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Tu aliento es el aliento de las flores. Tu voz es de los cisnes la armonía; Es tu mirada el esplendor del día, Y el color de la rosa es tu color.
Tú prestas nueva vida y esperanza, A un corazón para el amor ya muerto: Tú creces de mi vida en el desierto Como crece en un páramo la flor.
—Quinton... —Dijo ella en un suspiro y lo miró a los ojos.
Él tocó su boca con el dedo índice, invitándola suavemente a que callara, rozando la ternura de sus labios. Quinton instintivamente mojó los suyos, pero no la besó. Sacó una flor roja del bolsillo y se lo entregó
—No digas nada... cuando lo ví, pensé en ti —Ella la tomó con los dedos temblorosos.
—¡Es hermosa! —Sonrió y sus mejillas tomaron un color rosado— Pero no entiendo...
—Tu pelo princesa... Esta flor es suave y con un perfume dulce... como tu pelo —Tomó un mechón del cabello de su amiga y sonrió— Vamos Josh... me muero por jugar fút.
—Sí... —Respondió serio. Le dio un piquito a Charli y se fueron.
—¿Cómo lo haces? —Le pregunto preguntó una vez que se quedaron solas en la mesa.
—¿Hacer qué? —Respondió Olivia tratando de salir de la conmoción. Lo tenía justo donde quería... él la enloquecía. Le daba alas, la hacía derretirse como gelatina y cuando tenía que dar el siguiente paso... ¡se iba!
¡AAAAAAH QUINTON GRIGGS eres lo más... hermoso del mundo! —Pensó.
—Lo amo —Dijo Olivia y sus ojos se aguaron— ¿Por qué lo hace? si sé que sólo es pura mentira...
—Si te decidieras a decírselo... —Sugirió Charli y le tomó las manos – Vamos desayuna... Aún así tienes un gran camino a seguir.
—¿Por qué lo dices? —Le preguntó limpiándose las lágrimas de sus ojos.
—Si me hubiera dicho la mitad de lo que te dijo... le hubiera saltado encima hace rato.
—¡Agradece que tenía la cuchara en la mano! —Rieron— sino te juro que...
—Termina y vamos a la biblioteca...
—Y después tengo que ayudarle a escribir una carta para la "Hermosa Cynthia" —Dijo Olivia con sarcasmo.
Dio el último sorbo a su jugo y se levantó cuidando de no olvidarse su preciado regalo. Tomó la flor, lo colocó detrás de su oreja, dio un suspiro y tomando el brazo de su amiga salieron del comedor.
Josh estaba mirando a su amigo detenidamente. Estaba pensando que diablos le pasaba... y peor aún, qué diablos le pasaba con su hermana. Quinton pareció al principio no notar como su amigo lo miraba, pero después de dos horas de juegos y compartir el almuerzo con los chicos, decidió preguntarle. Los otros muchachos jugaban cartas, Quinton leía el libro de poemas y Josh sólo lo miraba... Quinton miró a su amigo de repente y cerró el libro con fuerza. Los demás levantaron la mirada al sobresaltarse por el ruido.
—¿Se puede saber qué me ves? —Preguntó un poco bravo.
—¿Qué te pasa?
—¿Qué me pasa? ¡Me pasa que estamos compartiendo un día estupendo con nuestros amigos y tu has estado mirándome y analizándome todo el tiempo! ¿Por qué me miras así?
—¡Yo no te miro de una manera determinada! —Respondió ofendido pero sus orejas estaban rojas.
—¿Te gusto? —Preguntó en tono burlón— Si quieres puedo darte un beso —Los demás rieron.
—No gracias... en unas de esas se te da por decirme versitos al oído —Siseó y lo miró con rabia. Quinton comprendió el enojo de su amigo y sin reír siquiera, de pronto se puso colorado— ¿O no?
—¡Estás mal, eh! —Dijo y abrió el libro— No sé de dónde sacas esas ideas locas.
—De ti —Se enderezó— ¿Por qué le andas arrastrando el ala a mi hermana? —Le preguntó sofocado.
—¿Arrastrando qué? —Quinton rió— ¿Acaso piensas que soy una especie de gallo que...que... quiere conquistar a una pollita? —los demás hicieron "UUUHHHH"— Y ustedes... ¿"UHH" qué?
—¿Estás hablando de la pollita Olivia? —Preguntó Bryce y Quinton pudo notar un tono extraño en su voz.
—¿Es de Olivia de quién estamos hablando? —Esta vez preguntó Blake.
—¿Qué otra súper pollita Olivia conoces tonto? —Quinton se puso rojo.
—Bueno... pues tienen razón —Respondió Blake.
—¡Mi hermana no es ninguna nena! —Gritó Josh enojado y cruzó los brazos— Y tú —Dirigiéndose a Josh— No tienes por qué decirle cosas... mirarla de esa manera...
—Sólo le dije un par de cosas... ¡sin importancia! —Se defendió.
—Para ti son sin importancia... Pero ella puede equivocar el mensaje —Atacó Josh.
—Vamos Josh —Dijo cansado— Olivia sabe que esto es sólo por... ¡ya sabes! ¿Por qué tienes que complicar todo?
