rey, poseía súbditos: Garret Welzai y Chad Doson.

—¿Preparados? —preguntó mientras chocaba la mano con sus amigos.

—Claro, esta noche comeremos y no cochino frito.

—Tienes novia, Bob —le recordó.

El chico bufó.

—Si, y hasta donde recuerdo, en ningún momento la he estado negando.

Todos soltaron una carcajada.

Nails se alejó buscando a Ezam, sólo existen dos lugares en la universidad donde estaría, la biblioteca o el auditorio de música tocando.

—Me imagino que estas listo para la fiesta de esta noche —espetó, bajando el libro que Ezam leía de golpe para mostrar su cara de irritado.

—Nunca vuelvas a hacer eso en tu vida si no te quieres quedar sin mano —sonrió—. Y segundo... Espéralo —levantó su dedo.

—¡Joven Fuller! ¡Este lugar no es para que esté con su algarabía, haga silencio, por favor! ¡Shh! —dijo la vieja bibliotecaria haciendo más ruido del que Nails había causado.

—Y ahí está —los dos soltaron una carcajada—. Tu rostro aparecerá en la entrada con una x como sigas apareciendo así.

—¿Vendrás, cierto? —Nails arqueó la ceja, esperando respuesta, derrumbando su cuerpo contra la silla frente a Ezam.

—Obvio, lo que nunca voy a asimilar es como chicas van a eso como si tuvieran un pito de oro o la octava maravilla del mundo entre sus piernas, y como si los demás chicos —se señaló—. De la universidad, no tuvieran uno.

—No es tenerlo, es saber utilizarlo —le guiñó el ojo—. Yo te dije que te metieras en el equipo de los halcones.

—¿Acaso no has visto mi cuerpo? Soy tan flaco que si me coloco el uniforme, se me resbalaría como mantequilla. Además, no nací para eso, no le veo la ciencia de estar corriendo y luchando por una pelota como si fuera una foca.

—Claro, Nanny McPhee, lo que digas —contestó Nails serio de repente.

—¿Qué estás mirando, Sherlock? —movió el peli verde su cabeza, intentando buscar a que observaba tanto.

—Allá entre los libros, está alguien con capucha mirándonos —señaló con sus labios a los grandes estantes marrones.

—De seguro es tu hermana acosándome de nuevo —vaciló.

—Idiota, es en serio —asintió con la cabeza—. Nos viene observando desde que me senté junto a ti.

—De seguro es un fan —dijo, recibiendo un golpe de Nails en el hombro.

—Concéntrate, esto puede ser grave, prospecto de Elvis Presley.

—Déjame ver —quedó pensativo un momento—. ¡Hey, amigo! —alzó la voz, ganándose una mirada de odio de la bibliotecaria. Susurrándole "lo siento", movió la mano de un lado para el otro, intentando llamar la atención del chico, pero no reaccionó, solo se queda allí, observándolos.

Ezam hizo una mueca, incómodo.

—Interesante, capaz solo esta drogado, Nails, no le prestes atención —se levantó, dándole a un golpe en la cabeza para que lo siguiera a la salida.

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