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Charli no pudo esperar que Olivia bajara a la sala privada y le contara lo sucedido la noche anterior. Por lo que viendo que todas las amigas de Olivia habían salido de su habitación, y conociendo que ella no se despertaba temprano los sábados, subió rápidamente y entró en los cuartos de las chicas.
La zona en la que se encontraba la cama de Olivia era un absoluto desorden, cuadernos y papeles tirados por todo el piso, varios suéters y camisas en una silla y un pequeño escritorio lleno de perfumes y varios libros. Arregló un poco de lo que estaba en el suelo, luego sonriendo satisfecha se acercó a la cama. Corrió las cortinas y ahí la vió. Era graciosa la forma en que dormía la mitad del cuerpo tapado con la sabana, la otra mitad afuera. Su pijama era tan infantil como su rostro al dormir. Charli la sacudió un poco y luego se sentó al lado. Olivia abrió lentamente un ojo y luego el otro para sonreírle a su amiga. Se sentó estirándose perezosamente. Salió de la cama, fue al baño y salió al cabo de un rato.
Una nueva Olivia con su cara lavada, su cabello atado en una colita con algunas mechas sueltas a los lados del rostro y su aliento a fresas, le sonrió y le dió los buenos días.
—Te estuve esperando en la sala ¿sabes? —Anunció Charli.
—¿Sí? —Respondió sin importancia— sabes que los fines de semana me levanto tarde.
—Apuesto que si Quinton te dice que vayan a cualquier lugar temprano el sábado.
—No dormiria esperándolo —Rieron.
—Hablando del rey de Roma...
—Del rey de los tontos querrás decir —Rieron otra vez.
—Tonto pero te tiene de cabeza —Se burló Charli.
—Eso es un hecho amiga. —Se sentó en la cama.
—¿No te vas a vestir? Tengo ganas de desayunar.
—Pensé que querías que te contara... bueno entonces espérame en la sala mientras me cambio.
—Puedes hacerlo mientras te vistes – la miró— ¿O tienes pena?
—¡Claro que no!—Buscó un par de jeans y una blusita de color verde. Se los puso rápidamente. Luego se puso unas sandalias blancas y ya estaba lista.
—¿Vas a hablar? ¿Qué tan "wow" estuvo?
—Estuvo bien. —Respondió rápidamente y Charli pudo ver sus mejillas sonrojadas.
—¡Liv! Cuéntame cómo te fue, porque te veo y creo que me ocultas lo mejor... —Ella la miró y sonrió.
—¡Ay Charli, estuvo fantástico! —Suspiró— A pesar que se acordó de Cynthia un par de veces.
—O sea, cuéntame.
—Bueno al principio estuvimos bailando algo estúpido... ¡más movido!
—So?
—Y... es un desastre... luego... puse música más... romántica.
—¡Wow!
—Ah... y le tomé las manos —Ellas se pararon y Olivia le mostró cómo— Entonces el comenzó a moverse lentamente y me dijo —Aquí lo imitó perfectamente – "Esto es bailar lento...Wow es re- fácil" –Rieron– y yo por supuesto como toda buena profesora le dije que era la técnica pero no estábamos realmente bailando lento.
—¿Entonces qué pasó después?
—Me le colgué del cuello y lo apreté mucho —Dijo apretando la almohada a su cuerpo y riendo.
Charli abrió la boca sorprendida. —Liv... ¿tú hiciste eso?
—Sí... y no sólo eso...
—¿Qué más hiciste?
—Tú me dijiste que en esto había que ser radical... ¡y lo hice!
—¿Entonces él qué opción tomó?
—La primera... bailaba bien... entonces yo me le acerqué al oído y le dije que tomara la opción dos.
—¿Y él?
—¡Lo hizo! Entonces yo comencé a acariciarle el cabello y a darle instrucciones al oído: "apriétame mas fuerte a tu cuerpo Quinton, debes demostrarle a Cynthia cuánto la adoras..."
—¿Y el muy idiota lo hacía? —Olivia riendo asintió nuevamente.
—Le dije que tenía dos opciones: podía poner sus manos en mis caderas o rodearme con sus brazos la cintura y apretarme hacia su cuerpo.
—¡Eres de lo peor! —Rieron como dos locas.
—Y al final le dije que me besara el cuello pero no fue mi idea... ¡él lo sugirió!
—¡NO!—Gritó asombrada.
—¡Sí! Y no sabes es tan... con razón la otra degenerada lo quiere todo para ella... ¡es perfecto! —Sus mejillas se tornaron rojas de repente– digo... es... la manera en que lo hacía... me hizo sentir... rara...
—¿Cómo rara?
—Tú sabes... –la miró– ¡RARA! —Charli sonrió.
—¡Ah, de esa forma! ¿Y qué pasó, lo tiraste al piso?
—¡Charli! ¡Tú eres... Claro que no! Viendo que yo perdía el control... lo separé y apagué la música.
—¿Lo dejaste cortado?
—Sí, bueno la cuestión es que le dije que como aprendia rápido, nos veriamos día de por medio.
—¿Y aceptó?
—¡No! Casi me mata... quiere que nos veamos todos los días...
—Olivia –Sonrió— ¿Sabes lo que eso significa? ¡Quiere estar contigo!
—No –Dijo levantándose y buscando la chaqueta– Sólo quiere estar bien para cuando vea a Cynthia.
