Luna llena otra vez., pude verla por la ventana. Mi diosa, Atenea, dormía en una cuna; era apenas una bebé, y sin embargo, su cosmos era tan cálido que mis pecados se derretían en él. Luego de estar tanto tiempo en el Gran Salón, Ares me había llevado allí esa noche, a la expectativa de lo que pudiera pasar.
La puerta de la habitación se abrió, y lo vi entrar con un puñal. Iba a hacerlo, iba a matarla esta noche, frente a mis ojos, sin que pudiera detenerlo. Se reía de mí y de mi patético esfuerzo por escapar, mientras sostenía el puñal sobre el pecho de mi Señora.
Pero Aioros lo detuvo. Suspiré con alivio, Aioros lo había descubierto, Atenea estaba a salvo. Ares se enfureció, y ambos se trabaron en feroz batalla, mientras el llanto de la niña resonaba en la habitación.
La máscara de Ares cayó al suelo, y Aioros vio, aunque incompleta, la verdad: mi rostro crispado por la ira del hombre que me lo había robado. Su expresión me destrozó el alma, y sus palabras terminaron de acabarme.
"¿Por qué, Saga?"
Fue un susurro, que dejó escapar con dolor, como si su alma también se hubiese partido, para luego perderse en la negrura de la noche con Atenea en sus brazos.
*
Pasé horas esperando lo peor. Ares había convocado a los Caballeros Dorados para darle caza, diciendo que había intentado asesinar a la Diosa Atena. Aioros era un traidor, y como tal, debía morir.
Casi al amanecer se presentó Shura, con el rostro pálido. Temblaba, y pude sentir la angustia en su cosmo. Las palabras salieron de su boca como si fueran criminales. Tenía un nudo en la garganta cuando dijo:
"Los encontramos, Señor. Ambos están muertos"
Fue el fin para mí. Lo que sucediera dentro de aquel salón ya no me importaba. Acababan de sentenciarme a muerte en vida. Aioros estaba muerto. Ares había ganado.
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Encuéntrame del otro lado del espejo
FanfictionSaga regresa al Santuario para notificar la traición de Kanon. Allí deberá enfrentar sus viejos amores, nuevos miedos, y a cierto inquilino que mora en su cabeza. -Año 2005